My King

f i v e

Cuando las trompetas sonaron y Jisung entró en la sala, todos los príncipes con quienes Minho estaba, dejaron de hablar y se voltearon a ver al rubio.

El azabache le lanzó una mirada de arriba abajo. Jisung tenia una aura pura y delicada por la forma en la que vestía.

Y antes diría que su expresión en el rostro mostraba desinterés, pero luego de lo que pasó en el bosque y por la forma en que el rubio le suplicaba que guardara su secreto, todo era distinto.

Su expresión en el rostro mostraba preocupación y tristeza.

Y aún cuando todos levantaban sus copas y brindaban por él, Jisung no sonreía. Solo asentía y pasaba su lengua por sus labios.

- no es por nada, pero será mio - habló Félix - tomando otro sorbo de su copa

- como quieras Félix - habló Hyunjin - Jisung no es mi tipo

- el mio tampoco - le respondió Changbin - pero lucharé por llegar al final para vencerlos a todos ustedes...

- si serás tonto - le interrumpió Hyunjin - si ganas te quedas con Jisung

- eso ya lo sé - le respondió Changbin - pienso dejarlo plantado

Minho sonrió y tomó un sorbo de su copa. Al parecer todos habían venido con la misma idea, excepto por Félix.

El azabache volvió a mirar a Jisung, quien se encontraba cabizbajo, jugando con el borde de su copa.

El Alfa no sabia si era pena lo que sentía por el rubio, pero algo en la expresión de Jisung lo incomodaba y no lo hacia sentir bien. Y al parecer era el único en esa gran sala que lo notaba

- ¿a quien miras tanto? - preguntó Félix hacia Minho

El azabache volteó a verlo rapidamente: - ¿huh?

- no me digas que te gusta Jisung - Hyunjin sonrió burlón - ¿no eras tú el que decía que los Omegas eran un estorbo?

Minho asintió y carraspeó: - por supuesto

- ¿y cual es tu plan? - preguntó Bogum

El azabache se encogió de hombros: - no sé

Cuando la atención en la mesa se desvió de él, Minho volvió a mirar a Jisung. En vez de divertirse como lo hacia todo el mundo, el rubio parecía más triste que nunca

El brindis estuvo lleno de vino, muchas risas y gritos por parte de todos. Excepto por Jisung, quien estaba incomodo con todo, y Minho, quien no despegaba sus ojos de él.

A la hora del baile, mientras Jisung bailaba con cada príncipe, parecía manejarlo bien. Sonriendole a Félix, Hyunjin, Bogum y a Changbin, actuando con total naturalidad sin equivocarse en los pasos.

Sin embargo, algo no estuvo bien en el rubio cuando una mano de Minho rodeó su cintura delicadamente y su otra mano se entrelazó con la suya. Jisung no lograba hacerle contacto visual y le costaba sonreirle, solo se quedaba mirando sobre su hombro.

El Alfa frunció su ceño: - mírame - le ordenó con La Voz de Mando en un susurro, sin embargo Jisung no le escuchó por los tapones en sus oídos

Minho intentó llamar su atención con un ligero apretón en su cintura, sin embargo aquello solo hizo que Jisung derramara una pequeña lagrima por sus mejillas.

El rubio sonrió sin mirarlo para disimular ante los demás, desconcertando a Minho.

Al terminar el baile entre ambos, Minho se inclinó en reverencia ante el rubio mientras escuchaba los aplausos de todos. Jisung fingió una sonrisa muy forzada que fue imposible ocultar y luego salió corriendo cuando los demás ya no les prestaban atención.

Puso la excusa a su padre de que iba al baño para luego volver.

Minho le siguió desde lejos, chequeando que nadie lo siguiera. Luego colocó una oreja sobre la puerta del baño y frunció su ceño al escuchar sollozos y balbuceos de Jisung con un fuerte olor a vainilla provenir de adentro

El azabache probó el picaporte y al encontrarlo sin seguro, la abrió y asustó a Jisung de un salto

-¡que haces aquí! - Jisung se alejó de él, secando sus lagrimas mientras hipaba - ¡deja de seguirme!

Minho entró y cerró la puerta, luego cruzó sus brazos en su pecho: - ¿puedo saber que demonios te ocurre?

Jisung sollozó suave, no estaba dispuesto a responderle a Minho.

- ¿puedo ayudarte? En el brindis estuviste algo raro...

Jisung negó: - por favor retírate

Minho se acercó a él: - no quiero. Te sientes mal y quiero ayudarte con eso...

Al colocarse frente a frente con Jisung, carraspeó y usó La Voz de Mando: - mírame

Jisung tembló y alzó sus ojos, obediente. Sollozando al darse cuenta del efecto de La Voz de Mando en él.

- no me dejaste al borde del lago malherido. Me ayudaste - Minho se atrevió a secar algunas lagrimas de su mejilla, haciendo temblar al Omega - ahora déjame ayudarte a ti

Jisung hizo un puchero, ladeando su cabeza

- ¿quieres ayudarme? - preguntó

Minho asintió

- entonces no uses La Voz de Mando conmigo - contestó Jisung - eso solo me recuerda cuanto odio ser Omega

- ¿porqué odias ser Omega? - preguntó Minho

El rubio tomó aire antes de contestar: - por que ahora mi vida va a depender de un maldito Alfa - sollozó - ¿crees que quiero enlazarme? ¿crees que disfruto de todo esto? ¡Tengo miedo! ¡Tengo miedo de perder mi libertad!

Minho secó su mejilla para calmarlo un poco, apartando su mano después al darse cuenta de lo que hacia: - ¿porqué no le pides a tu padre que cancele todo?

Jisung negó con una sonrisa: - ¿no entiendes? Soy un Omega, los Omega no tienen opiniones validas

El azabache mordió sus labios, maldiciendo internamente por lo suave que era su piel.

- ¿te parece si vamos a distraernos luego del brindis? - propuso el azabache

Jisung frunció su ceño, más no respondió

- está bien, te veo después del brindis - Minho le ofreció una sonrisa amable antes de salir del baño

Jisung quedó desconcertado y fue a lavarse el rostro con delicadeza antes de volver a salir. No le era permitido a ningún príncipe acercarse a él y tampoco pasear con él tarde por la noche sin compañía. El rubio no tenia idea de lo que Minho tramaba y a lo mejor solo lo había dicho para distraerlo y hacerle pensar otra cosa

Pero la verdadera incógnita para Jisung era el porqué Minho quería ayudarlo realmente.

Ya luego del brindis, Jisung buscó con la mirada a Minho y vio como este se fue con los demás príncipes a sus dormitorios. El rubio estuvo algo confundido, asi que solo se retiró a su habitación, se desvistió y se metió a su cama para descansar.

Intentó cerrar sus ojos y dormir, pero no lo lograba. Al día siguiente seria el primer día de tres donde habrían pruebas para decidir quien seria su futuro Alfa. Y aunque para el rubio todos se vieran guapos y elegantes, no le interesaba ninguno en realidad y no le importaba quien ganara. Él sabia que tenia el mismo destino

Perder su libertad