Hades El despertar de la Atlántida #2 la trilogía

Capítulo 27

/Primera persona Valquiria/

Muestro un semblante serio mirando hacia el frente mientras abriendo el manco de mi espada, contemplando mis dos oponentes.

Ellos por su parte se muestran muy tranquilos mientras nos señalan con sus espadas colocándose en pose de batalla.

Hades y yo nos mantenemos muy serio empuñando nuestras espadas.

Aquellos tipos dan un paso adelante mostrando sus grandes escudos.

Uno de ellos se lanza hacia mí atacando me con su espada. Rápidamente retrocedo echándome un poco para atrás consiguiendo esquivar el ataque.

De pronto salvo disparada directamente hacia él, dándole un puñetazo en el estómago haciendo que salga disparado rodando un poco en el suelo.

El otro se lanza hacia Hades atacando con su espada. Mi esposo consigue detener el ataque con su arma mostrándole un semblante muy serio aquel guerrero.

Hades le da un pequeño empujón que y acto seguido le propinó un puñetazo en el estómago haciendo que salga volando que chocando en contra de un árbol.

Mi esposo suelto un pequeño suspiro me dedique una mirada tranquila.

Le muestro una pequeña sonrisa alzando mi espada para arriba sintiéndome algo emocionada.

De pronto escucho unos gruñidos de dolor que resuenan por el lugar. Paseo la mirada por la zona mostrando un semblante serio.

Me doy la vuelta rápidamente contemplando a Anfitrite sosteniendo a Poseidón que se encuentra algo herido.

Al verlos muestro un semblante sorprendido abriendo los ojos como platos. Poseidón me mira mostrándome una pequeña sonrisa.

—Hermano— dice Hades con algo de preocupación acercándose a él.

—No se preocupen estoy bien— comenta Poseidón seriamente.

—¿Qué fue lo que pasó? — Pregunto con un tono preocupado.

—Nos encontramos con Escila—comenta Anfitrite seriamente. — Poseidón y ella empezaron a luchar y el perdió la batalla conseguimos escapar a duras penas, de seguro se encuentra la playa—

—No puede ser tiene otro objeto más— comenta con un tono molesto.

De repente aquellos soldados se retiran rápidamente del lugar corriendo hacia el bosque.

—Entonces vamos— comenta Hades seriamente.

—Vamos chicos tenemos que ir a la playa— menciona Poseidón con un tono serio que empezando a correr hacia el bosque.

—Poseidón espera— comenta Anfitrite algo preocupada.

Hades y yo corriendo detrás de ellos esquivando los árboles rápidamente. Miro fijamente Anfitrite observando cómo está corriendo por el bosque persiguiendo a Poseidón.

Después de unos minutos.

Llegamos a la playa encontrando Escila observando hacia el mar sosteniendo un pequeño cofre y el tridente en su otra mano.

De repente un soldado vistiendo una armadura de color azul. Sale del agua recibiendo el pequeño cofre en sus manos mientras hace una reverencia su líder se coloca de pie rápidamente se da la vuelta volviendo hacia el mar desapareciendo entre las aguas.

Escila nos mira mostrando un semblante muy serio dando un paso al frente.

—Conseguido derrotar a todos los guardianes y recuperado algunos de mis objetos, estoy cerca de completar mi plan—menciona Escila con un tono serio. —Poseidón no eres nada sin el tridente— dice Ella expresando una pequeña sonrisa levantando el tridente.

—Poseidón es mucho más, él es eres un amor y un grande dios del mar— dice Anfitrite con un tono desafiante dando un paso al frente.

Poseidón al escuchar aquellas palabras muestra una pequeña sonrisa.

Bien dicho sirenita...

Escila por su parte expresa un semblante algo molesto. Poseidón mira fijamente Escila mostrando un semblante serio.

Escila crea una mano de agua que dispara hacia Poseidón. El por su parte se mantiene tranquilo sin ninguna pizca de miedo. Poseidón lanza un puñetazo hacia el ataque.

Ambos puños chocan y el ataque de Escila es destruido ante sus ojos. El dios de los mares muestra una pequeña sonrisa muy emocionado.

—Eso fue genial— dice Anfitrite algo emocionada.

Eso estuvo increíble...

—Yo soy Poseidón el dios del mar y voy a recuperar mi tridente— dice Poseidón muy decidido.

Escila muestra una pequeña sonrisa contemplando Poseidón. El dios del mar muestro un semblante serio colocándose en pose de batalla respirando algo agitado.

De repente del mar emergen muchas manos de agua lanzándose hacia nosotros. Hades y Poseidón empiezan a destruir las una por una.

Miro fijamente a Escila mostrando un semblante serio me disparo hacia ella atacándola con mi espada. Ella consigue detener mi ataque con el tridente.

Aquellas armas desprenden una onda expansiva destruyen algunas manos de agua.

Al mismo tiempo las dos retrocedemos mientras nos miramos fijamente los ojos. Tiene una mirada fría como el hielo. Le muestro un semblante serio sin ninguna pizca de miedo.

—Nos volveremos a ver diosa del inframundo— dice Escila con un tono serio.

De repente Escila se da la vuelta introduciéndose en el agua desapareciendo en el mar. Muestro un semblante serio observando hacia el frente apretando el manco de mi espada.

Nos volveremos a ver y voy a derrotarte.

Después de un rato.

Me encuentro en el bosque sentada debajo de un árbol junto a Hades, Poseidón y Anfitrite miro a mi alrededor contemplando los hermosos árboles. Hades se encuentra mi lado agarrando mi mano.

Se puede escuchar de fondo el sonido de los pajaritos. Mientras una suave brisa golpe al lugar haciendo merced los árboles provocando una pequeña lluvia de hojas

De pronto empieza a llover pequeñas gotas de agua empieza a caer del cielo. Me siento muy relajada y feliz de estar a su lado.

Sólo estamos descansando un poco después de aquella batalla.

Todos estuvieron increíbles ese día de hoy. Poseidón y Anfitrite muestran unas pequeñas sonrisas muy contentos mientras observa al cielo.

Hades y yo sólo estamos disfrutando el momento contemplando la hermosa lluvia.

Mi esposo me da un tierno beso en los labios con mucho cariño apartando su rostro del mío lentamente expresando una pequeña sonrisa.

Mi corazón empieza a latir como un tambor desbocadamente. Como si estuviera deseando salir de derecho.

Le muestro un semblante alegre con un leve sonrojo en mis mejillas mientras agarro su mano fuertemente. Ambos miramos hacia el horizonte contemplando la hermosa naturaleza.

Continuará...

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