Katharsis [ Kakashi Hatake Fanfic ]

[5] Ocho trigramas

"Siento que cada momento en que me ahoga el recuerdo, se me apaga el motor"

Habían pasado apenas un par de semanas desde aquella noche en que finalmente pasó. Kakashi y yo habíamos estrechado aún más nuestros lazos sin importar lo que pudiera pasar, él incumpliendo la misión que tenía como Jounin y yo aceptando cualquier riesgo que pudiera pasar y repercutir en la historia. Habíamos decidido mantener en secreto la especie de relación que teníamos pues ya que al ser él uno de los shinobis más famosos y poderosos, conocido entre todas las aldeas, él estaba seguro de que irían tras de mi pues era yo la única forma y la única persona con quién podían lastimarlo realmente. Por otro lado, el tema del chico del broche del cisne aún no estaba claro, era seguro que me buscaba por alguna razón que todavía desconocemos pero no volvimos a tener rastro alguno de él. Últimamente había tenido el presentimiento que algo grande se aproximaba, estaba segura que buscaban algo de mi, algo de lo que yo ni estaba sabía.
Esta mañana mi chico y yo habíamos desayunado juntos como se nos había hecho costumbre y parte de nuestra rutina diaria, a Kakashi siempre le gustaba hacer todo por su propia cuenta y me había costado mucho trabajo convencerlo de dejarme ayudarlo con las tareas y gastos de la casa pues como el mismo me había dicho aquella noche juntos tirados en el suelo viendo al techo, era ahora nuestro hogar.
Mientras fregaba los platos un pequeño flashback de la noche anterior y de esta mañana se apoderaron totalmente de mis pensamientos.

Ese día nos habíamos despertado muy tarde pues nos habíamos bebido toda una botella de vino y el tiempo se nos fue rápidamente hora tras hora de plática tumbados en el sillón donde muy apenas cabíamos juntos, después de varios intentos terminamos acostados en una posición estratégica, yo me había acomodado entre las piernas de Kakashi recargando mi cabeza en abdomen. Adoraba pasar tiempo con él, era como si toda la vida lo estuviste esperando.
Entre copas, risas y la cena que Kakashi había preparado para mí, la noche terminó en una larga sesión de besos desesperados que muy a mi pesar tuvimos que frenar ya que él insistió en que si iba a pasar no sería de esa manera ni mucho menos en ese estado.

A la mañana siguiente por las prisas de no llegar tarde a la misión que se nos había asignado me duché lo más rápido que pude mientras Kakashi preparaba el desayuno, en cuanto salí de la regadera el procedió a entrar para ahora ducharse él también de manera fugaz pues realmente era tarde. Un beso dulce en mi frente se hizo presente antes de salir del baño prácticamente corriendo.
Me había vestido a la velocidad de la luz para después cepillar brusca y rápidamente mi cabello, con prisa salí de la habitación de él en la cual ahora ambos dormíamos juntos para quedarme petrificada ante la situación que me encontré.
Kakashi recién salido de la ducha quien tenía el cabello aplastado a causa del peso del agua que empapaba su cabello se encontraba en el margen de la puerta, pequeñas gotas de agua bajaban por sus pectorales en dirección a su abdomen, bajando lentamente por la gravedad.
Mi corazón se detuvo cuando baje aún más la mirada y me di cuenta que él no llevaba toalla puesta cubriendo sus partes íntimas. Me quedé unos segundos observando mientras sentía como la sangre se acumulaba en mis mejillas hasta que reaccioné y lo miré a los ojos totalmente enrojecida, no llevaba la mascarilla de tela que como siempre, se había convertido en parte de su esencia, al mismo tiempo que me tomó unos segundos darme cuenta aún en shock que él me miraba con una gran sonrisa arqueando una ceja. Automáticamente miré hacia otro lado mientras me dirigía en dirección a la cocina sintiendo como la sangre se el corazón se me salía del pecho. Era la primera vez que lo veía así y esto mismo aumentó mis nervios, quería salir corriendo justo en ese momento.

Definitivamente ese momento de apenas hace unos minutos había pasado por uno de los momentos más vergonzosos de toda mi vida con mi casi novio. Sólo de recordarlo me hacían soltar una risa nerviosa y que nuevamente volviera a sonrojarme.
Sintiendo su presencia acercándose por detrás para después así unirnos en un abrazo, Kakashi recargó su mentón en mi hombro mientras besaba mi mejilla.