El Alma Al Desnudo

Capitulo 10

Me levanté, me dolía mucho la cabeza, miré a mi alrededor, enseguida vi donde estaba, era la casa del judío, estaba en uno de los cuartos de invitados, pensé que la cabeza me iba a estallar, comencé a recordar parte de la fiesta del día anterior, pero aun no sabía cómo había llegado ahí.
Me preguntaba dónde estaba Aurora, qué había pasado. Fui al baño, lavé mis dientes y tomé una ducha, no tuve más remedio que ponerme la misma ropa del día anterior, y bajé hacia la sala principal.
En la sala principal estaba el judío tomando un café, lo saludé y me mandó a preparar un café, aún estaba súper confundido con lo que había pasado, le pregunté al judío y él se resignó en decirme, solo rompió en carcajadas. Realmente lo que me importaba saber era qué había pasado con Aurora.
—¡Amigo mío, nunca te había visto tan feliz y fuera de control al mismo tiempo! — dijo el judío.
—¿Pero ¿qué pasó?
—Quieres decir ¿Qué paso con Aurora?
—Exacto.
—¿Qué crees que pasó?
—¿Tuvimos sexo o algo así y le vomité encima? — le pregunté. Comenzó a reír, yo asumí por su risa que si había pasado eso. Me sentí súper avergonzado.
—¡YA DIME QUÉ PASÓ JUDÍO DE MIERDA! — le grité.
—Ya, ya calma hermano, sólo se besaron y eso, al final si vomitaste, no encima de ella, sino en el baño, estabas gritando que la amabas y ella te abrazó, te llevó al cuarto donde te despertaste, se despidió de nosotros y le pedí un taxi porque estaba también media ebria.
—¿Y eso es todo?
—Así si es.
—¿No hice ninguna otra estupidez?
—¡No!, bueno sí, roncar como si fueras un lobo aullando. — nos reímos juntos.
Estaba un poco avergonzado por haber estado gritando que la amaba, aunque sabía que era así. Revisé mi celular a ver si ella me había escrito, efectivamente me había dejado un mensaje, pero de la noche anterior, decía:
—La pasé increíble contigo esta noche, me gustó verte libre, sin querer controlar lo que pasé, pasa bonita noche Benjamín Christophe.
Me hizo sonrojar y poner esa sonrisa de idiota otra vez, el judío estaba cerca de mí y sólo sonrío, me imagino que supo al instante quién me había escrito. Para no dejarla en espera más tiempo, le escribí:
—me sorprendió que llegaras, fuiste mi regalo de la noche, los Dioses se unieron para crearte, no hablo de tu belleza física, eso sería muy banal, hablo de ti, de tu personalidad, tu sencillez, me cautivas solo con pensarte. — creo que aún estaba un poco alcoholizado.
Mis trances al pasado después de verla eran muy seguidos, por cosas del alcohol y del amor me fui y tomé un viaje hacía el pasado. Aquel día cuando te dije que te amaba por primera vez.
Aquella noche casi en año nuevo, convencimos a sus abuelos para que ella pasara año nueva con mi familia, ellos accedieron. Estábamos llegando a casa, Jacob y Sara ya estaban en la mesa esperando que llegáramos de su casa, llegamos, ella saludó a mi familia y nos sentamos en la mesa.
Se sentó a mi lado, Tom la hacía reír mucho, mi madre y ella luego se fueron a la cocina, recogieron los platos y Tom, Jacob, Sara y yo subimos al techo, con una gran lámpara y un radio, a esperar el año nuevo, ella y mi madre llegaron al cabo de unos 10 minutos, la llamé a un rincón un poco más privado, y mientras sonaba when a man love a woman en la radio, le dije:
En ti siento libertad
Me haces flotar
Me haces ser alguien mejor

Por ti sé qué es pensar en alguien cada segundo
Por ti sé que el físico no importa
Me has enseñado que el amor no tiene barreras

No siento solo mariposas por ti
Siento un río de amor por ti

Que mejor momento que este para confesar lo obvio
Confesar lo inverosímil y difícil de encontrar el amor
Que en ti he encontrado
Te amo
Recuerda esto: te amo, por siempre

— y yo a ti. Por siempre, te lo prometo. — ella dijo. Había olvidado la noción del tiempo y en ese momento ya era año nuevo, todos nos abrazamos y nos deseamos cosas prósperas para el año que nos esperaba.
Los niños del judío me hicieron salir del trance, me puse a jugar un rato con ellos, ya luego me llamó Elianeth para desayunar con ellos en la mesa. Había una variedad para comer, tostadas a la francesa, diferentes jugos, frutas, panqueques; diferentes mermeladas, omelette de huevos, entre otras cosas.
Me serví unos panqueques, jugo de naranja y unos trozos de piña, estábamos compartiendo, me sentía parte de la familia, y sé que ellos me sentían así. Hablamos de lo loco que estuvo la fiesta, filtramos un poco ciertos detalles por los niños, pero estuvimos riendo mucho de cómo nos veíamos borrachos. Luego de unas horas decidí irme para la casa.
Llegué a mi casa, aun me dolía la cabeza y tenía cosas al día siguiente, me recosté un poco en la cama, y sin darme cuenta me quedé dormido. Desperté a eso de las 6 P.M., tomé una ducha, revisé a ver si Aurora me había escrito, efectivamente, me dijo:
—Sigues siendo igual de romántico Benjamín Christophe, me sonrojé cuando leí eso, eres muy lindo. Espero verte pronto.
Yo con solo ver que me escribía sentía que estaba en un sueño, después de tantos años sin hablar, sólo pensaba qué habrá sido de ella, hablando otra vez como si la barrera de hace 9 años nunca existió. Sólo le dije:
—Quiero salir contigo una tarde, a algún lugar tranquilo a platicar un poco de todo lo que pasó durante estos nueve años, y sí, he llevado la cuenta— y le puse un emoji que simbolizaba carcajadas.
Me puse a preparar un poco de comida, cené, hice ejercicios, preparé mi té y me puse a leer el libro. Ya luego de unas horas, me fui a ver una película, y así transcurrió ese día, caí otra vez dormido profundamente.