Adultez

Parte 20

Ella lo tenía literalmente contra la pared.

Habían pasado mas de un mes sin hacerlo. Si bien Maka no experimentaba cambios o dolor después de la operación, ambos lo consideraban prudente... acompañado con la cantidad de misiones a las que Soul hubo de acudir solo... Maka igual hacía pesas para no perder el estado física desde la tercera semana, Soul no había ido a la escuela por un par de días, pero los avances en la emancipación hicieron que quisiera dedicarse algo mas a los estudios. Su periodo aun no se normalizaba, tal vez no lo haría en años.

La verdad habían discutido sobre el tema amargamente, hasta que Soul llegó al consenso que pasado 40 días podrían hacerlo. Ella había saltado, feliz. Pero en el plazo él había viajado nuevamente, dejándola en un mar de lágrimas, lo cual realmente le había hundido en culpa. Llegó en medio de una clase, así que apenas fue el descanso lo había arrastrado por la ropa hasta perderse en el laberinto bajo el Shibusen.

Se besaban con el hambre acostumbrada, sin calma, sin tiempo. Al principio el pensó que sólo harían eso, pero ella tenía ya todo pensado. Se dio cuenta cuando lo llevó, esta vez de la mano, a una especie de nicho en la pared.

Ni siquiera intentó disuadirla con el "¿No te parece más cómodo la cama?" cuando la vio acomodarse, sino que dejó escapar una risita mientras le bajó los calzones. Rosados. Se los metió al bolsillo, ella desvió la vista.

-¿Pasa algo? –le pregunta.

Ella resuena un poco, poniendo la mano en su mejilla y él lo siente. Esa chica, la misma que suele acosarla a preguntas, la misma que les disparó al cuestionar "si ya eran adultos", quien decía que "debían quedarse con quien rompiera su himen", estaba a la vuelta, escondida.

-No me molesta –sonría Maka antes de besarlo de nuevo, y atacar sus pantalones. Se los alcanza a desabrochar antes que él corte el beso para acomodar sus genitales hacia ella. Lo hace tranquilo, aunque la urgencia lo mata. Más tarde se darán una sesión con besos en las costillas y caricias tiernas. Ahora sólo hay que saciar el hambre.

Intentan hacerlo rápida y furiosamente, a la vez que tratan de no gemir, no gritar al menos. Ella estaba ya empapada, esperándolo. De vez en cuando ella mira hacia donde se esconde la muchacha, y parece que eso la empodera aún mas, porque entonces se aferra a la espalda de él tratando de ser silenciosa, de restregarse al máximo, de no resonar como acostumbran, pero el la besa, ella pierde la concentración o es tal vez él mismo quien establece la conección, integrándose totalmente en alma y cuerpo.

Kid y Black los encontraron en medio del pasillo, manos tomadas, sudando y jadeando aun.

-No se aguantaron ni un día. Pervertidos. –rió Black.

-Encima resonaron. Se percibió la energía en clases, pero no supieron distinguir de dónde venía. –Agregó Kid.

-¿Por qué no se levantan? Vamos a buscar unos materiales, aún tenemos clase. A menos que quieran pasar a las duchas.

Maka apuntó el pilar donde aún se oculataba ella.

-Ah. Qué pesados. Sale de ahí por favor, quiero volver a clase.

La chica tímidamente salió y caminó hacia ellos.

-Supongo que eso responde tus preguntas.