Algo Robado, Algo Azul (Berlín x Palermo)[Traducción]

Capitulo 8: Team Palermo

Una fiesta, especialmente la recepción de una boda, es algo delicado. Es difícil conseguir el ambiente perfecto. Pero lo hizo. Con Martín, para él creó algo verdaderamente grandioso.

El escenario es apropiado, nada como un soleado palacio europeo para hacerlos sentir como dioses entre los hombres. La música es refinada, solo instrumentos de concierto, obviamente. La comida es exquisita y el vino extremadamente raro.

Aún mejor, los invitados del pasado se mezclan a la perfección con los de su presente. Puede ver que Marsella y su cachorro son bastante populares entre Paula y Cincinnati. Con todo el mundo, de verdad. Pero aprecia cómo la presencia del perro contribuyó a mantener a los niños ocupados y apartados. Para que ellos pudieran saborear su día libremente, sin ser molestados.

También se da cuenta de cómo su dulce y tolerante Tatiana se está convirtiendo rápidamente en amiga de Tokio y, por lo tanto, la mantiene distraída y fuera del camino de su también. Una bendición. Dejándolas bailar juntas y mantener la voz molesta de Tokio lejos de sus oídos.

Y, contra todo pronóstico, incluso se está desarrollando una debilidad por Denver. Claro, es ruidoso, desagradable, y definitivamente más cariñoso de lo que necesita ser. Pero ha sido un padrino adecuado. Obediente, devoto. No planea informarle de esto, obviamente. Pero la verdad es que está encantado con su entusiasmo, con la dedicación del chico para hacer este día absolutamente perfecto para Martín. Algo con lo que solo puede identificarse.

Incluso Sergio ha sido una delicia. Es cálido con su esposo, y no es una espina clavada en el costado como él esperaba. Oh, cómo le encanta ver a su hermanito bajar la guardia, por una vez. Nunca será un buen bailarín, ni siquiera uno decente. En realidad lo intentó, por su hermano. Participó en la recepción, la música y el baile . O al menos, su versión.

Así que este día ha demostrado ser un éxito total. Un triunfo resonante, hasta ahora.

En primer lugar, en una nota personal. Porque es uno de los días de Andrés con Martín.

Pero también, a mayor escala. Porque este es un evento que también debería importarles a los invitados, y lo ha hecho. Ha sido alegre, único y sorprendente de muchas maneras.

En pocas palabras, todos se llevaron bien y se divirtieron. Lo cual fue perfecto, para que la ocasión fuera recordada. Para que su boda sea memorable.

Pero ahora, parece que su boda será memorable por razones totalmente equivocadas.

Porque en solo unos segundos, todos sus esfuerzos, todo el trabajo minucioso que puso para crear un evento que valió la pena...

Se derrumba.

De repente, la música se detiene y algo en el aire se siente mal. Podrido. Puede sentirlo en sus huesos. La mayoría de los invitados parece estar acudiendo en masa hacia El profesor, por lo que interrumpe con pesar la fascinante conversación que tenía con Raquel y sigue a las masas. Mientras camina hacia su hermano, se prepara para desatar sobre él su justa furia.

Los bordes ardientes de su ira se apagan con su sorpresa. Su confusión. ¿Cómo hizo esto Sergio? ¿Cómo logró, en tan poco tiempo, comprometer este ecosistema de excelencia perfectamente equilibrado que creó?

Su hermano suelta algunas tonterías sobre un plan de evacuación, pero es a Martín a quien le dice las últimas palabras. Los que cambian y destruyen todo.

Tenemos que irnos, Martín.

La policía está aquí.

En un instante, el concepto de alegría ha abandonado el edificio. Pero en ese mismo instante, ya no importa. Nada de eso lo hace. La recepción, los invitados y su disfrute son secundarios a su seguridad.