Bryan: Cuando debuté en la ópera

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Cuando mis amigos y yo estábamos planeando cómo escribir este libro y lanzaron la idea de compartir una o dos vivencias memorables que hemos tenido como banda, yo les dije:"¡Espérense, Espérense, ¿Cómo que una o dos?! Si hay cientos, yo creo que miles de aventuras"... Ok,me hicieron ver qué el libro no tendría dos mil páginas, ni nosotros el tiempo para escribir y puse a trabajar mi ardilla. Ha sido bastante difícil elegir alguna, cuando te juro que en mi cabeza aparecen, como una ráfaga, cientos de escenas de los cinco brincando con toda nuestra fuerza, abrazándonos con cariño, sin poder entender con exactitud todo lo que nos está pasando.

Una primera vez

Quizá me quedé con el momento en el que estuvimos en el Teatro Metropólitan por primera vez, para mí ha sido la más emocionante. Esa ocasión tuvimos dos sold out y uno se ellos fue en cien minutos...¡Yo no lo podía creer! Nunca habíamos dado un concierto, a pesar de que ya llevamos un año trabajando fuerte como banda y acaba de salir el disco. Los nervios se sentían muy pesados, era una vibra inmensa y mágica, pero también con mucha carga de responsabilidad, no les podíamos fallar a todas las chavitas que fueron a vernos. Me imaginaba ya en el escenario y pesaba:"Esa niña que está sentada en esa esquina gastó todo su dinero por venir a vernos;esa señora que está en el otro extremo trajo a su hija desde quien sabe dónde, pero de muuuyyy lejos; aquella niña de por allá les rogó a sus papás y casi se pelea con ellos por venir". Sabía que cada una de las asistentes tenía su propia historia y se me juntaron muchas ideas en la cabeza pensando en todos l@s coders, quería absorber toda la energía de las fans para dar lo mejor de nuestros shows.

Y después de tantos nervios y adrenalina, el concierto terminó. Todo salió tan bien, tan perfecto que la emoción que sentía era absoluta, infinita, irreal... Nuestro show había estado mejor que en los ensayos, dónde no había gente viéndonos. ¡No sé cómo explicártelo! Fue un momento mágico porque sabíamos que algo más grande estaba por empezar, el camino que recién habíamos comenzado hacia un año estaba abriéndose más, y si acaso hubo lodo y baches, no importaba, el día de ese concierto se pavimento la hermandad y trabajo; imaginé como los cinco subíamos a un coche para seguir sobre esa carretera que parecía más firme y en la que se podía ver un paisaje mucho más bonito, el cielo sin nubes, más abierto y azul.

Y como en ese concierto, igual de épicos han sido los del Auditorio Nacional y en la Arena Ciudad de México; sin embargo, los que hemos ofrecido en pequeñas comunidades tienen un valor inmenso para mí. Una vez nos presentamos en un pueblito muy chiquito en el estado de Veracruz, como para unas diez mil personas. Me acuerdo de que íbamos por la pequeña carretera de dos carriles y por el lado derecho estaba la comunidad y todo se veía a oscuras: ¡No teníamos electricidad! Pasaron diez minutos de camino y llegamos a un terreno grande en aquella población: habían montado un escenario y ya había mucha gente, pero lo que me sorprendió es que si tenía luz. Fue una sensación muy extraña, una mezcla de importancia, pero también de entusiasmo, pues quienes vivian ahí tenían muchas carencias y estaban en ese sitio para ver a CD9. Sólo quería que ese concierto fuera muy bueno para todos ellos, porque se esforzaron por qué sucediera a pesar de todo. Estuvo excelente, la gente fue muy feliz. Ése fue uno más de esos momentos CD9 que no cambiaría por nada en el mundo.

Nuestro bel canto

Y ni hablar de los viajes. El de París seguramente ha sido el favorito de todos, pero yo tengo una anécdota adicional,ja. En esa ocasión, Freddy, Jos y yo compartimos habitación y una noche, estando por aquella ciudad, recuerdo que Jos y yo no podíamos dormír, y lo que hicimos fue salir a caminar y dejar a Freddy roncando en la habitación. Quizá la emoción de estar paseando por París hizo que regresaramos al hotel todavía con mucha adrenalina y que Jos se le ocurrió encender la televisión. Encontramos un canal de ópera, le subimos el volumen y empezamos a actuar y a cantar cuál barítonos experimentados:"La,la,la,laaaaa"... Obviamente, despertamos a Jos y yo nos dejakos llevar tanto por ese instante de locura que llegó un momento en el que el pobre de Freddy estaba realmente  perturbado por tener ese par de locos parados al pie de si cama hablando como maniaticos; él sólo decía:"Aguanten,¿Que les pasa?,¿Que están haciendo?". Estuvimos como una hora y media molestandolo cuando de repente Jos y yo nos volteamos a ver y paramos en seco. ¿Que hicimos después?,¿Nos fuimos a dormir?.¡Nooo!,nos salimos de nuevo a caminar a las calles de París.¡Eran como las seis de la mañana!

CD9 - Nuestra Historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora