VIII

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—¿Has sabido algo?—Cuestiono el albino, retirando los lentes que llevaba puestos y las hojas con documentos dejándolos a un lado.

—No mucho. Después del ataque, hay algunos puntos donde probablemente puedan estar, también hablé con Oliver respecto al refuerzo de la frontera y en el puerto. Me confirmó que ya está en proceso. De lo único que ahora debemos preocuparnos es de saber en dónde se encuentran.

—¿Pistas?

—Solo sabemos que se esconden en algún lugar de los alrededores de Londres, quizás en algún pueblo pequeño.

—¿Algo con el detective?

—Esta en vigilancia y no ha hecho algún movimiento sospechoso.

—Que Hayato se mantenga vigilando, no puedo confiar en un detective pero tampoco puedo hacer algo para calmarlo ya que no ha hecho nada malo. Sería un peso más a cargar y hay que evitar más escándalos.

—¿A considerado hablar de esto con la señorita Barbara?

—... Lo intente, pero... Ella no sabía nada del tema.

—¿Perdón?—Se sobresalto.

—Si, tal y como lo escuchas.—El albino asintió, bebiendo un sorbo del te que ya hacía entre sus manos.

—Pero el mismo dijo que la familia Will estaba involucrada.

—Exacto, le pregunté a Barbara y parecía desconocer el tema. Además, también mantuve una conversación con sus padres e intentar sacar información de forma sutil, pero fue el mismo resultado y tampoco creo que el susodicho detective este mintiendo, es un gran riesgo.

—Pero de ser cierto ¿Quién de la familia Will pediría un detective privado para investigarlo?

—No lo sé. Por esa y muchas razones no tenemos que bajar la guardia ni confiarnos. Alguien de la familia Will nos está mintiendo.

—Ademas no es como si la señorita fuese muy lista.—Dijo la pelirroja entre dientes.

—¿Dijiste algo?—Norman la miro ladiendo la cabeza a un lado.

—No es nada.—Hizo un ligero asentamiento.

—Por favor realiza lo que te pedí y no te olvides de pasarle mi recado a Hayato.

—Entendido, me encargare de que le llegue el mensaje.—Anoto sobre una hoja de papel reposada sobre un soporte de madera pulida, en donde ya hacía una larga lista de cosas por atender por el día, pues ahora que Norman aún se encontraba en estado reposo tenía casi el doble de tareas.

El soporte de su brazo se lo había retirado, efectivamente recibió un regalo por parte de Norman ya que su brazo aún no sanaba del todo pero el dolor era tolerable.

—Hable con Vicent en la mañana y le pedí que te ayudará con algunas tareas, organizate con él para que evites hacer tanto esfuerzo—Se llevo la taza de té a los labios, deleitándose con el aroma a violetas y el humo caliente de está.

Olor a violetas... Le recordaba a alguien.

—Con todo respeto, yo sola puedo realizar las actividades  conforme a lo pedido.—La pelirroja dejo el soporte con las hojas en la mesita de noche, comenzando a recoger todo lo usado para el desayuno del conde en una mesa con rueditas plateada, facilitando el llevar todo hasta la habitación del albino.

—Se que puedes, pero eres humana y con esa herida en el hombre no debe ser fácil.—Reposo la taza entre sus manos sobre su regazo, sonriendo con amabilidad a la chica a su lado.—Ademas es un orden.

For Your Own Good [Noremma] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora