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Deseaba poder estar en su habitación, desplomarse entre las mullidas almohadas y hundirse en el colchón para nunca volver a emerger. No era capaz de controlar las nuevas sensaciones que lo recorrían y desestabilizaron su mundo, la velada pasaba sin ninguna novedad para todos, pero él no podía respirar, se sofocaba.

Por si fuera poco, sólo recordaba el cómo Chittaphon le había exigido que se alejara de él. No era capaz de soportarlo, había algo que lo atraía hacia el joven, necesitaba escucharlo y tenerlo cerca aunque este le dijera por qué su persona le parecía despreciable en ese tono tan sutil con el que hablaba, al cual se había acostumbrado.

Cuando los invitados comenzaron a desalojar poco a poco el salón, dando por terminada la reunión poco después de la media noche, Taemin se escabulló y evitó las despedidas. Necesitaba alcanzarlo antes de que saliera, él era lo que quería en ese momento y lo obtendría, y con esa motivación trató de cortar camino hasta llegar al jardín principal, aquel en que la gente se aglomeraba mientras subía a sus carrozas y charlaban vagamente. Sabía que para entonces, los reyes le estarían buscando y preguntándose dónde se había metido, por eso tenía prisa.

Observaba desde los arbustos tratando de distinguir al azabache, ahora cubierto con un saco largo de color negro, y afortunadamente no tardó mucho en hacerlo, pero iba acompañado de Gooru, la doncella para la que trabajaba. No veía momento para intervenir en la escena, empezaba a desesperarse, hasta que sintió el tiempo detenerse cuando Chittaphon correspondió su mirada.

Tuvo el instinto de agacharse y esconderse, sorprendiéndose a sí mismo. Nunca se había sentido intimidado, tan nervioso y lleno de adrenalina. En cualquier momento la caballería saldría en su búsqueda por los alrededores, había fallado y se sentía como un tonto, porque aún si tuviera la perfecta excusa para librarse de los sermones de sus padres sobre andar por ahí sin escolta, su única y verdadera meta era llegar a Chittaphon, y había fracasado.

Hasta sentir las hojas crujir en su dirección.

ㅡ¿Hola? ㅡescuchó, y su piel se erizó. Era esa voz aguda y llena de carácter.

Sin mayor cuidado salió de su escondite, encontrándose con la mirada estupefacta del menor. No le dio tiempo de alejarse ni de reaccionar si quiera, tomó su brazo con fuerza y lo atrajo hasta llegar a la parte lateral del castillo, escuchando las quejas y protestas del chico. En ese lugar no había nada más que los establos más arriba, así que al llegar al lugar correcto, el Príncipe hizo chocar la espalda del bailarín contra el muro de roca del castillo, haciéndolo soltar un gemido de dolor.

ㅡ¡¿Qué le pasa?! ¡¿Qué demonios sucede con usted?! ㅡforcejeó, agitando su cabeza con fuerzaㅡ. ¡¿Por qué me hace esto?!

ㅡ¡Guarda silencio, maldición! ㅡtrató de tranquilizarlo, pero provocó todo lo contrario.

ㅡ¡¿Qué quiere de mí?! ¡¿Por qué no puede dejarme tranquilo?!

ㅡ¡Youngheum, escúchame!

ㅡ¡Déjeme ir! ¡No volveré al palacio, no lo haré, sólo suélteme!

Para entonces, Chittaphon se había rendido tratando de deshacerse del agarre del mayor, pero no dejaba de alzar la voz. No sabía qué le esperaba si alguien lo escuchaba, no sabía siquiera si era conveniente, mas era lo único que se le ocurría hacer. Por alguna razón sentía miedo, se negaba a mirar directamente hacia el Príncipe y sentía su dura mirada contra él. Esa vez, no era capaz de enfrentarlo.

Su respiración era errática y sólo tomaba aire para seguir pidiendo su libertad, hasta que la diestra del rubio tomó fuertemente su mentón, obligándolo a verlo por primera vez. No podía interpretar su mirada, tan clavada en la suya que se sentía como caer en un abismo.

ㅡNo te quiero hacer daño ㅡel aliento de Taemin chocó contra su rostroㅡ, sólo quería verte.

Ni siquiera el mismo Taemin comprendía sus palabras y tampoco tenía tiempo para hacerlo. Pudo percibir cómo la tensión del cuerpo del más bajo disminuía y eso le hizo bajar lentamente la guardia, aflojando su agarre y dejándolo únicamente sobre ambos hombros del tailandés. Así, sería capaz de cumplir su cometido.

Delineó con su enfoque cada detalle en el chico, desde las hebras negras cayendo por su frente debido al movimiento brusco, pasando por sus ojos, la perfectamente redonda punta de su nariz, y sus finos labios rosados ligeramente entreabiertos. Se mantuvo en silencio, grabándose cada una de sus facciones y comparándolas con sus recuerdos más tempranos, sin poderse creer que fuera capaz de verlo así de cerca.

ㅡNo se acerque más ㅡsusurró el más joven, tomando por sorpresa al Príncipe. Esa fue la primera vez que le escuchó utilizar un tono de súplica.

Una punzada atacó su corazón al escuchar aquello, puesto a que su intención realmente nunca fue infundirle miedo. Tratando de mostrar que era inofensivo se alejó de su cuerpo, alzando ligeramente sus manos y posteriormente, agachando su mirada.

ㅡLo lamento ㅡse atrevió a murmurar, y Chittaphon una vez más se sentía sorprendido.

Taemin sabía que una vez libre, el muchacho era capaz de huir y nunca más regresar. Sin embargo, no quería volver a ver esa cara asustada de nuevo, no se sentía bien.

Para su sorpresa, eso no ocurrió. El tailandés se mantuvo en su lugar sin decir nada, sólo observándolo directamente. Había algo diferente en el Príncipe, quien únicamente estaba actuando bajo su ingenuo instinto. Taemin apretó sus párpados, soltó cierto bao de sus labios, causa de la gélida noche y su brisa.

ㅡNo sé qué pasa conmigo... No me siento como yo mismo, no puedo parar de pensar en ti.

Criminal [TENMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora