Capítulo 14

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-Está inconsciente-dijo Daniel- Estaba justo en el foco del incendio.

Daniel seguía hablando pero todo mi ser estaba centrado en mi padre. Estaba rodeado por cuatro guardianas que le ungían cremas, humedecían y ponían vendas. Poco antes lo conectaron a un aparato de respiración asistida, ya que su pulso era bajo y le costaba respirar. Tenía quemaduras por todo su rostro y supongo que por todo su cuerpo. Su piel era de color oscuro ya que estaba todo manchado. No era raro verle así. Por un momento intenté mentalizarme de que todo estaba bien pero volví a la realidad cuando una guardiana movió la camilla donde se postraba.Me levanté para ir con él, pero alguien me detuvo agarrándome del brazo.

-Se harán cargo de él.-dijo preocupado Daniel- Te necesitamos aquí.

Asentí con la cabeza y me fui a ayudar a Ericka. Todo era horrible, los heridos venían cada minuto de dos en dos. Algunos delirantes, otros inconscientes y otros aún en sock. Ericka estaba conectando a una mujer a la máquina de respiración mientras yo estaba poniendo una venda a un hombre que estaba paralizado.

-¿Está bien?-pregunté yo sin ninguna respuesta- Es normal que no responda vaya pregunta más estúpida acabo de decir.¿Cómo va estar alguien bien después de una accidente como este?

-No ha sido un accidente.-dijo mirándome a los ojos. Estaba aterrorizado pero sus palabras eran claras y firmes.- Ha sido el ministerio . No hemos obedecido y nos a castigado.

-¿A qué se refiere?-pregunté mientras me soltaba,pero de nuevo no obtuve respuesta. Me quedé mirando al hombre, lo único qué hacia era repetir una y otra vez «ha sido el ministerio».¿Será verdad?¿Habrán cruzado esa línea?¿O solo eran delirios de un hombre herido en cuerpo y alma? Antes de que pudiera reaccionar alguien tocó mi hombro. Era Daniel llevaba apoyado a él a un herido que forcejeaba con él. Pero no era un herido normal, era un guardián, era Mathew.

-¡Suéltame!-gritaba Mathew.

-Este loco-dijo mirando a Mathew y sentándolo en un camilla cercana-se ha hecho daño y está sangrando. Se negaba que le atendieran y pensé que sí le curabas tú se quedaría quieto.

-Hay personas muriendo aquí,yo solo sangro un poco.- dijo tocándose la pierna que estaba bañada en sangre la cual seguía brotando de ella.

-¡¿Un poco?!-dije cogiendo unas vendas mientras vi a Daniel alejarse y volver a ir directo al fuego.-Presiona aquí con fuerza-le dije a Mathew-Te dolerá pero sí no lo haces sangrará más.

Me volví a el herido de antes,que seguía con la mirada pérdida. Empecé a humedecerle las heridas de la cara.

-¿Cómo te lo hiciste?-le pregunté a Mathew prosiguiendo mi labor.

-Se me calló una viga encima de la pierna.-dijo con una mueca de dolor-Fue fácil quitar la viga pero un trozo estaba roto y me corté.

Me giré hacia él y observe que no lo estaba ejerciendo la presión suficiente.

-Lo éstas haciendo mal.-le dije agachándome y apretando con fuerza su herida.Gritó  y las lágrimas bañaron sus ojos. Hice un nudo con fuerza y mojé la venda con agua y sal que hizo que volviera a gemir de dolor.

-Lo siento-dije volviendo a mi anterior labor.

-¿Porqué?-dijo secándose las lágrimas.-Sin ti me estaría desangrando.

***

Estaba sentada en una silla acolchada de color celeste mirando la pierna vendada de Mathew.

-No hacia falta que vinieras.-le dije con media sonrisa

-La mitad de los guardianes están aquí. Además me tienen que volver a revisar la pierna.-dijo con su típica sonrisa. Estábamos en el hospital esperando alguna reacción de mi padre.-Sabes que me dijeron que tú acción hará que me cure mucho más rápido.

Asentí con la cabeza. Agradecía los halagos de Mathew y sobre todo su compañía . Pero estaba demasiado preocupada. Mi padre no había despertado y ya han pasado más de doce horas. Seguía dándole vueltas a mis pensamientos cuando vi que Mathew se levantaba.

-No te vayas.-le rogué a Mathew.

-Tengo que ir a lo de la pierna,sí quieres llamo a Pecu-su sonrisa había cambiado a una expresión de preocupación.

-Gracias Mathew-dije sonriendo pero no tenía ganas. Mi padre estaba herido, al igual que Mathew, y es posible que sea culpa de Alee Bayron.

-De nada-dijo él cojeando-¿Quieres qué llame a alguien más?

-No, además, voy a acompañarte a buscar a Pecu.

-No hace falta.

-Éstas cojeando.-le dije poniendo su brazo sobre mis hombros y poniendo mi mano en su cadera.-Así bien.

-Sí

Llegamos a la sala donde le atenderían. Nos despedimos y fui a buscar a Pecu. La encontré en el mismo estado en el que me encontraba solo que ella no podía contener sus lágrimas.

-Pecu...-logré decir antes de que me abrazara.

-Mi madre está allí-dijo entre sollozos-Mi padre tiene quemaduras por todo el cuerpo y ..ella no despierta.

La apreté contra mi con todas mis fuerzas mientras acariciaba su melena morena. Cuando paró de llorar la solté. Estuvimos en silencio hasta que un médico vino hacia nosotros.

-Su madre ha despertado aunque está muy débil.-dijo este.

Pecu entró corriendo a la sala de enfrente. Al entrar la vi abrazando a su madre. Está era preciosa , al igual que Pecu ,tiene el pelo castaño los ojos negros y unos preciosos labios de un color carmín natural.

-Hola guapa-dijo ellas. Estaba tapada con las sabanas hasta el pecho y vestida con una bata del mismo color celeste de los asientos de la sala de espera.

-Hola-dije abrazándola- Es agradable ver que está bien.

-Gracias cariño. Tú padre aún no...-dijo dudando sí continuar la frase o no.

-Aún no ha despertando.-dije con la voz temblorosa y los ojos encharcados. Parpadeé para que éstas desaparecieran pero el dolor y la preocupación me invadieron.

-Creo que debo ir a ver como está.-dije marchándome.-Adiós.

-Adiós guapa.

-Adiós Moni.

La puerta de la sala estaba entreabierta. Al entrar vi a mi padre, a mi madre y a mi hermana conversando entretenidamente. Todos tenían una expresión de cansancio que delataba que ninguna había dormido.

-Papá-dije abrazándolo-éstas bien.

-Sí Cami.-dijo soltándome . Saludé a mi madre y a mi hermanita. Conversamos sobre lo había pasado.los últimos dos días, sí tenía nuevos amigos y sí había resultado herida en el incendio. Mi padre dijo a mi madre y a mi hermana que nos dejaran solos un momento.

-Escúchame, tenemos que hablar muy bajo-dijo mirando a la cámara-Esto no ha sido un accidente. Cuando te convertiste en guardiana hubo personas protestando. Decían que le ministerio obligaba a la gente a hacer cosas, en este caso a ser guardianes.-tragó saliva mientras yo le escuchaba perpleja. Así que la tarde siguiente hubo disturbios en la calle y montones de guardianes obligaba a la gente a volver a sus casas pero ellos volvieron a salir a protestar y ningún guardián volvió a pisar las calles hasta el "accidente". Lo hicieron ellos Cami. Mira lo que han hecho. No quiero que hagas ninguna estupidez se que los odias incluso más que yo, pero tenía que decírtelo.

-Sí papá- dije y él me besó la frente. Se abrió la puerta y Mathew apareció.

-Mónica, tenemos que irnos.-dijo apoyándose en la puerta para no caer.

-Vale -le dije volviéndome a mi padre.-Adiós , te quiero.

-Adiós,Cami, recueda ninguna estupidez.-dijo sonriendo yo asentí y me alejé de la sala despedí a mi familia y nos encaminamos al "cuartel"de los guardianes.

«Lo siento papá pero ya está decidido»dije a mi misma.

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