Krista Mikaelson no es una persona conocida por abrirse con facilidad en cuanto a sus pensamientos se refiere, sino al contrario, pues ni su propia familia puede descifrar con claridad lo que pasaba dentro de su fragmentada cabeza, sobre todo tras l...
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xv. Everybody wants to rule the world
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Krista no tenía muchos recuerdos de National Mall, aquel verde y extenso parque con icónicos monumentos como el de George Washington y Abraham Lincoln, la Casa Blanca y el Capitolio así como varios museos, más que nada porque cuando llegó a Estados Unidos por primera vez huyendo de Mikael, este lugar aún no existía. Krista y su familia escapaban de su padre enfocándose en territorio europeo y algunas parte de Asia antes de arribar a América en 1712 a la colonia francesa de Louisiana, específicamente a una presa que habían bautizado como New Orleans, su estadía transcurrió mayormente en su amada ciudad creciente, si bien viajaba a otras partes del mundo no solía moverse en el joven país, hasta que Mikael reapareció y New Orleans cayó en 1919 forzando a los hermanos Mikaelson nuevamente a huir.
Actualmente se encontraba sentada justamente en una banca próxima donde Steve se encontraba corriendo, Krista estaba concentrada en su libro y en el brownie que engullía, se había despertado exactamente a las 5:30 así que inmediatamente fue a darse una ducha y comenzó a arreglarse, al ser un día de misión optó por vestirse sencilla con una camisa de tirantes color coral, jeans celestes, botines negros de tacón grueso, el brazalete que le dió Rómulo siglos atrás y el collar de ángel mecánico que Steve le regaló en navidad. Arregló una pequeña maleta con su traje, su espada y su libro y listo, salió de su hogar junto a Steve derechos al lugar que habían acordado con Natasha.
Sus ojos iban leyendo como los personajes de su libro se adentraban a Edom hasta que por inercia levantó la mirada y advirtió en Steve hablando animadamente con un hombre de piel morena, guardo su libro en la maleta y se levantó para encaminarse hacia él.
-Deberías dar otra vuelta ¿Ya lo hiciste? Lo supuse-escuchó mofarse al hombre moreno una vez se acercó a su amigo.
-Hola-saludó la híbrida cortésmente regalándole una amable sonrisa, Steve giró sobre sus talones y en un acto reflejo sonrió al verla impregnado de esa familiaridad al tenerla cerca-Déjame adivinar ¿Corrió creyendo que era Usain Bolt?-bromeó la chica reparando al moreno quien solo rio.
