Hades El despertar de la Atlántida #2 la trilogía

Capítulo 6

/Primera persona Hades/

Me encuentro en el barco de Apolo.

Le doy múltiples puñetazos al saco de boxeo, de uno por segundo respirando algo agitado, mientras siento como las gotas de sudor recorre todo mi cuerpo respirando algo agitado, pero sigo batallando. Llego puesto un pantalón corto y con el pecho descubierto mostrando mis músculos.

Quiero protegerla, luchar por ella y no quiero perderla.

Bajo las manos dejando el saco, mientras me echo un poco para atrás respirando un poco agitado, observando lo fijamente con un semblante serio.

Me siento en el balcón respirando algo agitado sintiendo el sudor recorriendo mi pecho.

Esto me recuerda cuando solía entrenar con Valquiria, dejamos de hacerlo después de que terminó la última batalla para poder vivir una vida tranquilos.

Ahora debo encontrar a mi hermano, espero que se encuentre bien que estoy algo preocupado por él.

De repente entra Apolo, trayendo entre sus manos dos latas de refrescos. Me mira fijamente mostrándome una pequeña sonrisa algo asombrado.

De repente el saco de boxeo empieza a romperse lentamente expulsando toda la arena.

—Eres increíble Hades—menciona Apolo algo impresionado con un semblante serio.

—Te consigo otro—le digo tranquilamente limpiándome el sudor con una toalla.

—Tranquilo, no tienes que hacerlo, ya iba a cambiarlo—me dice con un tono tranquilamente arrojándome la lata de refresco. La atrapo con mi mano derecha y la abro tomando unos pequeños sorbos.

Se siente muy refrescante muestro un semblante tranquilo.

—Gracias— le agradezco con un tono serio.

Apolo se acerca a mí sentándose justo a mi lado, dándole unos sorbos al refresco tranquilamente.

—Hades escuchado mucho sobre ti en estos últimos tiempos—dice Apolo mostrando una pequeña sonrisa. —Había desaparecido y ahora volviste—

—Lo último que escuche sobre ti es que te habían exiliado—menciono seriamente mirando hacia la pared.

— Zeus pensaba que yo era el de la profecía, me culpo de traidor— menciona Apolo con algo de molestia. — Mi hermana y yo fuimos expulsados del monte Olimpo, todo por una profecía—

—Al final la profecía se cumplió y el monte Olimpo cayó—le respondo seriamente con algo de molestia.

—La guerra de los dioses no pude hacerlo, derrotar a Zeus vengarme por lo que me hizo hacerlo pagar—comenta Apolo con un tono enojado.

—La venganza nunca es buena te destruye por dentro, olvida esas cosas todo ha finalizado, concéntrate en el presente tienes una vida por delante—le digo seriamente.

—Eso es muy cierto, es lo mejor dejar la venganza, ahora tengo una vida por delante y a mi hermana que debo proteger—comenta Apolo alegre mostrando una sonrisa.

—Yo he decidido seguir viviendo mi vida con mi paz, tú sabrás que hacer con tu vida—le respondo seriamente.

—Tienes mucha razón... Es mejor seguir adelante tú tienes una buena vida al lado de esa rosa—menciona Apolo con un tono muy contento—. Felicidades has encontrado una diosa—dice sorprendido sonriendo un poco.

Solo quiero protegerla por favor espero que se encuentre bien...

—Ella es una diosa muy hermosa— le digo cerrando los ojos por un instante pensando en ella—. Intenta encontrar alguna mujer que te ame—le recomiendo seriamente.