CAPÍTULO 51: Quién lo diría

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Kageyama, como buen novio, decidió dar el primer paso para su vida juntos y dejó que Emy decidiera en dónde vivirían los siguientes años.

Ella respondió un un rotundo "Seguiremos en Chile" cada vez que él insistía en irse a un país más cercano a Japón. Sin embargo, él aceptó e hizo toda la tramitación para ser aceptado sin problemas en el país. Todo iba tan bien para él, que ya no le importaba tener que viajar muchas veces al año para concretar su vida como deportista.

A Emilia tampoco le importaba mucho que él viajara tanto, claro que existían días que sólo quería verlo y abrazarlo, pero ya pasaron tantos años en esa modalidad que no le producía mayor ruido la situación.

Dejó que eligiera el país dónde vivirían, pero no la casa.

Por alguna razón, su intuición le diría que ella ahorraría lo mayor posible y sería capaz de arrendar un departamento que no le gustara, pero que fuera accesible.

El dijo "No, tendremos una casa donde se nos haga cómodo".

Revisó muchas casas en el barrio alto de la ciudad. Ella no se sentía cómoda de compartir una costosa casa cuando quién pasaría el mayor tiempo sería ella y sus mascotas.

Él insistió, "Los perros necesitan un lugar para correr, yo necesito un lugar para entrenar".

"Okey, vámonos de Santiago y vivamos en un lugar donde sea más barato y más bonito".

Lo pensó mucho tiempo, el aeropuerto le quedaría más lejos y si llegaba a conseguir un trabajo probablemente no sería en ninguna ciudad que no fuera la capital.

"No, sigamos buscando una en la capital".

Era la madrugada en el departamento de la chica, que por suerte, ya tenía una cama pero seguía instalada en la sala de estar.

Un anuncio saltó en la ventana de la laptop de Emy, haciendo que ambos se sorprendieran y sonrieran al instante.

"El cajón del Maipo dicen que es bonito en invierno" Dijo Emilia con emoción.

"El patio es grande, la casa es regular aunque parece cabaña" Dijo la mirando las fotos de la infraestructura.

Kageyama besó la frente de Emy y confirmó su visita para los siguientes días. Ella debía trabajar mañana, por lo que apagó su calienta cama y se acurrucó con el muchacho que le calentaba.

Así, llegamos al día de la mudanza. Lamentablemente, su novio había viajado de vuelta a Japón por algunas semanas. Pero no tardaría en llegar y ayudar en lo que fuera necesario.

Afuera llovía torrencialmente y el frío congelaba su cuerpo que no encontraba la llave para entrar al hogar. Detrás suyo, un hombre de más de 30 años la esperaba impaciente a que abriera la puerta.

- Oye, ya po. Apúrate -Reclamó con una caja en sus brazos.

- Cállate, que me da más frío -Reclamó.

- Eso no tiene lógica.

- No me weí, Benjamín.

Logró encontrar la llave y ambos entraron. La casa de por sí era muy moderna a pesar de estar en un lugar tan alejado a la civilización, sin embargo no dejaba el tono rústico de las montañas. Las paredes revestidas de madera y piedras, el sofá azúl con mantas de colores y diferentes cuadros de arte abstracto llamaban la atención en la sala de estar. Al lado, una pequeña chimenea quitaba la tranquilidad de la chica. Acercándose, vió como las cenizas y trozos rostizados de madera descansaban sin señal de calor.

Suspiró y junto a él, una pequeña bruma salió de su boca.

El hombre detrás suyo la miraba con orgullo, quién iba creer que su pequeña hermanita se independizara antes que él y más importante aún, consiguiera a alguien que la amara con todos sus defectos.

*°𝘓𝘢 𝘉𝘳𝘶𝘫𝘢 𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘊𝘶𝘦𝘳𝘷𝘰𝘴°*- [𝙆𝙖𝙧𝙖𝙨𝙪𝙣𝙤]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora