De cintas Lan a malentendidos

Capítulo 1.

Lan Sizhui tenía una vida feliz.
Padres amorosos, amigos cercanos, nivel de cultivo adecuado, un par tíos cariñosos y muchos conejos.

Es cierto que sus inicios no fueron los mejores.
Afortunadamente no tenía muchos recuerdos de ellos y su tío Wen Ning se encargaba de recordarle que no era necesario vivir en el pasado cuando se contaba con una vida por delante.

Sonaba bastante convincente, pues es difícil no creerle a alguien que ya experimentó la muerte una vez.

Sizhui se consideraba afortunado.

Es por eso que cuando una cacería nocturna salió mal y su padre Wei Wuxian no vio otra salida para salvar su vida que usar un prototipo de talismán que terminó enviándolo al pasado, sintió que había perdido toda la felicidad y fortuna que le rodeaba.

Dejando de lado que su vida había dado un giro inesperado y había cambiado todo lo que conocía, ¿cómo se supone que explicaría a su clan que venía del futuro? ¿Cómo explicaría que su cinta era diferente a la del resto de los discípulos? Porque nada alarma más que un discípulo jamás antes visto en Cloud Recesses usando una cinta que pertenece claramente a los descendientes directos de la familia principal Lan.

Su padre le había explicado en medio de lagrimas que el talismán lo enviaría a otro tiempo, no estaba seguro que tan lejos estaría de su linea original, pero sabía que sería el pasado, uno lejano.
Solo esperaba que fuera uno donde al menos uno de sus padres estuviera vivo.

Una vez recuperado del shock inicial decidió investigar. Retirar su cinta de frente sería aún más extraño para un discípulo que usar una cinta de la familia principal así que optó por dejar las cosas como estaban.

Caminó por el lugar inspeccionando sus alrededores, intentando mantenerse lo más alejado posible de ojos curiosos.

Cloud Recesses no era Cloud Recesses, eso estaba claro con solo una mirada rápida.

Su padre, Lan Wangji, le había explicado que en la Guerra contra el clan Wen Cloud Recesses había sido incendiado junto a su biblioteca principal, perdiendo gran parte de su conocimiento y estructura original. Que una vez su hermano tomó las riendas del clan intentó con mucho esfuerzo reconstruir todo, pero jamás logró restaurarse por completo y el diseño quedó en algo cercano que todos aprendieron a amar.

Pero para él, era un lugar completamente nuevo, algo que jamás conoció. Los edificios principales seguían ubicados en su lugar original, solo el diseño era diferente pero era suficiente para hacer sentir un nudo en su garganta y sus ojos arder con lágrimas retenidas.

Estaba en el pasado.

Realmente estaba en el pasado. Su vida al lado de sus padres y amigos ya no existía. Una cacería nocturna le había arrebatado todo lo que tenía y lo que más le dolía era saber que sus padres estarían llorando su pérdida.

Sus padres que ya habían sufrido demasiadas pérdidas obtuvieron una más, la más dolorosa se atrevería a decir.

Y Lan Sizhui no pudo detenerlo, no pudo evitarlo. Era el causante del dolor.

Apresuró sus pasos y levantó su cabeza, no derramaría lágrimas. No después de que su padre le salvara la vida así.

No dejaría que su esfuerzo fuera en vano.

Usar talismanes de ese tipo requería de trucos muy astutos, como su padre lo llamaba. Wei Wuxian no era alguien poderoso, no en el cuerpo que le habían donado. Pero sus padres se encargaban de cultivar dualmente desde hacía años ya, y había dado sus frutos. Su núcleo se había desarrollado considerablemente a pesar de su edad y falta de entrenamiento. Wei Wuxian se esforzaba en todos los aspectos para intentar alcanzarlos. Las lágrimas de felicidad que derramó cuando pudo ordenar a su espada que se levantara en el aire por primera vez fue algo que jamás olvidaría.

Y Wei Wuxian usó su frágil núcleo con poco poder espiritual para mandarlo al pasado sin pensarlo dos veces.

Recordaba el llanto, la manera en la que ambos temblaban y la forma en la que le aseguraba que buscaría una forma de traerlo de vuelta, que cuidara de sí mismo, que pronto se verían de nuevo.

Pero nada estaba escrito. No podían estar seguros de que eso se volvería realidad.

Lan Sizhui confiaba en su padre, lo amaba con todo su ser y sabía que haría hasta lo imposible por traerlo de regreso, pero el miedo de que eso jamás pasara aún se albergaba en el fondo de su mente, punzando su cerebro una y otra vez llenándolo de miedo e incertidumbre.

Cuando escuchó voces acercarse decidió que ocultarse sería más adecuando, espiar iba contra las reglas, escuchar conversaciones ajenas también. Pero situaciones desesperadas ameritan opciones desesperadas.

Se apresuró a esconderse detrás de un pilar cerca de la biblioteca principal. El talismán lo ubicó cerca de los pabellones principales y decidió que la mejor manera de encontrar información sería la biblioteca aún intacta.

"No puedo creer que después de tanto tiempo estudiando aquí, aún me obligues a acompañarte hasta la entrada de la biblioteca" Una voz se quejó, sonaba bastante molesto por el tono, Sizhui decidió. "El castigo es tuyo, no mío. No sé porqué te hago caso y te acompaño todavía."

"Aiya, Jiang Cheng, no deberías ser tan malhumorado. Si continúas molestandote con tanta facilidad terminarás envejeciendo pronto." Esa voz sonó demasiado familiar. El corazón de Sizhui dio un brinco en su pecho y comenzó a palpitar desenfrenado. "Además, más que ser un castigo lo veo como entretenimiento. No todos pueden presumir de pasar todo su día en compañía de uno de los Jades de Gusu Lan." Esa definitivamente era la voz de su padre.

Sizhui estaba tan emocionado y alarmado al mismo tiempo que antes de poder controlar sus movimientos apareció frente a los chicos, exaltandolos y haciéndoles sacar sus espadas en respuesta.

"¡Lo siento! ¡No fue mi intención asustarlos!" Alzó las manos frente a su rostro, demostrando arrepentimiento. "Es solo que realmente necesito hablar con el joven maestro de aquí." Señaló a un joven Wei Wuxian que claramente se encontraba confundido.

"¿Conmigo?"

"¡Wei Wuxian! ¿Ahora qué hiciste?" Jiang Cheng exclamó en regaño.

"¡Me he portado bien! ¡Lo juro!"