A través del cristal

Capítulo 62

¿Recuerdan la incomodidad que sentí en el desayuno del otro día con los amigos de Payton?

Bueno, estoy sintiendo algo así pero mucho peor ahora.

La amiga de Payton que lo abrazó con tanto fervor ni siquiera nota mi presencia o si la nota, se hace la que no. Le sigue hablando con tanta tranquilidad, acariciando su brazo de arriba hacia abajo. Yo me muerdo el labio superior, mirando a los lados, sin saber que hacer.

Me siento fuera de lugar.

Samy pasa a mi lado y se dirige a saludar a todo el mundo. Con mis manos frente a mi, entrelazo mis dedos, le doy un vistazo a Payton que ahora tambien esta saludando a todo el mundo.

¿Y yo?

Odio esa sensación de invisibildad, de que la gente actúe como si yo no existiera o no estuviera frente a ellos. Especialmente, este grupo de chicos ricos que están acostumbrados a mirar por encima de su hombro a los demás, a fijarse en la ropa que llevas puesta y si es de marca o no, si es de esta temporada o no. Y no, no estoy generalizando, hay muchas personas que tienen dinero y son humildes como Oli o Kio pero a simple vista, puedo ver la forma en la que las chicas de este grupo miran con detalle mi ropa y hacen muecas. ¿Y los chicos? Solo me observan como decidiendo si soy lo suficientemente linda o no para hablarme.

Siento que han pasado años, cuando en realidad solo han sido segundos de estar parada aquí como una idota. Lucho para no salir corriendo, huir de todas esas miradas examinadoras, aprieto mis manos a mis costados.

-Quisiera decir que Payton es el que se voltea y viene por mi pero no lo es. Samy es la que se apiada de mi miserable posición y vuelve por mi-    Ven T/n, déjame presentarte.

Finjo una sonrisa amable, mientras me presenta a todos. Hay tres chicas, una castaña se llama Riley, una rubia a su lado se llama Sofia y la morena es aquella chica que vi en la fiesta del equipo de futbol hace una semanas     su nombre es Andrea. Hay dos chicos además de Grego, Luis y Marco. Un rubio que se presenta como Tiago y un chico de lentes de nombre Lucas. Se que es posible que no recuerde todos esos nombres pero no me importa.

Le echo un vistazo a Payton y lo veo sentarse al lado de Riley al otro lado de la mesa. Me toca sentarme al lado de Samy que fue la ultima en sentarse, al lado de ella esta Lucas y parecen estar hablando sobre un concierto de música. Como tonta, me quedo mirando a Payton que sigue hablando con Riley muy ávidamente.

Mi estomago se aprieta con el peso de la decepción, ¿Para eso me trajiste aquí Dios griego? ¿Para hacerme a un lado y divertirte con tus juguetes pasados? Bajando la mirada, viendo a un vaso frente a mi sobre la mesa, lucho con esta amargura en mi pecho que aprieta mi estomago y mis sentimientos.

Duele...

Tenia tantas expectativas con esta cita, mi primera cita con el. Me pinté tantos escenarios diferentes en mi cabeza, desde cenas románticas hasta una simple salida al cine o tal vez solo sentarnos a hablar en su auto mientras dábamos vueltas en la ciudad.

Pero no fue así.

Aquí estoy sentada, con él al otro lado de la mesa, sintiendo la misma distancia entre nosotros que ha estado ahí desde el principio. Es como si acercarme a él, hiciera que la distancia creciera.

La tristeza es abrumadora y trato de que no se formen lagrimas en mis ojos. Todos a mi alrededor hablando, riendo, compartiendo historias y yo estoy sola. Es como si yo estuviera viendo la escena pero no fuera parte de ella.

Este es su mundo, su zona de comodidad, no la mía.

Y me dejo sola en el, sin ningún tipo de preocupación.

Payton no me mira, ni siquiera una vez.

Y eso es suficiente para que las lagrimas se formen en mis ojos, con la vista borrosa miro mis manos sobre mi regazo, la falda que me esmeré tanto en escoger, ¿Para qué?

-Me levanto y Samy se volteea hacia mi, yo solo le susurro-   Voy al baño.

Pasando entre una masa de personas bailando, dejo las lagrimas caer por mis mejillas, se que todos están demasiados ocupados pasandola bien como para notarme. La música vibra por todo el lugar y disminuye cuando entro al baño. Entro a un cubiculo y me permito a llorar silenciosamente. Necesito calmarme, no quiero ser la dramática que hace show por lo que a ellos considetan una tontería. La cosa es que esta cita significaba mucho para mi, y la decepción de lo que resulto ser me duele.

Debería irme..

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Fin del capítulo
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