Capítulo catorce

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Comencemos de nuevo

Al volver al campamento, aún no había ninguna persona despierta, la actividad de la noche anterior los dejó a todos sin ánimos de levantarse temprano, el único que esperaba impaciente era Ohm, estaba sentado en medio del fogón y movía las brasas de la noche anterior con un palito.

- Dale una oportunidad, solo habla con él. Ha estado despierto desde que te fuiste de la montaña. – Su padre lo empujo, Fluke se sintió extraño de pronto. Él levantó la vista y sus ojos tropezaron, estaba preocupado, se le notaba por la forma en que fruncía el ceño y la forma en que lo miraba.

- ¿Estás bien?, ¿Por qué te fuiste de esa manera?

- No lo pensé mucho, lo siento.

- En el pasado siempre decías que lo sentías y yo me molestaba por eso. Ahora solo quiero que te disculpes por irte así, está bien si me odias, pero no odies a Gio, él no tiene la culpa.

- No te odio, lo siento, si creíste que lo hacía. – Dijo apresuradamente.

- ¿Qué sientes por mi entonces?

- Solo sé que no te odio... - Dijo mirando el cielo. - No sé qué más debería decir...

- Dime que me darás otra oportunidad para demostrar que puedes confiar en mí.

- Te la daré... - Dijo antes de darse la vuelta y orientar sus pasos a la cabaña que ambos compartían. Sintió los pasos de Ohm colarse en la habitación detrás de los suyos, sintió sus manos detrás de su cintura y sintió como besaba su cabeza, lo mantuvo ahí, apoyando su espalda contra su ancho pecho.

- Me haces muy feliz. – Dijo girándolo. Pronto le levantó el rostro y acaricio sus labios. - Todo lo que hice fue extrañarte y odiarme por no seguirte. – Dijo mientras mantenía su vista fija en sus ojos. - Haré que me ames otra vez. – Ya te amo, siempre te he amado. Pero esta vez no diría nada, al menos por esta vez quería saber cómo sería sentirse conquistado, lo esperaría.

- ¿Otra vez?, nunca dije que te amara antes. – Dijo entrecerrando los ojos.

- Si, lo dijiste. Recuerdas cuando te dormiste en el archivo. Te pregunte por que sonreías, dijiste "Por qué te amo"

- Estaba soñando..., no cuenta. – Ohm rio.

- Me amabas entonces, me amaras de nuevo.

- ¿Qué harás para que eso pase? – Preguntó levantando una ceja.

- ¿No sabes?, cuando Ohm Thitiwat se pone en plan de conquista es muy persuasivo. – Dijo con tono seductor.

- Entonces no quiero. – Inútilmente trató de salir de sus brazos.

- Au, ¿Por qué no? – Hizo una cara triste.

- No quiero que uses tus trucos conmigo.

- Prometo que solo los usaré contigo.

- ¿Y piensas que caeré?

- ¿No estás cayendo ya? – Susurró cerca de sus labios.

- Ni un poco. – Aunque su corazón decía otra cosa. Ohm bajo más y abordó su boca. Los besos de él siempre fueron urgentes y apasionados, pero esta vez fue dulce, suave, de una delicadeza sutil, que lo hizo cerrar los ojos casi de inmediato, solo para sentir e imaginarse que estaba cerca del cielo. Cuando los labios de él lo abandonaron le costó volver a la realidad.

MI QUERIDO SECRETARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora