Parte 17

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Maka pensaba en los besos de Soul a la orilla del mar, con los pies metidos en el agua. En todas las cosas que hicieron esa tarde, todos los besos, las caricias. Trataba de refugiarse en el recuerdo de la sensación del agua fría contra sus caderas, de su lengua –oh dios su lengua- mientras esperaba junto a sus dos padres en esa fría silla de plástico. Uno a cada lado. La tensión no podría ser peor, y no dejaron ir a Soul.

Deliberadamente Maka lo había dejado fuera, pese a que él quería estar presente. La tensión y las palabras secas le recordaban que había hecho lo correcto. Durante la explicación del doctor las secas preguntas de su madre la hicieron temblar una y otra vez. A pesar que la voz se le suavizaba cuando se dirigía a ella, esta persona en frente no se parecía a la mamá que la había dejado unos pocos años atrás, decidida a ser como ella. Al parecer, la explicación del profesional no la dejó del todo satisfecha, pero tomó los papeles de consentimiento.

La cirujía era simple, pero las implicaciones de la misma eran lo complejo. Camino a la casa, su madre procedío a cuestionar si sus dolores eran muy intensos, si los malestares realmente detenían su trabajo como técnico. Le comentó que durante la misión pasada, sus vidas peligraron cuando ella no se podía tener en pie, que había sido el punto final para que Kid verificara siempre el calendario cuando tenía que mandarla a una misión. Ya se sabía en la escuela que cuando era el día, ella se quedaba en casa o acudía a dar exámenes y no entrenaba. Se lo comentó todo camino a casa, pero parecía que ella no oía, que había tomado decisión tal como solía ser la determinación que ella misma tenía, lo que la aterró. Sentía que cada vez su voz era más débil, y no se dio cuenta cuando de pronto estaban frente a la puerta. Cuando llegaron a casa, en realidad. Se vio frente al edificio y sólo entonces preguntó: "¿Dónde dormirás?".

-Contigo, por supuesto. No esperas que vaya con tu padre –replicó, sin mirarla, pasando por su lado.

-No, claro... -su rostro estaba pálido. No había querido mencionar a Soul, siquiera. Su padre las siguió un poco mas.

-¿Quieres que suba?

-No lo sé. No quiero que empeore...

-¿Qué hacen allí? Apuren...

Ya en casa, fueron recibidos por un Soul un poco molesto por haber sido dejado de lado, pero le bastó una ojeada al rostro de Maka para darse cuenta que algo andaba mal, así que se tragó su cabreo, tratando que todo funcione. Pero no pasó eso. Al final, ella preguntó donde dormiría, y Soul le ofreció su cuarto. En eso ella cae en la cuenta. Maka también se apresura a ofrecerle su cama, es su madre después de todo y ha dormido varias veces en el sofá. Pero este intercambio es suficiente para que ella, con el rostro muy cabreado, deje su taza sobre el platillo y este sobre la mesa de centro, y les grite, no pregunta:

-¡¿Ustedes son pareja?! Están saliendo? –Maka deja caer lo que sea tenga en las manos.

-Sí –responde Soul, el único que no tiene miedo a lo que le parece es una reacción histérica. –Maka y yo compartimos la casa y sostenemos una relación de amistad y de pareja, además de ser técnico y arma. Creo que tiene experiencia en eso –Agregó.

-Maka, siempre supuse que aprenderías de mis errores. Cariño, dijiste que querías ser una técnico... la mejor técnico y harías una Death Scyte...

-¡Lo soy! ¡Lo es! Maka es la mejor técnico, la mejor de la clase, y me hizo una death...!

-¡Pero no tienes que acostarte con tu arma! ¿Hasta dónde piensas imitarme?

-Yo... no quiero eso... sólo te llamé porque necesito tu autorización -Soul ya no recordaba cuando fue la última vez, si es que en alguna ocasión sus ojos habían temblado así.

-Definitivamente no creo que seas suficientemente madura para tomar la desición de operarte.

-¿Madura? –La voz de Maka dio un giro de dolor.

-¡Cállese! –Soul le dijo golpeando la mesa, atrayendo la atención hacia él -¡Maka es la mejor, simplemente la mejor! ¡Ella sola es capaz de todo! ¡Es la persona mas responsable que conozco, mantiene limpia esta casa, cocina, saca buenas notas y pelea con mas garra que nadie!

-¡Cállate tu, pendejo irresponsable!

-¡Ya! Mamá, creo que necesitas buscar otro lugar para pasar la noche.

-¿Qué?

-Si me vas a juzgar y chantajear, mejor te vas. Esta casa es tanto mía como de Soul. Él es quien me ha cuidado todos estos años, trayéndome té, bolsas de agua caliente, de verdad que te has apresurado a juzgar la situación. 

AdultezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora