Capítulo 5: Familia

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-Los japoneses no tienen sentido del humor- Reproché a Kageyama.

- Las chilenas se ríen de cosas sin sentido- Reprochó a Emy.

- Al chileno le gusta el chiste corto- Reí a carcajadas, esa frase de por si no tiene sentido y me parecía graciosa, tanto así que podría hacer de ella una forma de vida. 

- De todas formas, aceptas o no- El chico de cabello negro azabache cada vez apretaba más la mano mientras su expresión cambiaba de vergüenza a impaciencia. Me solté de su agarre y apoye mis manos en el vidrio. Decidida a dar una respuesta, fijé mi mirada en Kageyama que no podía estar más rojo mientras veía su mano. 

-¿Tenía las manos sucias?- Levantó la mirada para mirarme con sorpresa al darse cuenta de que lo estaba observando con cara de disgusto. 

El chico se quedó en silencio un buen rato, probablemente no sabía qué responder a la pregunta. Llevábamos un buen tiempo al frente de los perritos y estos ya estaban amontonados intentando alcanzar mi mano. Eran preciosos, la diversidad de colores hacía de mi elección un calvario. 

-Kageyama, ¿Qué tipo de perro te gustaría?- dije moviéndome de un lado hacia el otro viendo como los cachorros me seguían. 

-Uno que sea fuerte, inteligente, intimidante- Comenzó a enumerar adjetivos como loco, todos ellos parecían como si buscara un perro preparado para el ataque. Yo solo veía pequeños que seguían su cola o mis manos.

Uno de ellos era diferente, me miraba tranquilo desde un rincón como si en su hocico se formara una sonrisa con su cabello ondulado. Era de color negro con su pecho blanco, podría decir que era de los más viejos entre los cachorros por su porte en comparación a sus patas. Llamé al encargado para que lo sacara, estaba tan tranquilo al ser tomado tanto por mi como por kageyama quien lo veía con ojos brillantes por tan hermosa criatura.

-¿Tiene algún nombre?- Le pregunté al encargado mientras acariciaba al cachorro que yacía en los brazos de Kageyama.

-Tengoku (cielo), cuando lo vi dije "es tan lindo como el cielo"- Sonrió.

-¿Podría dejarnos solos para conversar con mi novio?- Dije sonriendo, la cara de Kageyama cambio a una de confusión y vergüenza.

-Oye como eso de...-Interrumpí mientras veía al encargado alejarse.

-No estoy dispuesta a pagar por ese perro- Dije seria-  Llevemoslo, yo cuento hasta 3 y corremos lo más rápido que podamos.

-Emy-san, mejor paguemoslo. No quiero meterme en problemas- Dijo con el ceño fruncido.

-No pero mira, tú confía en mí. ¿Tú sabes lo que hacen con los perros de criadero que no son vendidos?-Negó- Son cruzados con perros para hacer más cachorritos, sino los duermen. 

Sentí como el alma de Kageyama se ablandó al miran la carita de pena de Tengoku. Pero aun asi no se atrevió y se acercó al mostrador para pagar al perro. Salimos de la tienda con el perro en brazos y una bolsa de comida.

- Cobarde- Insulté a Kageyama.

- ¿Cobarde yo?, lo siento pero no puedo hacer algo como eso. Acá por lo menos no es bien visto- Dijo molesto mientras volvía a acomodar la bolsa entre sus brazos.

- Eres un mal ejemplo para nuestro hijo Kageyama- Fingiendo sollozos abracé al perrito esperando una reacción de vergüenza de su parte , al contrario extrañamente vi una pequeña sonrisa en su cara.

- Criaré a ese perro para que odie a su madre- Dijo maliciosamente, me sorprendió totalmente que no negara la pequeña familia que había inventado- Pero primero, déjame invitarte un café.

-¡Ay Kageyama!- Dije empujandolo en tono de broma mientras reía. 

Nuestro camino fue así, lleno de risas, bromas de familia y café. Claro que a veces se le iba el hilo y decía cosas realmente aburridas o rebuscadas, a lo cual aun así reía por lo difícil que se le hacía agarrar mi ritmo, además su sonrisa daba un miedo horrible.

Llegando a su casa nos esperaba la madre de Kageyama, quien nos veía como si hubiera caido un angel del cielo y le hubiera dado la bendición. Llorando aceptó al perrito mientras decía "Todo lo que tú me pidas", lo cual me recordaba a una canción de princesa alba. Salimos al patio, mientras dejábamos al perrito en el pasto nos sentamos a jugar con él mientras pasaba por nuestras manos comenzamos a conversar.

- Kageyama, ¿Qué nombre le pondremos?- pregunté mirándolo atento.

-Milk.

-Next- Dije en tono de burla negando con la cabeza. Él solo frunció el ceño.

- Oreo.

-Hecho. 

Los tres nos recostamos en el jardín a conversar. Él me contó que después de haberme herido y ofendido, lo suspendieron por una semana con la condición de que cuando volviera, ayudara en el equipo de voley como forma de socializar y ambientarme con las expresiones informales del Japonés. El lunes comenzaban las prácticas, para ser sincera hacer esfuerzo fisico era lo último que deseaba en estos momentos ya que aún tenía delicada mi nariz por su pelotazo. Él solo me llamo floja.

-De todas formas, no me destaco en ningún ámbito físico. No corro, no salto, no tengo reflejos y me canso muy rápido- Dije mientras cerraba los ojos y posaba mi mano sobre mi estómago. El viento y el olor fresco de la primavera era una sensación exquisita.

- Ya encontrarás algo que hacer, y si no lo haces simplemente no estorbes. 

Me sentí ofendida con lo que había dicho, pero aun así él tenía toda la razón.

- Sabes, en mi vida solo soy buena en 3 cosas. Escuchar y comprender a las personas, coser y cuidar animales- Acaricie la pancita de Oreo mientras él veía al pequeño- No tengo muchas intenciones de ser una carga para ti Kageyama, nuestra relación hasta el momento se ha basado en malos entendidos y heridas tanto emocionales como físicas. No eres alguien  que querría tener cerca. Tu forma de ver el mundo es completamente distinta a la mía, es como si los vieras desde un pedestal y esquivando todo lo posible para que nadie escarbe en tu interior, en tus pensamientos y emociones que crean un la parte más sensible de un ser humano. No quiero que pretendas ser mi amigo si luego bloquearás tu interior para que yo no pueda entrar.

No estaba segura si lo que habia dicho lo entendia de la misma forma en que lo veía yo, hasta pensé que tal vez mis palabras eran muy duras para alguien como él. No podía decir esas cosas después de pasar una mañana jugando a ser la madre de un perro.

- Emy-san, solo no te alejes de mí.






NOTAS DE LA AUTORA UOUOUOUOU

bUENASS, aquí su autora escribiendo otro capítulo porque se sintió inspirada después de ver unos capitulos de haikyuu n.n 

Les escribo a pesar de que nadie lee mi historia D:, agradecería mucho que compartieran y dieran estrellitas a los capítulos. 

GRACIAS POR LEER, NOS VEMOS MAÑANA <3




*°𝘓𝘢 𝘉𝘳𝘶𝘫𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘦𝘳𝘷𝘰𝘴°*- [𝙆𝙖𝙧𝙖𝙨𝙪𝙣𝙤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora