Capítulo 23

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Llegue y era todo tan deprimente. Todo blanco y muchas personas enfermas. Me gustaría que lo pintaran de muchos colores así la gente enferma no se sentiría tan mal. En fin, fui rápidamente a la administración para encontrar a mi mamá.

-Hola me llamo Carmela Stanford y mi madre tuvo un accidente automovilístico, recién me acaban de llamar que ella falleció y que tenía que venir a reconocer el cuerpo- dije sollozando.

-Esta bien niña no llores tu madre es Natalia Silio?

-Si ella misma. Dónde está? Necesito verla.

-Esta en la habitación 331 en el piso de arriba.

-Gracias.

Fui corriendo como si no hubiera un mañana al piso de arriba.

Busqué el número y frente a mis ojos apareció "331".

Toqué la puerta pero nadie respondió asi que entré.

-Hola? Hay alguien?

Y allí estaba en una cama una manta blanca tapando el cuerpo de mi querida madre. Saque la manta y allí estaba, muerta.

Comenzé a llorar mucho mucho, no lloraba así desde mi infancia. No podía creer lo que estaba pasando, me había quedado sin madre. Me quería suicidar ya no podía más.

Abrazé fuerte a mi madré y le dí un beso en la mejilla.

-Te amo má, espero que estes en un lugar mejor.

Tapé nuevamente el cuerpo y me retiré de la habitación.

Me subí al auto y empezé a llorar y a conducir muy rápido.

Llegué a mi casa y mi teléfono sonó, era el mismo que me había llamado anteriormente.

-Hola?

-Sí, me enteré que fuiste al hospital. Era ella su madre?

-Sí.

-Lo lamento mucho señorita Stanford.

-Chau.

Colgué el celular y fui a mi habitación. Tomé la almohada y comenzé a llorar.

Igual de todos modos tenía miedo de que volviera a hacer lo que hacía antes cuando mi padre nos abandonó, volver a los cortes por favor no quería que sucediera de nuevo.

Finalmente una llamada llegó a mi celular.

-Si?

-Señorita Stanford?

-Sí, soy yo.

-Hola me presento soy el Señor Gonzalez y la voy a ayudar en el tema de su madre.

-Hola.

-Bueno Señorita, quería saber para cuando quieres que sea el velorio? Lamento mucho su pérdida.

-Quiero que sea mañana a las 18. Así puedo llamar a mis primos de New York y contarles la noticia.

-Esta bien, mañana será entonces. Igualmente tengo que hablar el tema de la adopción con usted ya que no es mayor de edad, tiene 16. No podemos dejarla vivir sola. Llamaremos a algunas familias en lista pendiente, mientras tanto tendrá que quedarse en el Orfanato Sius.

-QUÉ? Yo no quiero estar en ninguna familia. 

-Lo lamentamos, pero no podemos dejarla sola. Al menos que tenga alguna familia cercana.

-New York?

-Si?

-Si, tengo allá a mis primos y mis tíos.

-Bueno, luego hablaremos del tema. Adiós.

-Chau

Igual, tenía a mi papá pero hace mucho no hablo con él. Me abandonó y nunca en mi vida se lo voy a perdonar. Espero que la tía Susana me deje quedarme en su casa. Aun que no me quiero mudar a New York.

True LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora