Adultez

Parte 3

Tsubaki había quedado con la duda. Tras entregar sus partes del trabajo, se habían quedado en la noche del sábado siguiente uniendo y reparando el desastre de algunos, para tener todos buena nota. En la terraza, Soul y Black conversaban asando una carne, las hermanas hacían ensaladas. El Shinigami estaba junto a ellas. Terminaron, y Maka lo fue a guardar, seguida por su amiga. Una vez en el cuarto, las dos solas, Tsubaki cerró la puerta.

–Maka... ¿Te puedo preguntar algo personal?

–Sólo si no estoy obligada a responder.

–Bueno, a veces las evasivas son peores que las respuestas directas. Dan mas lugar a la imaginación.

–Dime. –Se sentó en la cama, mejillas hinchadas, piernas rectas. -¿quieres saber si Soul y yo estamos saliendo? -Tsubaki asintió. –Pues... no lo sé. Acabo de notar que no todos... -se sonrojó bruscamente.

–Entonces, empieza por decirme... ¿Son ustedes adultos? ¿Hasta donde han llegado?

–¿Lo eres tú? –Tsubaki asintió y sus mejillas se tiñieron de rosa. Los ojos de Maka se abrieron, al tiempo que tapó su boca con ambas manos y se le escapó un grito agudo.

–no grites, no es para tanto, -Se rió... en Japón, nosotros...

–¡Chicas! La comida está servida! –Soul tocó la puerta por fuera.

–Hablaremos otro día. –Salieron juntas a comer.

–Así que Tsubaki y Black están juntos también... Pensé que ella tendría mejor gusto. –Esa noche Soul se rascaba la cabeza mirando el techo.

–Bueno, quedó insinuado, pero no me alcanzó a dar detalles.

–Tampoco es que lo intenten ocultar, es decir, él...

–Son como nosotros en ese sentido, yo creo.

–¿Cómo es eso?

–Es como natural... como cuando las cosas fluyen. -Ante la mirada de él, interrogadora, ella decidió explayarse. –como que la gente espera que el amor sea una gran cosa, volverse locos y cosas así, pero yo prefiero esto. Mis padres tuvieron una historia de amor muy bonita hasta que... bueno, eso tiene que ver con las pasiones.

Soul la abrazó, como siempre que hablaban de los padres. Tras lavar los platos, se habían ido a la cama, pero no estaban agitados esa noche. Sabía que ella guardaba miedos e inseguridades, pero sentirse así de juntos, gracias al poder de resonancia de almas que tenían, les resguardaban de poder tener secretos el uno con el otro.