Victoria, dulce y placentera victoria

877 77 27
                                    

Chris estampó sus labios bruscamente con los de Felix, este abrumado por la sensación de adrenalina y sorpresa se quedó quieto en su lugar sin moverse con sus ojos abiertos.

Eso no lo vió venir, esperaba un ligero beso de parte de Chris con sus acciones más no uno como ese.

Cuando sintió que Chris movía sus labios se aventuró a hacer lo mismo comenzando un vaivén lento pero fuerte, chocando dientes de vez en cuando, cada uno tratando de tomar el control del beso pero el mayor ganaba en esa pequeña lucha, Felix se atrevió a meter su lengua sin pedir permiso explorando con ella la zona bucal de su mayor, y este también lo hizo, chupando la lengua de su menor, intercambiando saliva que corría por la comisura de ambas bocas.

Mientras se comían a besos las manos de Felix se dirigieron al pecho del mayor acariciandolo hasta llegar a sus hombros tocando el cabellos que caía sobre la nuca del mayor, Chris llevó las manos a los glúteos del menor, Felix jalaba los cabellos del mayor mientras esté masajeaba y apretaba esos hermosos duraznos a su antojo.

Felix soltaba leves jadeos ante los apretones en la parte baja de su cuerpo, en toda su vida lo habían tocado se esa manera y sorpresivamente le estaba gustando como lo hacía Chris.

El mayor se separó del beso abruptamente, sin dejar que el menor emitiera una sola palabra lo giró en su lugar hasta quedar de espaldas a él y se abrazo a su cintura, fue besando su cuello y hombros dejando leves marcas a su paso mientras poco a poco le iba quitando la camisa que llevaba encima y la tiraba en un lugar cualquiera de la habitación.

Felix podía sentir como el mayor restregaba su erección contra sus glúteos, y vaya que era grande, la sola idea de que eso entrara alguna vez en su cuerpo le aterraba y le fascinaba al mismo tiempo.

-Dios Felix, desde que te vi me traes loco- le susurró Chris en su oído con voz grave, y el menor solo pudo responder con un gemido algo agudo, pues una mano se había colado en su ropa interior hasta tocar el miembro de Felix, Chris masajeaba con sus manos el pene del menor desde su base hasta llegar a la punta y se quedaba ahí unos segundos estimulando su glande haciendolo soltar grititos ahogados.

Saco su mano de su ropa interior y poniendo su manos otra vez en su cintura comenzó a tocar todo su cuerpo casi alocadamente, pasaba sus manos por todo su torso y vientre, parecía querer tocar todo de Felix al mismo tiempo fallando en el intento de abarcar toda su carne en sus manos, y es que el menor lo hacía delirar tanto que llegaba a perder sus sentidos, en ese momento deseaba de una manera impensable al menor y lo iba a tener cueste lo que cueste.

-¿Tanto te encanta mi cuerpo?- le preguntó Felix a Chris risueño.

-Me encanta todo de ti querido, pero ahora te quiero en cuatro sobre la cama, si?- le dijo Chris dejándole un beso en su hombro.

Felix obedeció inmediatamente colocándose sobre su rodillas pegando los más que podía su pecho a la cama para que su trasero quedará lo suficientemente elevado para el mayor, lo movía de lado a lado de una manera hipnotizante que logró captar de inmediato la atención de Chris, este llevó sus manos hasta los glúteos del menor, comenzó a masajearlos y apretarlos mientras su mirada estaba fija en sus perfectos duraznos, como si fuera el primer trasero que vió en su vida, pues se veían tan apetecibles con ese color pálido, tan suaves y tersos al tocar, y sin pensarlo le propinó una nalgada en su glúteo izquierdo que hizo sobre saltar al menor en su lugar soltando un grito que fue música para sus oídos, hizo lo mismo con el glúteo derecho y recibió la misma reacción, la piel de los glúteos comenzaba a adquirir un toque rosáceo, apenas con una nalgada en cada una de sus nalgas ya se podía notar la mano del mayor marcada en ellas y eso lo enloqueció aún más, sin esperar le propinó una mordida al glúteo derecho que hizo que el menor soltara un gemido prolongando, cuando soltó el trozo de piel que había tomado entre sus dientes vió la marca que estos dejaron que era más roja que el de las nalgadas, estaba seguro de que ese dejaría una mancha morada en unas horas y le encantaba la idea de que Felix tuviera tatuada su mordida en sus nalgas, ese pensamiento lo hizo enloquecer aún más y fue a sus pantalones y comenzó a desabrochar su cinturón mientras le decía a Felix.

~Humo de la noche~ BanglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora