Ahí está tu grupo "Charlie"

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– ¿J-Juego? –tartamudeó el chico– ¿Puedo decir que no?

– ¿Te encuentras en posición de decir que no? –respondió el otro con una pregunta. Hizo crujir sus nudillos y sin previa preparación, encestó un derechazo a la mandíbula izquierda de Kouki.

El pobre chico giró la cabeza por el impacto y estuvo casi seguro de que sintió un hueso crujir. Quedó aturdido por varios segundos, parpadeaba para aclararse la vista borrosa y la cabeza le daba vueltas. Sintió un líquido salado en su boca con sabor a metal y cuando recuperó bien la vista pudo ver las gotas de sangre que caían de su boca y se acumulaban en el suelo.

– ¿Q-Qué juego es este? –preguntó el prisionero moviendo su mandíbula para comprobar su estado. El dolor agudo era pulsante en el lado afectado y sus brazos dolían con el movimiento brusco, pero de no haber tenido las muñecas esposadas detrás del respaldo de la silla, probablemente se hubiera caído al suelo. Lamentablemente patético.

– El juego en donde tú eres mi saco de arena al cual puedo golpear libremente –respondió el pelirrojo con una sonrisa torcida que Kouki no pudo ver.

– No me gusta –musitó Furi escupiendo más sangre. Con su lengua tocó el interior de su mejilla y encontró el lugar de dónde provenía la sangre, era una herida pequeña al parecer, así que no moriría– ¿Podemos...? –.

El fuerte golpe que impactó su lado derecho silenció cualquier palabra que siguiera en la oración. Dios santo, si el agente allí presente continuaba con aquel "juego" definitivamente Kouki iba a terminar rogando para que se detenga. Furi odiaba los golpes porque dolían y dejaban moretones que no se desvanecían por mucho tiempo, lo cual le daba un aire de sospecha y no podía pasar desapercibido entre las personas normales.

– No vamos a cambiar el juego –gruñó Seijuro abriendo y cerrando las manos para sentir el dolor en sus nudillos.

El pelirrojo disfrutaba, y a la vez no, el infligir daño al chico esposado. Por un lado le gustaba hacerlo porque necesitaba descargar toda aquella ira que acumulaba, la frustración que llevaba consigo por años. Por otro lado no quería dañar aquel rostro pulcro y de aspecto inocente.

No deberías hacerle daño mascullaba la voz en su menteÉl ya tiene suficiente con ser encarcelado.

– ¿Qué demonios? –dijo Seijuro con un tono irritado– ¿Cuándo se invirtieron los papeles? ¿Ahora yo soy el malo en todo esto? –soltó una risa burlona y negó con la cabeza dispuesto a lanzar el tercer golpe al chico en la silla.

– ¡D-Detente! –murmuró Kouki no con la suficiente fuerza para ser escuchado– Sei... juro... por favor, detente. Tu juego e-es muy divertido. Jamás en la vida me había divertido tanto –dijo ahora más fuerte.

"Jamás en la vida había sentido tanto dolor con tan solo dos golpes" pensó tratando de levantar la cabeza. Sus párpados pesaban pero se forzó a mantener sus ojos abiertos. Le dio una mirada a la expresión sorprendida de Seijuro y dejó caer su cabeza con pesadez, aún cuando eso le provocaba más dolor en sus hombros y brazos.

– Tan solo estoy comenzando –murmuró sonriendo.

¡Déjame salir! ¡Maldita sea! gritaba la voz con fuerza, provocando que Seijuro perdiera la concentración por un segundo.

– Seijuro, por favor. No tienes que hacerme esto –suplicó Kouki reuniendo todas sus dotes de actuación. Sus ojos se llenaron de lágrimas y levantó el rostro con timidez, le dio una mirada al pelirrojo y desvió su atención al suelo mostrándose sumiso– Puedes hacerme lo que sea, pero no esto. No me gustan los golpes, por favor... –.

#2 Persiguiéndote... para matarte [AkaFuri] KNBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora