Cuando éramos felices

1.1K 53 35
                                    

Epílogo

Había un tiempo en el que éramos felices, y no lo sabíamos. El recuerdo de mis hermanos es tan nostálgico...

— ¡Nessa!— El sujeto del bar chasqueó los dedos frente a sus ojos perdidos— Ponte a trabajar.

— Sí, disculpe— Continuó sirviendo las bebidas en el bar.

— ¡Ey, dulzura! ¡Dame un poco de aguamiel!— Un cliente se sentó frente a la barra.

— Enseguida— Hizo notar su sonrisa animada.

— No le hables de esa manera...— Le susurró quien estaba al lado suyo.

— ¿¡Eres su novio!?— Se mostró amenazante, pero parecía ser efectos del alcohol más que nada.

— No...— Tartamudeó.

— ¿Sabes quién es su padre?— Dijo el jefe de la zona del bar— Mira hacia allá— Apuntó con su dedo.

Vaya sorpresa, el jefe de la arena tenía la mirada puesta en él. Años de dominio de la arena se hacían notar en su cabello caoba cenizo y con algunas canas, sin embargo nunca perdió su fuerte musculatura, maduro y varonil, la perdición de cualquier chica que lo viera.

El sujeto tragó saliva.

— Nos vemos luego— Se levantó de su silla y procedió a irse.

— ¿A quién le doy el aguamiel entonces?— Dijo la vastaya.

— ¿Pagó por él?— Asintió— Dámelo a mí.

— ¿A dónde vas?—Preguntó a la joven.

— A ver las peleas...

— Aún no acaba tu descanso.

— Con mi papi— Con esas simples palabras su jefe no pudo rechistarle.

— Mimada— Suspiró después de que se fuera.

— ¡Carne fresca! ¿¡Sobrevivirá para la final de esta noche!? ¡Es...!— El presentador alargó con emoción— ¡Bellamy, el lobo solitario!

Al escuchar ese nombre se quedó petrificada, su padre también se veía asombrado aunque había cierto enojo en su rostro.

— ¡Papá, tienes que parar la pelea!

Él le miró por un par de segundos, chasqueó la lengua, saltó desde el balcón y se mostró frente al vastaya de cabello azabache, era casi una copia de Sett, aunque el joven era un poco más bajo.

El peli-azul se mostró asombrado.

— No quieres pelear, niño.

— Adivina dónde estoy, viejo.

— No me obligues a llevarte a casa con un moretón en la cara— Amenazó.

— ¡Bellamy!— Gritó su hermana desde los altos.

— ¿Ness?— ¿Porqué estaba su hermana ahí, pensó.

Soltó un suspiró y se mostró más calmado.

— Vamos— Le agarró por la nuca para guiarlo a la salida, pero este apartó su mano con brusquedad.

La castaña se dirigió hacia ellos. En cuanto se cruzó con su hermano, lo abrazó.

— ¿Dónde estuviste?

— Nessa, llévatelo a casa, ni una sola palabra de esto a tu madre y abuela— El jefe se retiró a donde siempre.

Ambos vieron cómo se iba, Bellamy dedicándole una amarga mirada.

— Vamos, Bell.

Caminaron juntos en el oscuro bosque, por el camino que únicamente era iluminado por la luna.

[Ahri X Sett] Sangre VastayaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora