e l e v e n

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Unos toques a la puerta de Minho lo despertaron. El azabache frunció su ceño y revisó su reloj, aún faltaban quince minutos para que se levantara.

Minho supuso que no era nada importante por lo que volvió a recostar su cabeza y cerró sus ojos, hasta que los toques volvieron a molestarlo.

Se levantó enfadado y abrió la puerta

— que mierd... — gruñó Minho hasta que se topó con Jisung

El rubio se sonrojó con fuerza al ver a Minho desnudo y con su cabello revuelto. Tapó sus ojos rápidamente y el Alfa no se molestó en cubrirse.

— perdóname Jisung, ¿a que vienes? — preguntó el azabache, recostándose en el marco de la puerta

Jisung con sus ojos cerrados le extendió lo que tenia en sus manos con una sonrisa: — es un pastelito de fresa. Lo hice yo

Minho sonrió de oreja a oreja y ladeó su cabeza por el lindo detalle: — ¿estás seguro de que es un pastelito de fresa? Yo creo que no — dijo para hacer que Jisung abriera sus ojos, lograndolo al instante

— ¿que? ¡Claro que si! — Jisung miró el pastel y luego a Minho antes de volver a cerrar sus ojos

Minho suspiró: — se ve delicioso, me lo comeré luego — dijo rozando sus dedos con los del rubio cuando tomó el pastelito

Jisung solo sonrió. Minho miró a los lados del pasillo para verificar que estuviese vacío y se acercó al rostro del Omega para darle un pequeño beso en su mejilla, haciendo que Jisung volviese a abrir sus ojos, haciendo contacto visual con él

— nos vemos luego — dijo Minho antes de cerrar la puerta con una amable sonrisa

Jisung lo detuvo: — ¡espera!

El azabache se congeló y volvió a encarar a Jisung. El rubio comenzó a jugar con sus dedos de lo nervioso que estaba y se limitó a mirar el rostro de Minho y no bajar su mirada

— q-quería decirte que espero que tengas buena suerte en esta prueba y que... — mordió sus labios — t-tienes mi apoyo — Jisung se acercó a su mejilla para darle un beso antes de salir corriendo, desapareciendo de la vista de Minho

El azabache se sonrojó ligeramente y entró a su habitación, tomándose la mejilla donde Jisung le había besado. Ahora tenia un leve cosquilleo y unas ganas de besar sus delicados labios

Aquel beso le había levantado muchos los ánimos, y el hecho de que la prueba de hoy era su campo favorito, le hacia querer salir antes de tiempo de su habitación para practicar un poco y tomar aire libre

Luego de comer el pastel de Jisung, salió de su habitación y se topó con Félix en el camino. El azabache soltó un respingo del susto y gruñó

— me asustaste, rayos — el Alfa tomó su pecho, Félix fingió una sonrisa y muy serio le contestó

— hace un rato te vi con Jisung. Incluso besaste su mejilla y él te correspondió

Minho tragó saliva y apresuró su paso, Félix le siguió

— me decías que estaba mal lo que le dije a Bogum ayer antes de la prueba, pero te ves con Jisung a escondidas. Y eso querido amigo — apoyó su brazo en su hombro bueno — es hacer trampa — luego sonrió — ¿que pasó para que ahora te interesara?

— primero, no hago trampa — susurró Minho, deteniéndose para encarar a Félix — segundo, solo me di cuenta de lo valioso que Jisung es y ahora pienso quedarme con él. Ganaré y me enlazaré con él

Minho siguió su camino, Félix lo detuvo

— no tan rápido. Yo lo vi primero. Aléjate de mi Omega o lo que cazaré hoy serás tú — le amenazó, Minho apretó sus manos en un puño

— a ti no te interesa en lo más mínimo Jisung. No me alejaré de él

El azabache siguió su camino hasta salir del castillo, con su corazón en su pecho. No tenia idea de que tan malo era que Félix supiera lo que tenia en secreto con Jisung, pero no le daria tanta importancia ahora. Debia concentrarse en la prueba.

A la hora de la prueba de caza, las reglas y condiciones fueron puestas para los tres príncipes que quedaban en el torneo.

La trompeta se hizo sonar y corrieron hacia el bosque. El primero en cazar a un venado seria el ganador de la única prueba ese día. La dificultad estaba en que en ese bosque no se habían avistado muchos venados esos días y era difícil encontrar uno, por lo que la prueba duraba casi todo el día.

Pero Minho estaba empeñado a hacer un tiempo récord y encontrar un venado cuanto antes.

Caminó y caminó con cautela, buscando un venado y cuidando su cabeza de Félix. El azabache no sabia de qué era capaz de hacer.

Mientras Minho seguía buscando e incluso subía a arboles para observar mejor, el sol fue cayendo y su vista se fue oscureciendo poco. El azabache frunció su ceño, así seria más difícil cazar.

Al bajar de su tercer árbol subido esa tarde, ya decepcionado y frustrado, Minho entró en alerta y colocó una flecha en su arco al escuchar pasos.

Dio un pequeño respingo al ver a una delgada figura desde lejos, al parecer practicaba movimientos de espada ya que no tenia nadie con quien peleaba.

Minho se acercó a él muy confundido: — ¡hey! ¿¡Que haces aqui!? — le gritó, tratando de identificar su rostro

El chico o chica con capucha lo miró y comenzó a correr, huyendo de Minho para esconderse.

El azabache trató de seguirla, pero lo detuvo el sonido de la trompeta. Aquello quería decir que Félix o Changbin habían cazado algo y habían vuelto al punto de inicio.

— maldición — gruñó Minho, si escuchaba la segunda trompeta, mañana tendría que regresar a Yangma

El azabache retomó la posición de cautela y siguió buscando un venado hasta que vio la sombra del animal reflejada por la luna. Sonrió de oreja a oreja y trató de ser muy silencioso para acercarse a un buen ángulo y darle en un punto vital

— joder por fin — Minho suspiró y salió de su escondite para tomar su venado ensangrentado y asi arrastrarlo hasta llegar al punto de inicio.

Gruñó por lo pesado que estaba y a cada paso se sentía mas débil por no haber almorzado. Por lo que cuando llegó, se tiró al suelo a descansar mientras Félix sonreía a su lado

— es un milagro que hayas pasado a la prueba final, pero ya verás, Jisung será todo mio — el pelinegro sonrió con sorna y Minho rodó sus ojos

My KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora