NAVIDAD EN FAMILIA H.S

4

Siempre supe que este día llegaría.

No importa cuánto lo he querido y temido a partes iguales.

Harry ha regresado, y tengo la sensación de que todo está a punto
de estallar en llamas.

Cuando él tira de mi cuerpo cerca y me atrapa en sus brazos,
parece que no ha pasado ni un día.

Como si todavía fuera esa chica
flexible de hace cinco años. Y él siguiera siendo el chico que podía
romperme si quisiera.

Me odio por eso. Lo odio por hacerme sentir de esa manera.

Miro hacia arriba y lo veo mirándome. No es que Harry alguna vez
haya intentado ocultar nada. Él lleva sus emociones en su rostro para
que el mundo las vea.

Si a él no le gustas, tú lo sabes. Si eres el centro de su mundo por
ese momento, o si ya terminó contigo, entonces realmente lo sabrás.

Aprendí eso de la manera difícil.

—Te ves bien, Pepper —me dice con una voz áspera.

Trato de recordar si incluso me maquillé esta mañana. Soy la
misma chica que siempre fui en ese sentido. Un ligero maquillaje y sólo
un toque de brillo de labios. Piel blanca y cabello rubio que mi madre
nunca me dejó teñir.

Harry por otro lado, es todo hombre ahora. Tiene el mismo cabello
castaño desordenado, cortado corto pero nunca peinado. Y los mismos
ojos grises y piel aceitunada. Pero no hay nada juvenil en él. Sigue tan
guapo como siempre. Y más peligroso que nunca, también.

—Tú tienes el mismo aspecto. —Mis palabras son afiladas, y nos
pillan a los dos por sorpresa.

Siempre quise creer que dejé ir mi enfado. Que el resentimiento que
sentía se había disipado lentamente a lo largo de los años. Pero estando
de vuelta a su presencia ahora, puedo decir que es todo menos cierto.

La habitación es ruidosa a nuestro alrededor, pero dentro de
nuestro espacio, el silencio es asfixiante. Harry me aprieta con más
fuerza como si yo pudiera huir en cualquier momento.

No le daré la satisfacción de permitirle saber que me ha afectado
más de lo que ya lo ha hecho.

—¿Qué piensas de Brenton? —pregunta.

La pregunta es demasiado rígida y formal. Es obvio que en este
momento, está luchando con qué decir. Y este es el tema más seguro de
conversación. Un terreno intermedio.

La persona que ambos conocemos
y amamos, y la que siempre ha sido el amortiguador entre nosotros.
Kristina.

—Es un buen hombre —respondo—. Él hará lo correcto por ella.

Mi voz no deja lugar a dudas, pero de nuevo, existe una dureza que
parece que no puedo sacudir fuera. Y las palabras tácitas que ambos
podemos escuchar.

De la forma en que tú no lo hiciste.

Harry asiente y la tristeza vuelve a sus ojos. Las cosas nunca han
sido tan rígidas entre nosotros. Se fue la risa fácil y la picardía en su
sonrisa.

Parece que no soy la única que ha cambiado.

Sé que él ha tenido dos destinos en el extranjero. Irak y Afganistán.

No quería pensar en eso. En el fondo de mi mente, siempre lo
imaginé de la misma manera de cuando se marchó. El tipo de hombre
que hacía lo que quería y no le importaba lo que pensaran los demás. El
tipo de hombre que defendía aquello en lo que creía.