Su figura era enorme y tenía un aura imponente, debo felicitarme cuando despierte, pues la imaginación no es algo que me carácterize y aun así logré crear una obra de arte sin siquiera conocer lo más básico.
Derrepente el Dragón empezó a avanzar, era un andar relajado y elegante. Digno de algo tan majestuoso como un Dragón.
Con su gran cuerpo no tardó mucho en llegar frente a mí, era verdaderamente gigante, me recordaba a esos libros en donde comparan los tamaños de los dinosaurios con otras cosas, pues la diferencia entre nosotros era abismal.
-Por fin te vuelvo a ver mi querido Purgel-. Habló el ser, el sonido de su voz me hace pensar que es hembra, pero eso no explica el que me haya llamado Purgel o el que me conozca.
-Disculpe usted, pero sinceramente no sé de quién está hablando- le hable con el tono más cordial que pude encontrar dentro de mi, es un sueño, pero he escuchado que puedes morir mientras duermes y no me apetece comprobarlo.
-Oh, es cierto, es la primera vez que me vez después de varios años-. Hizo una pausa y estiró su cuello, acercando su cabeza y poniéndola a la altura de la mia. -Ciertamente has cambiado mucho mi pequeño.
Se le notaba melancólica, feliz pero triste, era una mezcla rara que traspasaba su cara dura de reptil y por alguna razón despertaba un sentimiento extraño en mi.
-Lo lamento mucho, pero no la recuerdo- lo primero es actuar casual, es un sueño, así que no creo que investigar un poco sea malo.
-Purgel, primero que nada debes de saber que esto no sólo es un sueño- dijo, como si me hubiera leído la mente. -Pero si quieres descubrir más, tendrás que seguirme- y sin más se dio la vuelta, caminando en dirección a un bosquejar que estaba algo lejos.
La seguí en silencio, caminando un poco apresurado, pues, si bien para ella era una caminata calmada, para mí no tanto al tener extremidades que no son ni un cuarto de las suyas.
Tardamos aproximadamente unos 10 minutos, algo raro ya que nadie decía nada. Cuando llegamos me di cuenta de que había una especie de campo, algo transparente encerrando el bosque, parecía líquido.
-Acércate al círculo, es hora de que conozcas tu verdadera naturaleza- y me acerque al círculo como me lo pidió, estaba muy cerca y podía sentir una especie de energía extraña que supuse provenía del campo.
Estaba a punto de preguntarle que tenía que hacer, pero me empujó. Caí dentro del campo y me di cuenta de que por dentro estaba hueco, hueco y oscuro, por lo que empecé a descender de manera desordenada.
La caída parecía no terminar y sentía que me quedaba sin aire, sentía una presión extraña en la cabeza y sin más, todo se volvió negro.
Era extraño, era surrealista, no podía esperar más pues era un sueño, o al menos me quería convencer de que era uno, pues entrar en pánico no me ayudara en nada. Esto jamás había sido parte de las fantasías que mi cabeza elaboraba.
Todo era silencio, ni siquiera podía escuchar a mi cuerpo rasgando el aire, no sentía mis ojos, no sentía las manos ni los pies, no sentía mi cuerpo.
Entre en pánico, solo un poco, pero lo suficiente como para empezar a darle una considerable importancia a la situación, no podía saber si mi cuerpo se movía y era algo realmente desesperanzador.
No me sentía vivo, aunque es algo obvio que no estoy muerto. Si lo estuviera no tendría la conciencia de que lo estoy, supongo. Creo es así como describen el estar en coma en algunos libros de niños que he leído, aunque realmente no tengo manera de comprobarlo.
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Varú: Un Escape = Una Guerra
FantasyUriel es un chico que ha tenido una infancia difícil, con la persona a la que le gusta llamar ex-padre teniéndolo más bien secuestrado y su único amigo sabiendo más de él que el mismo. Siendo las cosas como son, es inevitable la guerra. Este luchad...