— No puedes hacer esto, Farah. Llevamos muchos años juntos...¡tenemos planes de quedarnos juntos y casarnos! — Comentó alterado, la chica realizó una mueca sintiendo sus ojos picar, sentía como si arrancaran cierta parte de ella. Jungkook ha estado en todo momento, de eso no había duda, toda su atención se encontraba centrada en ella. Nunca ha tenido indicios de haberla engañado ni mucho menos han discutido por cierto tema. Pero ahora...ahora todo era diferente, las discusiones predominaban en ellos y no había nada que los parara una vez que empezaban.— Jungkook, no todo es para siempre. Si, te amo muchísimo, lo sabes. Pero estoy cansada de esto, ademas, estas dentro de esos negocios peligrosos. No entiendo cuál es el afán de estar con esas personas, de vender drogas. No es un pasatiempo, sería algo muy estupido de tu parte. Y tal vez esto suene tan...¡ah! Tienes tanto dinero que podrías comprar un país entero, y no hay excusas de que quieres tus propios billetes porque el que ahora tienes ya te fue heredado por tu padre. Y si fuera así, de acuerdo, no hay ningún problema, pero hay demasiados trabajos que no son peligrosos ni mucho menos ilegales — Explicó con molestia, demasiada en ella. Miro a Jungkook quien solo miraba hacía el frente totalmente harto de los reclamos de su novia. Pero trataba de tranquilizarse, porque la amaba y sabía que se lo decía por su bien.
— Farah, por favor. Tenemos que arreglar esto, una vez más te lo digo, ¿por qué sólo te concentras en discutir conmigo? — Soltó una risita, llevo ambas manos al volante del auto y ejerció fuerza contra el.
— No me encanta hacerlo, es solo que... Jungkook, mi única inquietud es que estes dentro de ese negocio. Por Dios, ¿en que momento pensaste que todo estaría bien? No piensas en los posibles peligros — Dijo, su novia quien estaba a punto de soltarse a llorar como una magdalena. Farah lo veía con tristeza en sus ojos, sintiendo esas ganas de que Jeon la abrazara todo el tiempo y no la soltara.
— No puedo salirme de ese negocio, al menos no por el momento. Lo siento, Farah.
— De acuerdo, llévame a casa.
La conversación había terminado, no hubo más reclamos, no hubo más palabras ni mucho menos miradas dentro de aquel auto. El trayecto de la fiesta al hogar de Farah, era de una hora, por lo cual, aprovechó a dormir un poco. Quería llorar mucho, hasta que su cabeza doliera pero no frente a Jungkook. Prefería estar en su habitación, cómoda y bebiendo un poco de té de manzanilla.
Farah despertó en cuanto había sentido que el auto se detuvo, se encontraba frente a su casa, la cual estaba siendo remodelada pero aún así trataría de acceder a su habitación. La chica tomó el asa de su bolso y lo apretó un poco, había mucha tensión entre aquellos dos y aunque quería decir algunas palabras, no podía. Se sentía nerviosa. Hasta que Jungkook, lo hizo:
— Pasaré mañana por ti, será temprano, quiero que vayamos al club para jugar tenis — Su voz fue tranquila, ella negó y volteó su rostro para ver a su novio.
— No, es hora de que nos demos un tiempo. Por el momento, no me llames ni mucho menos me busques — Hizo el ademán de salir del auto pero Jeon la detuvo colocando su mano derecha en el ante brazo de Farah. La tomó de la nuca para impulsarla hasta sus labios. La besó, como si nunca más volviera a verla, como si se tratara de una despedida. Ella se dejó llevar, porque en cierta parte lo deseaba también, quería estar con él pero...era un total lío su cabeza ahora mismo.
— Lo siento, preciosa. Solo, no me dejes — Susurró en sus labios, Farah se alejo un poco y lo miro fijamente. Tenía unos ojos muy bonitos, de eso no había duda, su rostro en verdad parecía ser de un niño pequeño pero también solía verse como todo un chico malo, ella era la única que conocía esa faceta de Jungkook, de ser tan tierno.
Farah acarició el cabello de Jeon, con mucha delicadeza sintiendo lo suave que es. Cada día se encontraba más largo y eso le encantaba, llevaba perforaciones por diversos lugares: ceja, labios, lengua, nariz y orejas. Jungkook colocó un mechón de cabello que había resbalado hacía el rostro de Farah. Parecían estar en una batalla de miradas, por que era lo único que hacían. Mirarse.
— Eres hermosa, amor. No me imagino una vida sin ti, recuerda nuestros planes a futuro, queremos casarnos. No podemos echar esto por la borda, porque sabes perfectamente que el darnos un tiempo es como si termináramos. Y todo puede cambiar, ¿que si conoces a otro chico?
— No hay ni habrá otro chico en mi corazón, solamente tú, Jungkook — Farah no se resistió más y se acomodó en su pecho, su novio la rodeó con sus brazos y por último besó su coronilla.
Después de «por lo menos» veinte minutos, salió del auto desliéndose de su novio. Aún así, ella deseaba estar sola para librarse de tensiones, estrés y demás. Jungkook no muy convencido, acepto. Farah introdujo la contraseña de la puerta principal y entró rápidamente, eran más de las tres de la mañana y le causaba un temor horrible estar en ese lugar completamente sola, pero así lo quería.
Había ciertos materiales en la primera planta, se trataba de los que usaban las personas que estaban arreglando su casa. Subió las escaleras trotando, se adentró a su habitación con mucha rapidez y cerró la puerta detrás de ella. Sintiendo su corazón casi salirse, siempre tenia ese sentimiento de que alguien la veía o la perseguía. Con ambas manos llevo su cabello rubio hacía atrás, lanzó el bolso al pequeño sofá que tenía dentro y se desplomó en la silla del tocador. Se miró al espejo por algunos segundos y sonrió sin mostrar sus dientes, tratando de hacerse la idea de que las cosas estarán bien entre ella y su novio. Abrió el primer cajón a su derecha y de el, sacó las toallas desmaquillantes. Ahora mismo se encontraba con demasiada pereza, así que solo se quitaría el maquillaje con las toallas e iría a dormir. Al día siguiente podría seguir su rutina de todos los días para su rostro.
Se despojó de su ropa y colocó su pijama que Jungkook le había obsequiado en un día...no tan especial. Él solía comprarle muchas cosas aunque no estuvieran de aniversario, fuera su cumpleaños y demás. Farah soltó un grito en cuanto su teléfono móvil empezó a sonar, llevo su mano derecha a su pecho totalmente asustada. Camino hacía el bolso y lo sacó, un mensaje de Taehyung.
Kim Taehyung
Hola, disculpa si es muy tarde. Solo quería desearte buenas noches, supongo que estarás cansada por la fiesta.
3:56 am.
El ceño de Farah se frunció cuando había terminado de leer el mensaje de texto. ¿Como es que él sabía que había asistido a una fiesta? Todo era muy raro, no lo vio por esos lugares, además, sabe que no es el ambiente que a Kim le guste. Tampoco había subido historias a Instagram, nada. Era una fiesta no tan legal de los amigos de Jungkook. ¿Como lo sabía Taehyung? Había tantas posibilidades que prefirió ignorar el mensaje y acostarse para dormir.
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LETTERE | KTH + JJK
Romance"Tan radiante y preciosa como todos los días, era lo que pensaba Kim Taehyung al ver a su amor platónico de la mano con Jeon". Donde ese chico de gafas y ropa holgada que solía aislarse de toda la comunidad estudiantil, está enamorado de la novia de...