CAPÍTULO 46: Dejar de Hablar

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Lo esperado debía llegar.

Finalmente llegó, pero como no salió como planeaban.

El ataque rápido de Kageyama no había funcionado contra el bloqueo de Aoba Josai. Emy recordaba ese sentimiento de la forma más horrible del mundo, de los pocos partidos vistos por ella, creía que ese era uno de los mejores y más emocionantes que pudo asistir. Se maldijo también, por no asistir el día anterior y ver el desempeño de sus amigos.

Llegaban de almorzar, ella no tenía los ánimos de comer algo viendo como sus amigos lloraban. Sobretodo Kageyama, quién lloraba en silencio.

No sintió que debía tocar el tema. Conversarlo no solucionaría nada para él, su personalidad y forma de reaccionar a este tipo de situaciones sólo haría que tuvieran una pelea. Ignorarlo y hacer como que nada sucedió era la mejor opción.

El camino a casa fue igual de frío, ninguno se miró al rostro ni mucho menos dijo algo para alivianar el ambiente. Sólo iban juntos, pero si alguien los viera desde lejos, parecía que no se conocieran.

Hasta que llegaron a casa, el naranjo atardecer con sus últimos destellos de sol habían iluminado sus habitaciones por lo que la calidez los enrollaba a cada uno. Emy dejó sus cosas encima, sacándose el uniforme y colocándose ropa cómoda.

Kageyama en cambio, se dirigió a las duchas. El sudor y las lágrimas no eran algo que a él le agradara tener en su piel, sobretodo porque estaba expuesto a ser abrazado por su chica y la vergüenza de oler una piel adolescente no era un panorama romántico.

Se desnudó y abrió la llave del agua fría, adentrando a su cuerpo al chorro que no podía permiso para tocar su blanca piel. El jabón junto a una espuma de baño, lo pasó por cada centímetro dejando un olor a lavanda. El shampoo de cítricos dejó su cabello fresco y limpio.

Pero él aún no se sentía bien.

Apagó el agua, el cuerpo aún le pesaba y no tenía ánimos para vestirse. Se secó y colocó la ropa cómoda que tanto anelaba utilizar. Una camiseta ancha y blanca más un pants negro.

Se secó un poco el cabello con la toalla y salió, viendo que afuera le esperaba la chica con un montón de productos para su piel.

-¿Terminaste? -Preguntó tímida.

- Entra -Dijo seco.

Se apartó dejándola entrar y el siguió su camino hasta la habitación. Se sentó en la cama procesando el rostro de la chica, que lo miraba con miedo como si él la fuera a ofender en cualquier momento.

Tomó su teléfono, habían veces donde no podía conversar con ella de frente sin herirla. Entró a su chat y escribió un mensaje.

Kageyama:

Sé que no ganamos y creo que las cagué, lo siento muchísimo. Asumo que es mi error y debo hacerme a un lado porque ya perdí, no hay necesidad de que sigas evitando hablar conmigo. Espero que lo que pasó no afecte a nuestra amistad...

Te adoro.
19:56pm

Dejó el teléfono a un lado y miró a la ventana, la ansiedad que le dió escribir ese mensaje le hacía cuestionarse si había quedado como un imbécil o no.

"¿Quién querría estar con alguien como yo?, sobretodo Emy, ella es muy diferente a lo que soy" Pensó.

Hasta él creía que era insoportable y que su personalidad, por muy reprimida que estuviera, no podía ser compatible con alguien tan refrescante como Emy.

Siempre pensó que tenía algo en especial que otras mujeres no, no era si cuerpo ni tampoco su forma de actuar en un entorno, sino que ella le tenía mucha paciencia y comprensión cuando otros no. Su época en secundaria fue muy dura, convivió con gente a la que trató muy mal, y siempre esperó que el karma se le devolviera de la misma forma.

*°𝘓𝘢 𝘉𝘳𝘶𝘫𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘦𝘳𝘷𝘰𝘴°*- [𝙆𝙖𝙧𝙖𝙨𝙪𝙣𝙤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora