Capítulo 4

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/Primera persona Valquiria/

Han pasado algunos días después de lo ocurrido. Artemisa me ha colocado un duro entrenamiento. Levantarse muy temprano y darle una vuelta corriendo al bosque, cortar algunos árboles, escalar montañas, llevar todo el equipaje. Todo eso sin apenas descanso.

No me quejo igual quiero seguir entrenando, es el camino de una guerrera.

Me recuerda esos viejos tiempos que solía entrenar con Hades, lo echo mucho de menos... Por favor espero que se encuentre bien.

Aunque estamos lejos siempre te llevaré en mi corazón, amor.

Me encuentro caminando por el bosque trayendo entre mis manos una canasta de pescados. Veo algunos conejos en los alrededores recorriendo el lugar. Al verme se alejan rápidamente escondiéndose entre los árboles.

El ambiente se siente muy frío incluso puedo ver mi aliento. Empieza caminar dirigiéndome al campamento. Escucho como la nieve cruje debajo de mis botas.

Son la 11:00 am de la mañana llegó la hora de comer, hoy me fui temprano a entrenar en los bosques cercanos.

Llego al campamento hay una pequeña cabaña en el medio con algunas tiendas de campañas alrededor. El lugar se encuentra sumergido en una profunda tranquilidad. Puedo ver algunas chicas encima de los árboles vigilando la zona.

De pronto ver a Calisto que se encuentra debajo de un árbol. Me acerco a ella despacio y me detengo al frente colocando la canasta encima de una pequeña mesa. Calisto al verme muestra una pequeña sonrisa.

—Bien hecho—dice con un tono alegre.

—Por cierto ¿Dónde está Artemisa? —pregunto algo curiosa.

—Tuvo que salir, ella volverá en un rato, así que tomate un descanso—me dice con un tono tranquilo mientras se mira las uñas.

—No puedo hacer eso—le digo algo molesta mientras me cruzo de brazos. — Debo seguir entrenando y debo salvar a mis amigos—

—Tranquila tigre, es hora de descansar—dice Calisto con un tono tranquilo mirándome fijamente mostrando una sonrisa adorable. —Son órdenes de la Señorita Artemisa...—

—Es que no debería descansar debo volverme más fuerte para proteger a los seres que amo—le digo seriamente.

—Ordenes de la Señor Artemisa, cuando ella ordena se cumple—me dice mostrándome una pequeña sonrisa amablemente. —además de espera otro duro entrenamiento después del descanso, vamos sígueme por favor— dice muy tranquila dándose la vuelta caminando hacia la cabaña. Su cabello es corto que le llega hasta los hombros de color café.

En el grupo de Artemisa todas las chicas deben llevar el pelo corto para poder luchar mejor.

La verdad me ha gustado mucho tenerlo así me siento muy cómoda, aunque extraño mi pelo largo en algunas ocasiones.

—Vale, está bien—le digo con un tono muy serio siguiéndola.

Entramos juntas en la cabaña.

El lugar se siente muy tibio tanto que provoca que los abrigos se sientes más caliente. Al fondo se encuentra una chimenea con el fuego encendido iluminando la habitación. Calisto me entrega unos ropajes. Rápidamente me voy a la habitación.

Me pongo una túnica blanca que tiene una minifalda que llega hasta las rodillas y sin mangas. Se siente muy bien. Me siento muy cómoda.

—Esto es un regalo de Artemisa, dime te interesa cambiar y ser una guerrera de Artemisa—menciona Calisto muy contenta acostándose en el sofá.

Hades El despertar de la Atlántida  #2 la trilogíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora