𝑺𝒂𝒃𝒂𝒅𝒐; 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒊𝒔𝒕𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂

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A pesar de que se había mostrado energético y saludable frente a cada una de sus visitas, Doyoung no se sentía bien.

Todos esos días y noches sin descanso durante los cuales había perdido clases, tiempo con su novio y resolución de tareas debían hacer vale algo. Se supone que todo tenía una objetivo, y ese objetivo era tener una presentación perfecta en el concurso de música por el que toda su banda había esperado tanto tiempo.

Que le duela el cuerpo y que respirar le resulte complicado era lo de menos. Lo que no quería era dejar que un simple accidente arruine eso para lo que se había esforzado tanto.

Sólo con Jaehyun, durante su segunda estadía a su lado, había comenzado a abrirse en ese tema.

- No me voy a perder guerra de bandas.

- No puedes tocar, Doyoung.- respiró Jaehyun, señalando los venda que rodeaba su diestra.- Es simplemente imposible.

- Sólo son unos rasguños.- le restó importancia, antes de mover los dedos del brazo accidentado para evidenciar su argumento.- Además, Yuqi parecía a punto de llorar cuando hablamos del concurso...

- Ella sabe que no es culpa tuya.- insistió su novio - Quiero lo mejor para ti, igual que todos nosotros, pero no puedes respetar que no demuestre cómo se siente con respecto al concurso la banda no tendrá a su guitarrista.

- Cierto... Pero sí lo tendrán, yo quiero tocar.

- No. No depende de ti, es un hecho que no puedes tocar así.

En efecto, nadie quería que intente tocar la guitarra tan pronto después del accidente. Su madre les había dicho que no, sus amigos le habían dicho que no, la propia banda le había dicho que no, h ahora hasta su novio le decía que no.

- Creí que serías diferente.

Doyoung soltó un suave suspiro, comenzando a sentirse defraudado.

- ¿No lo entiendes? Es algo por lo que me he preparado mucho, y no pienso perderlo sólo porque un idiota chocó el auto en el que estaba, aunque tenga el brazo parchado. No pienso rendirme sin haberlo intentado.

Por su tono de voz, a Jaehyun sólo le tomó un instante en entender.

Aún creía que estaba loco, soñando con algo prácticamente imposible, pero él no era quien para negarse a sus deseos. Podía valorar la presión por la que se ponía a sí mismo, pues era una pasión que cada vez le parecía menos frecuente entre sus contemporáneos.

Sin decir nada, se puso de pie, disponiéndose a salir de la habitación.

- No, espera, ¿A dónde vas?

Se detuvo cerca a la puerta, antes de voltear hacia la camilla. ¿No era obvio?

- ¿Acaso no querías que te traiga tu guitarra?

Ver cómo se iluminó la mitad de Doyoung fue suficiente para que Jaehyun sepa que estaba tomando una buena decisión. Puede que le resulte imposible tocar, pero al menos no podía decir que no lo había intentado.

•••

Un par de horas después, Doyoung tenía su guitarra encima del abdomen,para intentar manipularla con su mano sana. A pesar de que no lo logró ubicarla correctamente a la primera, estaba sonriendo, porque Jaehyun se había tomado la molestia de cumplirle el capricho, favor que no olvidaría en mucho tiempo.

- ¿Cómo lo hiciste?

- Le dije a tu mamá que yo también tocaba la guitarra cuando era niño, y que quería tomar k tuya prestada para tocarte una canción que te haga sentir mejor.

ninki ; jaedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora