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Narra ___:

Me encontraba sentada en una de las sillas que estaban en una esquina del cuarto de hospital en donde estaba mi padre.
Segundos después entra el doctor Andrew a la silenciosa habitación.

Doctor Andrew: Buenos días señorita Kaspbrak.- dice mientras se acerca a mi.
___: Buenos días...doctor.- dije entre sollozos, había llorado casi toda la noche por lo que traía mis ojos inchados y rojos.

Mis lágrimas comenzaron a salir haciendo que mis pequeñas pecas no se notaran a primera vista, pues la cara del doctor me decía que no traía buenas noticias,

___: Ya hable doctor, ¿papá se pondrá bien?.- dije armándome de valor por la respuesta que estaba a punto de recibir.

El doctor se quedó sin palabras, no decía nada, solo me miraba con una cara larga, pero luego fue formando una sonrisa y me dijo...

Doctor Andrew: Tranquila ___, tu papá estará bien, solo tranquilízate y ve a la sala de espera, Nataly te dará un regalo.

¿Regalo? Amo los regalos, forme una sonrisa, pero la situación de mi padre aún no se había ido de mi cabeza.
Salí del cuarto y me dirigí a la recepción.

Narra Sr. Kaspbrak:

Mi hija había salido de la habitación con una sonrisa en su cara, no soportaba verla triste por mi, no quería que se preocupara tanto por un viejo como yo.
El doctor Andrew cambió su expresión a serio, se acercó a mi y yo trague saliva por lo que me diría.

Doctor Andrew: Señor Kaspbrak, lamento informarle que usted está a unos días de dar por terminada su vida, aquí su cancer terminal, avanzó lo suficiente.

Evitaba que mis lágrimas salieran, sé que soy un padre que no demuestra sus sentimientos ni se expresa ante cualquiera, a excepción de mi amada ___, quien había estado conmigo solo 13 años de amor y felicidad, no la veré graduarse, ni casarse con su amor, ni si quiera sabré como se sentirá ser abuelo.

Sr. Kaspbrak: Dígame doctor, ¿cuantos días exactamente me quedan de vida?.- dije con mi voz agotada, quería saber la verdad.
Doctor Andrew: Aproximadamente, dos dias, lamento esto señor, pero ya no hay nada que podamos hacer.- mencionó preocupado y yo asentí.- Me preocupa como vaya a reaccionar su hija, es una gran chica, podrá superar cualquier cosa pero no se si podrá soportar que le arrebaten lo que más quiere en esta vida.

Obviamente concordaba con el doctor Andrew, no sé cómo reaccionaría ___ ante esta trágica noticia, hace unos minutos estaba llorando solo por verme enfermo, no quisiera imaginarme cómo se pondrá cuando sepa que solo me quedan dos días para estar con ella.
El doctor Andrew, sin más que decir, salió de la habitación.

Narra ___:

Estaba tomando de la deliciosa malteada de fresa que me tenía en la recepción la señorita Nataly, quien estaba hablando conmigo alegremente. Sinceramente me he llevado una buena relación con ella, ya que cuando el doctor entra al cuarto de mi padre para darle el chequeo diario, salgo de la habitación para charlar un poco con Nataly.

Nataly: Hola ___, ¿cómo estás? ¿Que tal tu día?.- me hablo con una gran sonrisa.
___: Bien... eso creo, ¿que me dices tú?.- le devolví la sonrisa y me recargue en la barra quedando frente a ella.
Nataly: Muy bien, gracias, pero... ¿porque dices que crees que estás bien?.
___: Por nada, en serio.
Nataly: Es por lo de tu padre ¿cierto?.- dijo y la mire para después asentir.- No te preocupes ___, apuesto a que se pondrá mejor, ya verás.
___: Su estado de ánimo dice lo contrario Nat, creo que en lugar de mejorar va a empeorar.

Me puse en mi modo pesimista y Nataly me miró decepcionada, ¿que quería que le dijera? <<tu padre se pondrá bien, solo dale tiempo>> es lo que siempre escucho decir de los enfermeros y de Nataly, obvio es mentira.

Nataly: Así que...- decía cambiando de tema.- ¿Has tenido novio? O ¿te has interesado en un chico en especial?.
___: No! Que asco, los niños son cabezas huecas que solo escuchan su ego y todo les vale una mierda.- dije con una cara de disgusto pero luego me tape la boca.
Nataly: ___! Ese vocabulario.- dijo y rodé los ojos riéndome.- Ten, el doctor me pidió que te pidiera una malteada de fresa.- me la entregó.
___: Gracias, nos vemos luego.- le dije sonriendo.

Después de esta plática, me dirigía de nuevo al cuarto de mi papá, pero en el camino me topé con el doctor Andrew.

___: Gracias por la malteada doctor.- le sonreí y él imitó mi acción.
Doctor: No fue nada querida, si me disculpas.- dijo y me arrebaso entrando a su consultorio.

Seguí mi camino hacia al cuarto de mi papá, toque la puerta para luego pasar.

___: Hola papi, el doctor Andrew ha sido muy cortes conmigo, me compro una malteada, ¿como sabía que mi malteada favorita era la de fresa?.- le dije sentándome en la orilla de su cama y le enseñé mi malteada.

Le di otro sorbo a esta y vi a mi papá tratando de formar una sonrisa, me empece a preocupar.

Sr. Kaspbrak: Mi linda y hermosa ___, prométeme que nunca te olvidaras de mi.

Mi sonrisa comenzó a borrarse ante esas tristes palabras de mi padre, esto no está pasando, no quiero dejarlo.

___: Papá te amo mucho, no digas estupideces, eres la mejor persona que pude haber tenido.- comencé a derramar lágrimas al igual que él.- Tú y yo hasta el final ¿recuerdas?.- sin más lo abracé con todas mis fuerzas.

Pude sentir la poca fuerza que mi papá le aplicaba al abrazo, él no merece esto, nadie, merece esto...

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Charity and VidaHerrera

𝚁𝚒𝚌𝚑𝚒𝚎 𝚃𝚘𝚣𝚒𝚎𝚛 𝚢 𝚝𝚞 &quot;Bittersweet&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora