Cap 27/ ~Tres sonrisas en un día~

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Llevo más de 20 minutos sentada sobre el retrete con la tapa abajo.
Tengo miles de cosas en mi cabeza que no me dejan en paz.

¿Saben qué es lo más sorprendente de todo esto?
Que la señora Owens en ningún momento tuvo la iniciativa de ponerle un pare a tal propuesta de su hijo.

S No sé qué es lo que opina su padre.
¿Jorge Owens tiene conocimiento de tremenda barbaridad?

*Joder... acabo de sonar como una vieja*

Se supone que es aquí donde mis derechos juegan un papel importante, sólo que justo ahora tengo la mente en blanco.

Lo que intento decir es que; llegué hace aproximadamente 3 horas, me conocen hace 10800 segundos, apenas saben quién soy porque no llevo ni un día aquí. Todo es tal y como dijo la abuela de Guzmán.

— Soy una desconocida y ellos aún son unos desconocidos para mí—

—Personalmente no entiendo cuál es el problema, Érika— dice— no me sorprendería si dijeras que la señora Owens te pidió que la llames «mamá».—

*¿Mamá?*

— ¿Acaso crees que son de origen asiático?— le pregunto con sarcasmo—

— ¿Quién sabe? — dice con tono inocente, hasta puedo imaginármela hundiéndose de hombros cómo una niña pequeña—

Cómo suele ser costumbre continuamos hablando por teléfono sin dejar que el silencio tenga líneas en nuestra conversación.Ella me comentó que las cosas por allí ya estaban más tranquilas, sorprendentemente no hubo una segunda ronda de periodistas intentando violar la privacidad de la empresa. Claro que no tuvimos el lujo de escapar de todas las entrevista, por lo cual Guzmán tiene una para la próxima semana.

—Hmm, Érika... —siento que que su voz cambia muy de repente, ahora ella se escucha abatida, apagada y hasta podría arriesgarme a decir que triste.

Un silicio neutro nace en aquello escasos segundos que ella no estimula ni una sola palabra. Odio estos momentos dónde su estado de ánimo se identifica con una montaña rusa que lo único que hace es poner su mundo de cabeza.
Ella necesita una palanca que detenga su paseo y esa palanca soy yo.

—¿Sabes... sabes algo de Dylan?.—dice a casi un susurro—

Intenta hacer que su pregunta suene de lo más casual mientras pasa tramos grandes y ruidoso, la conozco tan bien que sé perfectamente cómo se siente ahora; ella está preocupad, ansiosa y neutral, apuesto mi insignificante contrato a que Fabiana esta mordiéndose la parte interna de la mejilla en estos momentos.

— No, Fabi— respondo con sinceridad— no sé dónde a estado en estos últimos días.—desde la otra línea la escucho expulsar aire—

— ¿Estás segura?— insiste— Quizá recibiste un mensaje de voz y no lo notaste.

Normalizo su pregunta ya que en algún momento comenté que nosotros tres éramos muy unidos en la universidad, dato importante es que yo conocí a Dylan mucho más antes que a Fabiana. Al inicio estuve dudosa en presentarlos porque ambos eran rivales en lo que se trataba del fútbol americano.

Cómo salen decir: "Todo comenzó con un tú me caías mal"

—Él...—alarga la sílaba— no ha hablado contigo ¿verdad?—

Aunque mienta y diga que sí he tenido comunicación con Dylan estoy segura que ella no creería del todo mis palabras, no sería justo que le haga eso.

— ¿Acaso pelearon? —la curiosidad invade mi pregunta sin rodeos— ¿Está todo bien entre ustedes?—

Esperaba escuchar que todo marchaba muy bien en su relación, que siguen siendo una maravillosa pareja como lo han sido desde hace 1 año y medio, pero las esperanzas se desvanecieron cuando escuché un dudoso; «Mmm...».

SÓLO ES MI JEFEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora