t h i r t e e n

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— me gustaría saber en qué piensas — le dijo su madre mientras acomodaba su cabeza para que le tomaran la medida de este e hicieran su corona — te levantaste antes y andas sonriendo mucho.


Jisung mordió sus labios cuando sintió un hormigueo en sus dedos al recordar como acariciaba el abdomen de Minho la noche anterior.


— no pasa nada madre — contestó Jisung, ahora dando su mano para tomar medidas de su anillo


— ¿estás seguro? A mi se me hace que alguien provoca ese buen humor en ti...


Jisung salió de su trance en donde recordaba las sonrisas y tiernas risas de Minho. Frunció su ceño: — ¿que dijiste?


— te veo muy feliz y animado a cooperar con los preparativos de tu boda cuando antes odiabas que te lo recordara. Se nota que amas a Felix...


El señor quien tomaba la medida del anillo cambió el tamaño de este al ver que le quedaba algo grande a Jisung y le pasó otro tamaño a la reina para que se lo pusiera al rubio


Jisung rió suavemente: — ¿que? ¿Felix?


Su madre asintió: — este es la medida — dijo hacia el señor mientras le quitaba el anillo a su hijo y luego se dirigió a él — claro, si es el que está ganando todas las pruebas


El rubio mordió sus labios y acarició sus manos: — mamá... No es Felix quien me hace sonreír...


Su madre frunció su ceño, mirándolo de reojo: — ¿entonces? ¿Es Minho?


Jisung asintió suavemente, su madre rodó sus ojos.


— ¿¡ese segundón!? Vamos Jisung, querido, sube tus expectativas un poco más. Lee Minho no tiene madera para ser Rey y aunque no sea tan importante, no es tan lindo como Felix. Además de que ese Minho no me cae del todo bien... — habló su madre mientras acomodaba su corona frente a un espejo


Jisung rodó sus ojos


— eres increíble mamá — dijo antes de salir


— ¿a donde vas? — preguntó ella


— voy a alistarme para ir a la prueba de hoy, no quiero llegar tarde — sonrió con falsedad Jisung, maldiciendo en voz baja cuando se alejaba de su madre.


Poco antes de llegar a su habitación, Felix lo interceptó en el camino.


— hola querido Sung — le sonrió Felix — que bonito día el de hoy ¿no?


Jisung sonrió nervioso y asintió, queriendo continuar su camino, pero Felix no lo dejó irse


— hey, quería hablar contigo de algo muy serio — la sonrisa en el rostro del pelinegro desapareció

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora