f o u r t e e n

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Jisung abrió sus ojos lentamente y frunció su ceño cuando sintió algunas punzadas en su pierna izquierda.

— oh por los dioses Jisung — su madre dejó de sollozar y se acercó a él para acariciar su rostro, apartando mechones de su frente

— hijo mio — su padre también se acercó

Jisung recordó los últimos momentos que vivió antes de desmayarse y comenzó a sollozar. Seguro sus padres ahora lo regañarían y castigarían de por vida por lo que había hecho.

Habia logrado aturdir al caballero con sus propias manos para luego amarrarlo y colocarlo en una pequeña habitación. Tomó su lugar, lastimó a Felix y a Minho también, arriesgando su vida solo para desquitarse y al final darse cuenta de que había llorado por nada

— perdónenme — sollozó — ya no lo haré nunca más

Su padre negó: — no te preocupes Sung — acarició su cabello — aunque arriesgaste tu vida, me demostraste a mi y a todo el pueblo que no importa si eres Omega, eres igual de fuerte y ágil que un Alfa

Jisung sonrió entre sollozos, escuchar aquello de su padre le daba una linda sensación en su corazón.

— perdónanos por haberte subestimado, pero no vuelvas a arriesgar tu vida de ese modo. ¿De acuerdo? — dijo su padre con una suave sonrisa, Jisung asintió — llama a Minho — le ordenó el Rey a la Omega

Pero ella se negó y frunció su ceño: — me niego, casi mata a mi hijo

— él no sabia que era Jisung, ya hablamos de esto. Trae ya a Minho — le repitió el Alfa algo molesto

Jisung trató de levantarse pero su padre se lo impidió: — p-papá, si Minho me ganó, quiere decir que es mi Alfa, ¿cierto?

El Rey asintió con una sonrisa: — es tu Alfa, ya es parte de nuestra familia

Minho entró a la habitación antes que la reina y con lagrimas en sus ojos, corrió hacia Jisung para abrazarlo

— ya despertaste mi amor — sollozó en su hombro

— los dejamos solos — el Rey se levantó del borde de su cama y se fue junto a su esposa

Jisung sonrió de oreja a oreja y tomó las mejillas de Minho para besarlo.

— perdóname lindo — susurró Minho y besó sus manos — no tenia idea de que eras tú...

— está bien Minhonie — el rubio acarició el lóbulo de sus orejas — perdóname a mi por atacarte de esa manera — suspiró — estaba tan enojado que solo pensaba en desquitarme contigo antes de hablar...

— no importa bebé. Ya pasó, todo va a estar bien de ahora en adelante — le susurró Minho contra sus labios antes de besarle y acostarse a su lado en su cama con cuidado, pasando un brazo por sus hombros mientras dejaba su mano en su vientre

— ¿cómo está tu espalda? Creo que fui demasiado rudo contigo — susurró Jisung con un puchero

— está mucho mejor bebé — Minho rió — debo admitir que estuviste increíble ese día — frotó su nariz contra su mejilla, haciendo sonreír al castaño — cuando nos casemos, dejaré que seas tan libre como quieras ser e incluso dejaré que vengas conmigo a las cazas mensuales-

— ¿¡lo dices enserio!? — los ojos de Jisung brillaron y Minho asintió — tenia mucho tiempo sin asistir a una, era mi actividad favorita...

Jisung se concentró en las caricias en su vientre y tragó saliva: — ¿que día es hoy?

— se supone que hoy era la boda, pero la atrasamos hasta que despertaras y te sintieras mejor. — el azabache jugó con su suave mano

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora