My King

n i n e t e e n

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Llegando a Yangma, Jisung comenzó a sentir un intenso calor y lo primero que pensó fue en el sol que los quemaba y en la ropa que traía.

Hasta que empezó a llevar la cuenta mentalmente de los días en donde ocurría su celo, Jisung maldijo entre dientes al no haberse llevado sus supresores.

Trató de sonreír hacia las personas que lo saludaban ya que el calor no era muy intenso y su aroma todavía no comenzaba a expandirse y a ponerse intenso.

El rubio rogaba poder llegar bien al castillo y conocer a sus suegros antes de que sus feromonas se alborotaran. No podría disfrutar de la visita estando así.

Al bajarse de los caballos, Jisung fue a tomar la mano de Minho para ir con sus padres. Estos le recibieron con una gran sonrisa y un abrazo. Le costó prestarles atención a lo que le decían ya que el calor en su cuerpo aumentaba y tenia que darse brisa con la mano mientras suspiraba.

— ¿te gusta el croquet? — preguntó la Reina y Jisung asintió sin pensarlo — juguemos una partida luego de que se instalen. ¿les parece?

— me parece genial — respondió Minho y pasó sus manos por su cintura — ¿que dices bebe?

Jisung volvió a asentir con una falsa sonrisa mientras trataba de mantener su respiración con calma.

— entonces jugamos después de almorzar. Espero que disfruten de estar aquí — contestó el Rey y tanto Minho como Jisung, hicieron una reverencia antes de que se retiraran

El azabache le dirigió una mirada a Jisung y se preocupó al verlo sonrojado.

— ¿estás bien mi amor? — preguntó, tocando sus mejillas

— necesito recostarme — Jisung tragó saliva y siguió respirando con fuerza

Minho tomó su mano para guiarlo hasta su habitación y cerró la puerta detrás de él en cuanto llegaron. Jisung se sentó al borde de su cama y suspiró profundo, inflando sus mejillas.

— Min, necesito supresores. No traje los míos — confesó Jisung, muy avergonzado, sin levantarle la vista — p-perdóname, no había caído en cuenta de que las fechas chocaban y...

— ¿estás en tu celo? — preguntó Minho, acercándose a él

Jisung asintió sin poder mirarle al rostro: — n-necesito conseguir supresores antes de que empeore Min... ¿podrías irlos a buscar por mi? Enserio perdóname...

Minho sonrió ladino y sujetó su barbilla suavemente para hacerlo mirar: — ¿para qué quieres los supresores?

Jisung lo miró confundido: — para evitar que me queme por dentro y mi aroma te asfixie, supongo — contestó, temblando al tenerlo tan cerca

Minho lo soltó y comenzó a desabrochar los botones de su camisa: — olvida los supresores, me tienes a mi

Jisung mordió sus labios con fuerza y se sintió arder. Gimió suavemente al ver a Minho desvestirse frente a él.

— n-no puedo Min — el rubio se abrazó a él mismo mientras cerraba sus ojos con fuerza

El azabache terminó desnudo y volvió a acercarse a Jisung para susurrarle

— ¿no puedes? — preguntó con su voz grave. Jisung negó, sonrojándose a lo caliente de su aliento en su oreja — ¿estás seguro de eso?

Jisung abrió sus ojos e hizo contacto visual con Minho: — tengo miedo Minie — hizo un leve puchero — ¿y si me duele?

Minho acarició su cabello: — iré lo mas lento posible para no hacerte daño bebe — besó su mejilla y luego su oreja, sacandole mas suspiros a Jisung, quien ahora tenia una lucha interna por tratar de que su Omega se controlara, pero le era imposible.

Minho acercó sus dedos a la ropa de Jisung para quitársela, y cuando el rubio no se negó, continuó. Sin embargo la mueca en el rostro del rubio no le agradó para nada y se detuvo.

— bebe — Minho le sonrió suavemente, secando lagrimas de sus mejillas — está bien

Jisung suspiró con mucha dificultad: — tengo mucho miedo Minie. N-No me siento listo todavía...

El rubio tragó saliva mientras se abrazaba a él mismo: — perdóname...

— no me pidas perdón mi amor — Minho besó su mejilla y acarició su cabello — tener miedo está bien, aquí estaré para ayudarte a enfrentarlo...

Jisung entre sollozos volvió a colocarse la camisa, con sus dedos temblando cuando sintió su aroma expandirse cada vez mas en la habitación, llegando a las fosas nasales de Minho.

— solo necesito saber si quieres que te ayude ahora... — susurró Minho, su parte Alfa estaba algo herido y frustrado por no poder darle placer a Jisung.

Su parte Alfa quería fundirse con Jisung, volverlo a marcar, pero su parte racional le decía que si su esposo no estaba listo para ello y tenia mucho miedo, entonces no podía hacerle nada.

Jisung sollozaba a su lado mientras controlaba sus impulsos de Omega que le pedían desnudarse y besar a Minho mientras gemía en sus labios.

El azabache besó su cuello y se levantó de su lado: — iré por los supresores bebé — avisó mientras volvía a ponerse ropa y se iba

Jisung rompió en llanto en cuanto se encontró solo. Sintiendo una avalancha de emociones encontradas. Estaba aterrado por tener sexo con Minho, de ser anudado, de quedar embarazado de cachorros.

Y siendo Omega con esas funciones principales, Jisung se sentía roto e inservible.

Probablemente Minho se alejaría de él si le decía. Los Alfas que no pueden tener descendencia con algún Omega lo hacían, los abandonaban. Minho tal vez no seria la excepción.

Y Jisung no quería arriesgarse a ello. Estaba amando mucho a Minho que perderle ahora lo pondría en un estado de depresión permanente.

— aquí tengo los supresores y un poco de agua para que lo acompañes — Minho entró a la habitación con una sonrisa, tratando de animar al rubio

Jisung tomó el vaso entre sus manos y luego tomó una pastilla de la tableta para tomarla, suspirando con alivio al sentir los primeros efectos de esta casi al instante.

Aquellas pastillas solo suprimían su aroma y eliminaba su fiebre, sin embargo las emociones no. Y cuando a Jisung le venia el celo, se ponía muy sensible y sentimental.

— ¿listo? — Minho tomó su vaso para colocarlo en la mesita de noche. Jisung asintió, limpiando sus mejillas — escuché que servirán en el almuerzo jugo de cereza, les diré que te hagan otra cosa por que eso te causa alergias...

Jisung mordió sus labios con sus ojos cristalinos al ver a su Alfa irse y soltó un pequeño sollozo que hizo detener al azabache.

— q-quédate conmigo — dijo el rubio en un hilo de voz — no te vayas — formó un puchero

Minho se acercó a él sin pensarlo y se subió a la cama con él, acostándose a su lado para abrazarlo y ser abrazado por su Omega quien se escondía en su pecho.

— ya bebé, tranquilo — le susurró Minho cuando este volvió a sollozar en su pecho

Le otorgó caricias en su espalda y cintura para calmarlo, logrando su objetivo minutos después. Luego, Jisung hizo contacto visual con él

— Min... Minie tú me amas ¿Verdad? Me quieres mucho ¿Cierto? — sollozó

Minho le respondió de inmediato: — claro que si mi amor — apartó mechones de cabello de su rostro — eres mi vida Sung

Jisung le sonrió débil y el azabache le dio un casto beso en sus labios para luego tomar su mentón y seguir besándolo.

Y con suaves besos húmedos y caricias de por medio, pasaron el resto de los minutos hasta que Jisung terminó rendido en sus brazos, quedándose profundamente dormido ante los masajes en su cuero cabelludo.

Minho soltó un suspiró y acarició su cintura, soltando una pequeña risa al sentir la respiración de Jisung sobre su pecho. Minutos después, decidió cerrar sus ojos para dormir una siesta con su pequeño Omega rodeándolo con sus brazos.