Nunca sabes cuándo es tu último respiro de vida. Nunca sabes cuándo es la última oportunidad que tienes de ver el cielo por tu cuenta y respirar el aire de la libertad por última vez. Nunca sabes cuándo te pueden estar siguiendo si estás tan ensimismado en tus pensamientos como Kouki estaba en esa noche.
Caminaba rápidamente sin rumbo alguno, ni siquiera recordaba dónde estaba su cuartucho destartalado, sólo quería caminar hasta lograr calmar el torrente de emociones que estaba arrasando con su interior como si fuera un huracán.
El castaño quería gritar de frustración, ira, indignación, dolor, miles de sentimientos que atenazaban con desbordarse si no se desahogaba pronto. Sus pasos perdían intensidad y negaba con la cabeza constantemente por haber sido tan estúpido, aún se recriminaba por haber dicho palabras tan estúpidas a una persona que no sentía nada. Se culpaba a sí mismo por haber caído en sentimientos tontos por esa persona indiferente, pero de igual forma aceptaba lo que sentía. Se había enamorado de un loco y no podía hacer nada para negarlo. Los sentimientos eran tan reales y tangibles que, a pesar del odio que sentía hacia Seijuro, era inevitable sentirse atrapado por él, por sus manos, sus labios y su cuerpo.
En dos semanas tantas cosas habían cambiado dentro de Kouki que sólo estaba esperando para darle voz a aquellos sentimientos, sin embargo, en cuanto quiso hacerlo, se sintió ridículo. Nunca más iba a volver a pronunciar esas palabras otra vez, ya sea directa o indirectamente.
– Qué estúpido fui –susurró el castaño conteniendo las lágrimas furiosas y dolorosas.
Se detuvo abruptamente en medio de la calle y se dejó caer de rodillas sobre el asfalto. El impacto fue nada comparado a lo que sintió en su interior. Tan indiferente. Tan frío. Tan estúpido. Seijuro era todo eso, y Kouki estaba dejando salir su alma en esas gruesas lágrimas que rodaron por sus mejillas. Tomó su rostro entre sus manos y lloró sin contenerse. Dejando de lado la fachada de chico duro y feliz.
A su espalda, Murasakibara y Takao se acercaban sigilosamente. Cada uno llevaba un arma cargada con sedantes, así que sin pensarlo dos veces, el grandote disparó directo al cuello de Kouki quien se sobresaltó por el impacto. Miró sobre su hombro y trató de de levantarse, pero de pronto su cuerpo comenzaba a pesarle más de lo normal y, con una mirada confusa, se desvaneció en el suelo con el cuerpo laxo bajo la atenta mirada de los dos agentes.
– Misión cumplida –informó Takao por su radio para que el Alfa recibiera la noticia.
***
No muy lejos de allí, en un par de metros más allá, Himuro y Kuroko seguían de cerca a Seijuro que estaba más distraído de lo normal. Tatsuya esperaba que Seijuro lo notara y corriera, o llevara a cabo algún plan genial, pero el ex-agente ni siquiera se percató de que lo seguían.
Seijuro estaba sintiendo un extraño y preocupante dolor en su pecho que mientras más masajeaba, más dolía. Se detuvo abruptamente de un segundo a otro cuando sintió un eco de voz proveniente de su consciencia.
– ¿Qué. Has. Hecho? –masculló la voz de la primera personalidad, el original y el principal. La ira contenida en su tono era tan escalofriante que hasta el mismo oyente se estremeció de miedo.
– Sólo hice lo que prometí hacer –respondió relajado. Se restregó los ojos y se quitó los lentes de contacto para tirarlos lejos, ya comenzaban a ser molestos. Sus ojos brillaron en la oscuridad con su habitual tono rojizo y bordes dorados.
– Has matado a la única persona que nos dio una oportunidad lejos de los barrotes de la cárcel. Ahora no eres más que otro maldito delincuente al que van a atrapar dentro de un minuto y como si fuera poco, has tenido sexo con Kouki y lo has tratado como si fuera poco menos que una prostituta... ¡¿QUÉ DIABLOS CREES QUE ESTÁS HACIENDO?! –esto último lo gritó causando que su voz resonara en la consciencia del otro, quien se llevó las manos a los oídos y gritó de dolor. Seijuro estaba frenético. Estaba furioso y aunque aún estaba débil, tenía la fuerza suficiente para castigar a su otro yo por las imprudencias que realizó.
ESTÁS LEYENDO
#2 Persiguiéndote... para matarte [AkaFuri] KNB
Fanfiction"El pasado construye el futuro"... ese es el lema que él tiene más que claro. "Sonríe a pesar de lo que hayas sufrido, porque la sonrisa, es lo que siempre tendrás sin importar nada"... "Ayuda a todo aquél quién te lo pida" y se lo ha tomado al pie...