Más allá de la Montaña

Capítulo 7

Rose

– Jamás voy a olvidar sus ojos fijos en mí – Y como cada noche antes de dormir, vino a mi mente esa imagen. Me estremecí y bajé la mirada a mis manos retirándolas suavemente de las suyas – O la sensación de su sangre entre mis dedos.

Hubo un momento de silencio que fue roto por un Dimitri claramente frustrado – ¿¡Pero por qué no le has dicho esto al Juez!? – Tomó de nuevo mis manos exigiendo mi atención – Si sucedió fue solo porque tratabas de impedir que Víctor les hiciera más daño. Pudiste alegar defensa propia, salir libre y absuelta casi de inmediato.

Negué un tanto sorprendida por lo involucrado que parecía – Porque no terminó ahí. Eso fue solo el principio del verdadero infierno – Contrariado enarcó una ceja esperando una explicación – Aturdida y desde mi posición pude ver que Lissa respiraba pausadamente y que de su cabeza emanaba un hilo de sangre. Estaba por obligarme a despegar los pies del piso cuando la puerta se abrió estrepitosamente y entraron Natalie y Robert.

– Espera – Pidió – ¿Quién es Robert?

– El hermano de Víctor – Fue inevitable el tono hostil de mi voz – Por un momento pensé que estaban allí para impedirle que cometiera una locura... pero no era así. Ambos lo apoyaban en sus retorcidos planes – Relaté exaltada – Natalie enloqueció al ver a su padre muerto. Sus gritos alertaron a los hombres de seguridad quienes me golpearon, me sometieron y me mandaron a dormir – Comencé a respirar agitadamente de tan solo recordar la brutalidad con la que fui tratada – Desperté sola, desorientada y esposada a una camilla. No entendía qué estaba pasando, nadie respondía a mis preguntas o exigencias por saber dónde y cómo se encontraba Lissa. Me daban medicamentos fuertísimos y me hacían curaciones hasta cuatro veces al día, parecía que...

– Querían desaparecer la evidencia de los golpes en tu cuerpo – Terminó por mí.

Asentí convencida de ello – El doctor poco hablaba y las enfermeras por igual. Dos gorilas me impedían salir de la habitación y juro que de no ser por el daño en mis costillas habría hallado la manera de escapar para buscar a mi amiga, así fuera habitación por habitación.

– ¿Llamaste a tu padre? – Preguntó acariciando mis nudillos una vez más.

¿Será consciente de que lo hace?

Sacudí la cabeza desconcertada por la sensación de su contacto – Me negaron la llamada alegando que ya estaba informado.

Entonces frunció el ceño y exclamó enfadado – ¡Eso fue un atropello a tus derechos, Rose! Era lo mínimo que correspondía siendo tú extranjera.

– Es lo que logra el dinero, la ambición y la insaciable sed de venganza – Suspiré sintiendo un gran vacío en mi pecho – Solo hasta que ellos llegaron, dos días después, me di cuenta del verdadero alcance de todo.

Flash Back

– ¡Erik, Rhea... qué bueno que ya están aquí! – Me incorporé bruscamente, o al menos todo lo que me permitieron las malditas esposas. Importándome un carajo las magulladuras – Rápido, Liss puede estar en peligro y nadie quiere decirme cóm... – No pude continuar pues ella me silenció de una fuerte bofetada.

– ¿¡Cómo pudiste, Rose!? – Profirió temblando de rabia, con los ojos irritados y las mejillas bañadas en lágrimas. Erik no se veía mejor.

Ladeé la cabeza barriendo el cabello que me cayó a la cara debido al impacto – ¿Q... qué? – Pronuncié a duras penas. Nunca había visto a Rhea enojada, ni siquiera molesta, por lo que no entendía su comportamiento conmigo.