Olvídate/Aprendiz

37 6 9
                                    

La niña se acercó a él con paso titubeante y tímidamente estiró sus brazos con las manitas abiertas para recibir un abrazo, sin embargo Kouki... estaba más congelado que un glaciar del polo norte. No podía ni moverse, hasta se había olvidado de cómo pestañear. Miraba a la niña con tanto pavor que estaba seguro de que los ojos se le iban a salir.

– Kouki... abrázala –masculló la mamá tensa como una cuerda de violín– Es solo una niña.

– Y yo soy s-solo un humano común y corriente –respondió el castaño agarrando una almohada para protegerse de la niña– No puedo lidiar con algo tan... pequeño... ¿Y si se quiebra? –.

Acto seguido subió los pies sobre el sofá y se ocultó tras la almohada, como si la niña estuviese infectada con algún virus maligno, no obstante, la niña en vez de llorar o asustarse, comenzó a reírse por la reacción de ese adulto enfrente suyo, porque era muy divertido.

– ¡S-se está riendo! –tartamudeó el castaño exaltado por aquella visión.

– Por supuesto que se está riendo, imbécil –suspiró Alice dándose por vencida y caminando para tomar a su hija de vuelta– Vamos cariño, papi tiene que acostumbrarse a la idea de que estará con nosotras. Dile a papi que lo verás al rato.

– Nos vemos luego, papi –musitó la niña riendo y moviendo sus manos para despedirse.

Alice se llevó a la niña escaleras arriba y Kouki por fin pudo respirar tranquilo... pero no estaba tranquilo, sentía que le faltaba el aire y que necesitaba un lugar al aire libre... estaba hiperventilando.

– Ten –de la nada llegó Kouta con una bolsa de papel que entregó a su hermano– Respira en ella y estarás bien en un minuto –.

Kouki le quitó la bolsa con brusquedad y respiró dentro de ella hasta que pudo regular su ritmo cardiaco, y de paso, también sus ideas dispersas. Entonces se irguió lentamente y miró a su hermano a los ojos.

– Tú... ¡idiota! –lo agarró del cuello de la chaqueta que llevaba y lo zarandeó tan fuerte como pudo– ¡Me dijiste que tenía un hijo, UN HIJO, hombre, sexo masculino! En ningún momento me dijiste que era una NIÑA, MUJER, SEXO FEMENINO –Kouki estaba al borde de gritar, de hecho su voz salía tan estrangulada que sonaba gutural e infundía más miedo que un simple grito. Kouta estaba asombrado, no conocía esa faceta de su hermano, y de cierto modo le dio un poquito de miedo, después de todo, cuando él lo tuvo bajo su cuidado, era un tímido sin remedio.

–T-tranquilízate... Kouki, cálmate... –Kouta tomó las manos de su hermano y trató de que lo soltara, pero fue inútil... tenía más fuerza que él mismo... eso, lo descolocó de sobremanera... Kouki era alguien totalmente distinto... y eso no estaba en sus planes.

– No. Me. Digas. Que. Me. Calme –masculló el menor con los dientes apretados y la mirada oscura. Bajó el rostro y su cabello le cubrió los ojos. Sus nudillos estaban blancos y estaba a punto de perder la compostura.

"Respira. Respira" se ordenaba el menor a sí mismo.

– Kouki... ¿K-Kouki? –el mayor se alarmó cuando sintió que el cuello de su chaqueta se cernía cada vez más fuerte, como si lo quisiera ahorcar. Trató de mirar los ojos de su hermano, pero todo lo que veía era su cabello y temió mirar sus ojos.

– Cállate, Kouta –gruñó apretando más y más... entonces, cuando ya había infundido el miedo necesario, lo fue soltando poco a poco y luego levantó la cabeza con una sonrisa radiante– Entonces ¿Qué hay de comer? –.

Kouta retrocedió unos pasos, realmente asustado, lo cual, para cualquier persona ordinaria, era realmente difícil de lograr en él, pero su pequeño hermano, lo había logrado con tan solo unos segundos. El mayor observó el rostro del otro y se aterró al pensar que él podía sonreír tan relajado cuando estuvo a punto de matarlo... o al menos eso trató de hacer, así que Kouta sonrió tembloroso y trató de fingir que nada había pasado.

#2 Persiguiéndote... para matarte [AkaFuri] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora