s u c k

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Mark tenía un problema, había peleado con tu tipo y era consciente por el único motivo de que estaba coqueteándole a Donghyuck. No tenía porqué hacerlo pero si lo hizo.

Para su desgracia, se había salido con la suya, por lo tanto no recibió ningún castigo, cosa que Mark no tuvo más remedio que quedarse él solo en detención, sufriendo las consecuencias como bien dijo la directora.

Eran aproximadamente las 5:45 p.m. y bien se podía escuchar la campana sonar indicando hora de salida.

No era la primera vez que estaba en detención, pero esta vez lo estaría solo, mayormente siempre se divertía con sus amigos en esta sala.

Debía de seguir manteniendo esa idea en su cabeza de que Donghyuck es simplemente un chico hormonal, meloso e insoportable, pero tal así como lo describía le encantaba; le gustaba escuchar su voz chillona y molesta, mientras se enfurece de todo y de nada. Maldito bipolar, sabe que lo hace intencionalmente.

Algo cansado, se tumbó en esa silla de cuero cómoda de la profesora, la cual rechinó por el peso al echarse en el espaldar. Agarró algún cuaderno y dejó sus pies encima del escritorio mientras pasaba las hojas, un cuaderno muy decorado.

Su único castigo era revisar todos los cuadernos, la profesora Kim era astuta, ella no perdería el tiempo calificando cada estudiante.

La puerta se abrió de repente. El crujido de esta llamó su atención.

— Todavía terminé maestra... —dijo agarrando un bolígrafo.

— ¿Cómo va?

Mark se exaltó un poco. No esperaba encontrarse a Donghyuck justo ahí. Cerró aquel cuaderno girando en la silla, esperó a que el menor dijera algo más.

— Me enteré que te peleaste... ¿Estás bien?

¿Que si estaba bien? Pues casi explota en celos cuando vio perfectamente que aquel sujeto le agarraba su lindo trasero que se cargaba.

— Si, estoy bien ¿Qué haces aquí? Son las 6 y media, tus padres te regañarán. —habló firmemente.

— No te preocupes, yo... Pedí permiso.

— ¿Y Jaehyun?

— Se olvidó de mi. —miró el suelo con la mirada triste.— siempre lo hace.

Mark se quedó mirando esas piernas, que gracias al pantalón le hacían moldear sus glúteos, era la gloria mirarlo. Donghyuck encantado con eso, tomó confianza rápido y se fue acercando poco a poco.

— Mark ¿Estabas celoso?

Esa pregunta se la solía hacer seguidamente.

— ¿Porqué lo dices? —y en un abrir y cerrar de ojos, Donghyuck estaba subiendo a su regazo, dejando las piernas a cada lado de las suyas.

— ¿Quieres que te dé algo de atención? —hizo un puchero con sus labios, poniendo sus ojos de cachorrito y mirándolo fijamente.— ¿Una mamada estaría bien?

Con cautela, pasó su mano por el abdomen de Mark, sus dedos moldeaban el perfecto torso acariciando toda la zona, siguió bajando hasta llegar al bulto de este, no dudó en agarrarlo como propiedad encima de la tela del uniforme escolar.

cold love  ・  markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora