Capítulo nueve

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Corazón roto.

Desde que su hija cumplió la mayoría de edad el viejo Ritprasert tenía un plan, casarla con Gio el hijo mayor de su mejor amigo. Un muchacho inteligente y con un futuro brillante. Pero ella testaruda desde niña se casó con Thom Thitiwat, los años pasaron y después de un accidente automovilístico Thom Thitiwat murió dejando destrozada a su esposa y dos hijos. Gio nunca supo del plan de sus padres y tampoco hubiese cedido, en su corazón vivía Del un chica humilde pero hermosa de quien se enamoró perdidamente, pronto se casaría y formaría esa familia que él siempre soñó, pero nunca contó que un día ella desapareciera sin dejar rastro, ¿Por qué?, Gio nunca lo supo. Si no fuera por la carta que el viejo Ritprasert ordenó entregar a su nieto mayor, nadie se hubiese enterado de la verdad, que tanto él, como el padre de Gio habían tramado todo lo que pasó.

Sam:

Me deshice de ella, sin titubear ni un solo momento, ella dijo que estaba embarazada, eso es algo que no le dije a nadie, ni siquiera a mi amigo, solo puse más dinero en su mano para que abortara a ese niño, diciéndole que Gio ya estaba comprometido con mi hija y que él no quería saber nada sobre ella, ¿Por qué?, porque de eso dependía la empresa, me arrepiento. Años más tarde me encontré un pequeño niño caminando por la calle y lo seguí hasta una casa, le compre un pedazo de pan, que compartió con un perro negro flaco, supe enseguida que ese niño era hijo de mi yerno, el mismo pelo, los mismos ojos, la misma sonrisa. Entonces comprendí el daño que había causado, no tenía el derecho de quitarle a Nong su vida, su padre, su propia madre. Él se llamaba Fluke, era muy pequeño, pero muy inteligente, un muchacho encantador, fui cada semana hasta que una tarde de invierno escuché sus gritos. Del estaba muerta y el niño estaba golpeado, atado de manos en un cuarto sucio, el responsable de tal ataque fue un cobarde, que al final terminó detenido, pero nada podía devolverle la vida a Del, creo que parte de esta enfermedad es un castigo por su muerte. Nong Fluke estuvo internado por varios meses hasta que sus heridas sanaron, en mi cobardía no pude decir la verdad, así que me prometí cuidar de él y devolverle en algún momento todo lo que había perdido. La vergüenza que siento de mí mismo por quitarle todo lo que por derecho le pertenecía me impidió darle la cara a Gio y entregarle a su hijo, sé que hubiera sido un gran padre, así como lo fue para ustedes. "La casa del niño", allí es donde lo puse, cree esa fundación para él, para tratar de acallar mi conciencia, pero no fue suficiente, el daño causado por el momento es irreparable, en el informe que he dejado con el abogado esta detallada la información que necesitas para comprender hasta qué punto tu abuelo es una escoria.

Como último deseo de este viejo moribundo te dejo esa misión Sam, que cuides de Nong Fluke, que le des todo lo que pida, que en algún momento le digas toda la verdad, que no le quites lo que por derecho le corresponde, que tú con Ohm lo protejan, de tal manera que viva una vida feliz, que hagas que Gio lo conozca y que me perdonen.

Cuando P'Sam terminó de leer la carta sus propias acciones le vinieron a la mente, él quien lo dejo sin casa, que hizo que lo despidieran de su trabajo, por supuesto nada podía compararse a las acciones del abuelo, pero se sentía igual de miserable. Gio volvería en unos días y Fluke había desaparecido.

- ¿Por qué?, ¿Dónde demonios estaba esa carta?,¿Por qué llegó hasta ahora? – Preguntó Ohm.

- Por que así estaba dispuesto en el testamento, la carta me seria entregada cuando encontrara al chico. Y ahora Nong se fue al extranjero.

- ¿El extranjero? – Preguntó.

- Esto es muy complicado, ¿paso algo más entre ustedes? - A mí también se me rompió el corazón, pero ¿Cómo podía decirle?, me he enamorado de él, quisiera ir con él. – Sam pareció comprender el dolor que sentía, pero un dijo nada.

MI QUERIDO SECRETARIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora