— Shh,no hables —Silencio poniendo su dedo índice sobre los labios del menor— No arruines el momento...—Susurro.
Acto seguido Gumball atacó el cuello de Darwin. El anterior mencionado liberaba leves quejidos. Sentía su corazón latir fuertemente,cosa que le provocaba que respirara entrecortado.
El ambiente cada vez se volvía más lujurioso. Darwin movia sus piernas haciendo fricción sobre su entrepierna. Gumball,al notar esto,separó las piernas para quedar entre ellas y mover su rodilla haciendo que el pequeño cerrara sus ojos.
— ¿Te gusta?...
— Gumball...—Miro al mayor con su rostro totalmente rojo— Ah~ por favor,detente...
— No lo haré —Siguio con pequeñas caricias seguido de plantar un casto beso en los labios ajenos.
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Repasemos: Gumball se detuvo cuando estaban fuera de la bañera. Darwin se separó confuso. El mayor miro horrorizado lo que había hecho con su hermano,agarro sus cosas y salió del baño sin decir una palabra.
Bien,ahora Darwin era el confundido. Aquello le había gustado,no lo iba a negar,pero la forma en como reaccionó no se lo esperaba. Dirigió su mirada perdida a la puerta entreabierta por donde había salido Gumball.
Se levantó del suelo para meterse a la bañera y lavar su cuerpo. Al terminar el proceso,y ya vestido,bajo a la sala.
— ¿A dónde fue...?.
— ¿Gumball? Ah,salió apurado con el cabello mojado y agitado —Anais miro de reojo a Darwin.
— Oh...claro,era así...
— Darwin.
Al escuchar su nombre voltea— ¿Mande?.
— ¿Ocurrió algo entre tú y el?.
— No —Contesto rápidamente— Nada de nada,en fin,me voy a dormir...
Subió las escaleras corriendo con los nervios a flor de piel. Cerro la puerta de su dormitorio deslizándose en esta hasta caer sentado.
Te haré mío...
Aún escuchaba la voz de su hermano en su cabeza. Sus mejillas se encendieron cuando un escalofrío recorrió su cuerpo aún sintiendo el tacto del mayor.
Shh...no arruines el momento...
¿Enserio era aquel Gumball? Digo,de un momento a otro había acorralado a Darwin. Sus ojos se notaban brillosos y había algo de lujuria en ellos. Justo como le gusta. Aquellos ojos que le recordaban a la luna.
