#2 Persiguiéndote... para matarte [AkaFuri] KNB

El escalofrío

Seijuro fue de vuelta a su oficina para informar de la situación a Tatsuya. Detrás de él, pisándole los talones, iba Takao.

– ¡Jefe! Oiga, jefe~ –el pelinegro llevaba varios minutos llamando al pelirrojo, pero éste ni siquiera volteaba a dedicarle una mirada, ni siquiera una palabra– Jeeeeeeefeeeeee~ –y nada. Ninguna reacción.

Kazunari no se rindió y siguió insistiendo. Él debía saber qué era lo que el equipo estaba haciendo ahora. Él tenía el derecho de saber los planes, después de todo, formaba parte y había firmado el contrato. Por eso no se había quedado rezagado en su oficina a esperar.

Por otro lado, Akashi no prestaba atención a nadie, estaba trazando todos los detalles de la misión y para cuando llegó a la oficina, ya estaba todo listo. Solo faltaba que el resto del equipo se preparara y escogiera las armas correspondientes.

– Tatsuya –dijo apenas abrió el despacho– Tenemos una misión. Reúne al equipo. Nos juntamos en exactamente cinco minutos en el hangar dos.

– ¿El dos? –Tatsuya se levantó del asiento y salió del lugar cerrando tras de sí, no quería que nadie husmeara en la oficina del jefe. Los documentos que allí había, eran de conocimiento restringido.

– Sí –Seijuro se detuvo cuando chocó con el cuerpo de Takao, le dio una mirada de advertencia y luego le dio una mirada a Himuro que venía detrás de él– Kazunari, tu deber es hacer un resumen de la información que recolectaste, todos los detalles importantes se los comunicaras a Tatsuya y él se lo comunicará al resto del equipo –miró a Takao para saber si su orden había sido clara y cuando vio la afirmación en la mirada del pelinegro, se volvió a Tatsuya y reiteró– Tienen cuatro minutos y cuarenta segundos –.

Dejó a sus empleados solos y se fue a dar un aviso a los superiores, después de todo, no podía llevarse a Black sin dejar constancia.

Mientras Seijuro se encargaba de los detalles mayores, Kazunari le explicaba todo lo relevante a su compañero, que al parecer, era la mano derecha del jefe. Tatsuya escuchó todo con oído atento y para cuando localizó a los otros dos restantes, el informático ya se había explayado todo lo necesario para dejar en claro el propósito de la misión.

– ¡Tienen cuatro minutos para prepararse para una nueva misión! –gritó Himuro irrumpiendo en la habitación que Atsushi y Shougo compartían, ambos estaban haciendo nada importante– Takao les resumirá lo importante mientras se preparan –dejó a Takao en la entrada de la habitación y se fue sin preocuparse por la integridad del nuevo.

Kazunari tragó saliva y sonrió saludando a los dos chicos. Ninguno le prestó atención ya que estaban ocupados vistiendo el equipo de asalto, pero sus oídos estaban atentos a cualquier palabra que saliera de la boca del chico nuevo.

– La misión será de reconocimiento –la voz dubitativa del informático no fue muy clara, por lo tanto se aclaró la garganta y volvió a hablar– El objetivo fantasma tiene un hermano –ambos, Atsushi y Shougo levantaron la mirada de inmediato al escuchar aquello. Ninguno tenía conocimiento de ese detalle... en todos esos años persiguiéndolo– Kouta Furihata. Salió de prisión hace un par de días y estoy seguro de que nuestro chico está con él. La ubicación queda a dos días de viaje en vehículo... por lo que no sé si Kouta estará allí para ese entonces –.

Kazunari terminó de hablar y los chicos ya estaban listos, solo se estaban ajustando los belcros de las fundas que llevaban en brazos y piernas para guardar las armas que portarían. Y justo en ese momento, llegó Tatsuya completamente vestido y preparado para la misión.

– Hangar dos –dijo sin detenerse para ver si había sido escuchado. Takao realmente no sabía qué demonios pasaba con el hangar dos, solo sabía que cada vez que ese lugar era nombrado, alguien se sorprendía claramente. Himuro, Haizaki y Murasakibara lo expresaron al abrir sus ojos ligeramente más de lo normal... y para el ojo de Kazunari, no pasó desapercibido.