CAPÍTULO 49: El Larva

302 54 28
                                    

No entendía cómo había llegado a la entrada del departamento de la chica, pero lo había hecho y no se arrepentía de nada.

Miró a su alrededor pensando que tal vez era demasiado temprano para llegar de sorpresa, sobretodo porque conocía los perezosos hábitos de su ex novia. 

Un pequeño quejido junto a alguien gritando se escuchó en la esquina.

- Lo siento mucho- Dijo la muchacha tambaleándose.

- Fíjate, pendeja aweoná- Respondió un hombre. 

- Lo siento... -Dijo bajito.

Kageyama la miró y se escondió detrás de un árbol por inercia. Ella se tambaleaba buscando algo de dónde sujetarse mientras cerraba y abría sus ojos con rapidez. Sintió un poco de angustia al verla tan vulnerable, salió de su escondite esperando que ella se diera cuenta que estaba casi a su lado, sin embargo no lo vió. 

Llegó a la puerta de la recepción y sacó de su cartera un llavero con cientos de llaves, las cuales tocaba con recelo acercándolas y alejándolas de sus ojos. Suspiró y se acercó.

- Oh - Se dió cuenta de su presencia pero no lo miró- ¿Va a pasar?.

Kageyama se quedó en silencio intentando encontrar una respuesta lógica a su ceguera.

- ¿Es mudo?, yo soy ciega jajaja... -Rió bajito- Mal chiste, lo siento mucho...

- ¿Cuál es? -Dijo con voz gruesa, intentando que ella no lo reconociera aún.

- Señor, le digo altiro si me está intentando robar no lo haga -Sonrió y escondió su rostro- No tengo ni cama.

- Yo te ayudaré, dime qué llave es y te abriré -Dijo en un suspiro.

- La que está marcada con esmalte de uñas blanco -Le entregó las llaves y él abrió al segundo.

- Puedes entrar -Mencionó viendo su rostro alegre.

- ¡Gracias! -Sonrió y lo abrazó- Señor, ¿usted vive por acá?.

- Soy Tobio, no te hagas más la tonta...

Su cuerpo quedó congelado intentando recordar cuándo lo había invitado a su casa, sabía que el sábado pasado habían conversado pero nunca creyó que él realmente la iría a ver. Subió su rostro intentando mirarlo al rostro, pero aún así no pudo enfocar.

- Pasa conmigo -Dijo alegre. 

Pensó que ahora mismo le vendría un poco de su ayuda. Él entró sorprendido por lo oscuro y antiguo que lucía la recepción, sobretodo porque no había ni un portero registrando quién entraba y quién salia, tampoco ascensor ni piscina. 

- Tobio, te pediré el favor de que me ayudes a subir -Dijo buscando su brazo- Hoy fui al doctor a hacerme la revisión anual y me salió todo mal.

- ¿Por qué?, ¿Ya no estás ocupando los lentes? -Preguntó sosteniéndola y subiendo lentamente.

- Los dejé de ocupar porque se me perdieron, hoy fui a ver si podía sacar unos nuevos y no sé si la maquina estaba mala o yo realmente estoy mal de vista, pero me echaron unas gotitas para no enfocar.

- Pero eso no te puede dejar tan ciega, Emilia -Dijo un poco preocupado.

- Es que yo veo, pero no enfoco y me molesta muchísimo la luz -Rió- Llegando al departamento cerraré las cortinas, ¿te molesta?.

 - Pfff -Rió amablemente- Tranquila, te puedo ayudar todo lo que quieras.

- Gracias -Sonrió contenta- Pero a todo ésto, ¿qué te trae por aquí?.

*°𝘓𝘢 𝘉𝘳𝘶𝘫𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘦𝘳𝘷𝘰𝘴°*- [𝙆𝙖𝙧𝙖𝙨𝙪𝙣𝙤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora