5. De Cuando Nico Se Pone Celoso.

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Bruce Lawrence era el mayor del nivel de Amy, lo que significaba que mientras ella cumplía diecisiete, él estaba pronto a cumplir dieciocho.

La profesora de matemáticas cayó enfermo, y cierto profesor de historia vino a reemplazarlo.

Amy se alegró inmensamente ante la expectativa de perder una clase de matemáticas, alegría que se extinguió cuando uno de sus compañeros de clase dejó caer una hoja llena de ejercicios frente a ella.

-Pueden trabajar en parejas,- Dijo él, sin mirar a nadie en particular.- Cuando terminen esa pueden venir a buscar la segunda.

Se sentó en el escritorio de los maestros, tranquilamente, sabiendo que Amy estaría con Dafne, su eterna compañera de trabajos, y una de sus amigas más cercanas, sin mencionar una de sus compañeras de habitación.

Cual fue su sorpresa cuando el chico Lawrence intercambió su lugar con Dafne, y Amy más que quejarse por la traición de su amiga, recibió al muchacho con toda la naturalidad del mundo, y esa sonrisa encantadora.

El profesor Di Angelo, entonces, les dijo que él iba a hacer los grupos. Amy trabajó con Lili, otra de sus amigas, y Bruce fue asignado a trabajar con el profesor.

Amy contuvo su sonrisa cuando Nico la miró, pero pronto apartó la mirada.

-Señorita Bordeu,- Dafne miró al profesor Di Angelo, de quien estaba honestamente aterrada. Era una figura silenciosa, severa, y ocasionalmente amable. Era extremadamente formal, tratándolos cordialmente pero regañando cuando consideraba necesario.- Necesito hablar con usted.

Dafne le dio una mirada a Amy, simpatizando con su situación.

Pobre Amy, tenía calificaciones muy, muy malas en las clases del señor Di Angelo, y por eso él siempre le pedía hablar a solas. Dafne moriría de miedo si él le dijese que iban a hablar a solas.

-¿Te espero?

-No.- La rubia negó con la cabeza, terminando de guardar sus cosas en la mochila.- ¿Nos vemos en el comedor?

-Te guardo un asiento, donde siempre.

-Claro.

Amy salió junto a ella del salón, y siguió al profesor Di Angelo hacia la oficina de los maestros de ese nivel.

Pobrecita Amy; Siempre se veía tan nerviosa cuando el profesor Di Angelo le hablaba.

¡Hasta le temblaban las rodillas!

No la llevó a la oficina de los maestros, por supuesto.

Había un baño, en el fondo del sótano.

Los baños de profesores se abrían con una llave, y se cerraban con la misma por dentro. Había varios por el internado, y era un sólo baño por cuarto. Se pasaba el pestillo por dentro, se cerraba con llave, y ya nadie sabría qué estaba pasando dentro.

Edificio antiguo, exageradamente elegante, paredes gruesas, pasillos vacíos, muchos salones que se usaban ocasionalmente, y rincones que se perdían de la vista.

Estaba sentadita, muy ordenada sobre el mueble del lavamanos, las manos de él apoyadas a sus lados.

-Me pidió una cita, pero ya le dije que no. Las cosas están bien ahora, somos amigos. Estuvimos de acuerdo en que así estamos bien.

Nico la miró, una ceja arqueada.

-¿Y tú de verdad le crees?

-Por supuesto, - Frunció el ceño.- Le hice saber mis sentimientos, y él los aceptó.

Teacher's Pet. [Di Angelo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora