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Había llegado el día tan esperado para los estudiantes. Anteriormente el director había anunciado una fiesta para fin de año. Una fiesta donde te puedes disfrazar de lo que sea.
Para Darwin y Anais esto era divertido. Para un amargado Gumball era una tontería. Era el más mayor,por ende pensaba estás cosas.
— ¿Ya tienes tu disfraz,Gum? —pregunto un emocionado Darwin.
— No.
— Deja de ser un viejo —regaño Anais— Todavía tienes tu disfraz de hace dos años.
— ¡Eso fue cuando media menos de uno ochenta!.
— Cierto —la fan de un peluche rio haciendose la tonta— Pero aún te queda.
Subió al ático para buscar una caja con el nombre de su hermano mayor. Con dificultad la bajo y la dejo en el suelo. El de cabellos azules la abrió levantando polvo.
— Debe ser una broma.
— ¡Yay! Es uno de vampiro.
— Definitivamente no me lo pondré.
Darwin lo jalo de la oreja llevándose el disfraz. Subieron a su habitación,dejo a Gumball sobre la cama y le lanzó el disfraz.
— En media hora volveré a subir —beso la mejilla del mayor— Apresúrate si no quieres que yo lo haga.
Gumball negó varias veces. Darwin salió sin decir nada más.
[...]
— Esto está más ajustado que-
Fue interrumpido por una mano en su espalda. Era Darwin quien se encontraba sonrojado como tomate. El disfraz no era tan ajustado,la camisa blanca con decoraciones negros resaltaba el atlético cuerpo del mayor,tenía dos botones faltantes por lo que dejaba ver un poco su pecho. El pantalón de vestir negro era un tanto suelto. Un chaleco de tela suave color rojo vino más una capa larga negra hacían que Gumball se mirara más atractivo.
Además del maquillaje,los falsos dientes que parecían reales y los zapatos negros.
— ¡Vaya! No te reconozco.
— Calla Anais —se cruzo de brazos haciendo un puchero— Aunque ustedes tampoco están mal.
Anais llevaba un disfraz de princesa,una blusa sin mangas que cubría parte de su pecho. Una falda que llegaba por encima de sus rodillas. No olvidemos tampoco la tiara y el peinado.
