Capítulo 91

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Él me da esa sonrisa que dejaría sin aliento a cualquiera -Hola, bruja.

No se que decir, estoy sin palabras, y él parace saberlo porque silenciosamente, se salta la cerca que divide nuestro patios y sube por la escalera para llegar a mi habitación a través del cristal de mi ventana.

Doy un paso atrás, enfrentandolo, sus ojos viendo a través de mi. Quiero hablar y decirle lo que pasó pero por la forma en que me mira, se que ya lo sabe. Sin previo aviso, me jala de un brazo hasta que me estrello con su pecho y me abraza fuerte, su olor llenando mi nariz, haciéndome sentir segura. Y en ese momento, no se porque, lagrimas brotan de mis ojos sin control y me encuentro llorando desconsoladamente.

-Payton solo me consuela, acariciando la parte de atrás de mi cabeza, mis palabras apenas se entienden-  Él.. casi muere.. yo no se que hubiera hecho si.. me siento tan culpable.

Él solo me deja llorar y murmurar todas las cosas que quiero decir, apretándome fuerte contra él. Dios, lo he extrañado tanto. Nos separamos y él toma mi rostro con ambas manos, sus pulgares limpiando mis lágrimas, él presiona sus labios ligeramente sobre los míos, dandome un beso suave y delicado como si tuviera mied de que me rompiera si me besaba profundamente.

-Nos separanos y él descansa su frente sobre la mía, sus ojos traspasando mi alma-  ¿Por qué no me lo dijiste?

-Doy un paso atrás, poniendo distancia entre nosotros, no puedo concentrarme teniéndolo tan cerca-  Yo.. no lo se, todo pasó tan rápido, mi cabeza estaba hecha un desastre. Además, tú estabas muy lejos, no quería incomodaste.

¿Incomodarme? -la palabra parece molestarle-  T/n, tú eres una de las personas más importantes en mi vida, si es que no eres la más importante, tú jamás me incomodas, tus problemas son mis problemas, pensé que todo el asunto de ser una pareja era poder contar el uno con el otro. Me molesta que sientas que no puedes contar conmigo.

Lo siento.

-Él menea la cabeza-  No te disculpes, eso no es lo que quiero, solo quoero que si alguna vez estás en una situación difícil me lo digas, no te quedes callada solo por no querer incomodarme, ¿De acuerdo?

-Le doy una sonrísa honesta-  De acuerdo

¿Quieres hablar de lo que pasó?

-Tomo una respiración profunda- No.

Está bien..

Payton se quita una mochila oscura que no he notado que trae en su espalda y la pone sobre la mesa de la computadora. De la misma, saca una bolsa de regalo preciosa, ¿Qué?

-Él se acerca a mi, extendiendo su mano con el regalo-  Feliz navidad, bruja.

-Me quedo mirándolo, sorprendida-  No tenias que darme nada.

-Él se toma el mentón como si pensara-  Creo que me dijiste que solo aceptabas regalos en ocaciones especiales así que tengo que aprovechar este momento.

¿A caso recuerdas todo lo que te digo?

-La sinceridad en su voz me derrite-  Si, todo lo que me importa se queda aquí  -toca su frente-  Vamos, tomalo, ya no tienes excusa para rechazarlo

-Suspirando, agarro la bolsa, Payton me mira impaciente, luce más emocionado que yo por que lo abra y se me contagia un poco, lo pongo sobre la cama y lo abro, lo primero aue saco es una caja dorada con bombones que no solo se ven costosos sino extranjeros-  ¿Chocolates?

Lo sé, lo sé, soy cliché  -levanta las manos-  Hay más

-Lo acuso-  Pensé que era solo un regalo.

Como dije, tengo que aprovechar esta oportunidad.

-Lo siguiente que saco es una pequeña caja cuadrada que recuerdo muy bien: El iphone. Le doy una mirada asesina-  ¿Me estás jodiendo?

Es un nuevo, no es el de aquella vez, lo juro -explica con apuro-  Se que te gustan los Iphones y que no has podido comprarte otro, y ese teléfono que te prestó Oli esta a una llamada de autodestruirse.

Eres...

¿Por favor? -Puse esos ojos de rogar que me recuerdan al gato de Shrek-

Tú solo quieres un teléfono con el que pueda sacarme fotos sexys para enviarte.

-Payton se hace el sorprendido-  ¿Cómo lo supiste?

Volteo los ojos, sonriendo, saco una caja pequeña pero alargada. Cuando la abro, mi corazón se derrite, es un collar de oro con un dije con mi nombre que una de las letras está cruzada con el nombre de Payton. Luce como una pequeña cruz de nuestros nombres. No se porque siento ganas de llorar de nuevo, nunca nadie me ha dado algo tan detallado y lindo.

Es... -no tengo palabra-  Es hermoso, Payton.

Él me ayuda a ponermelo y me da un corto beso en la parte de atrás de mi cuello para volver a alejarse, y recostarse contra la mesa de la computadora, cruzando sus brazos sobre su pecho.

Muchas gracias Dios griego, esto fue muy lindo de tu parte  -Le digo honestamente-  Jamás pensé que serías capaz de ser tan tierno.

Tengo mis momento -exclama-

Yo también te compré algo  -sus ojos se abren, no se lo esperaba-  No es mucho y no está envuelto porque no esperaba que llegarás tan pronto.

-Nerviosa, busco debajo de mi cama y saco una bolsa plástica donde están los dos detalles que le compré y se la paso-  Me siento terrible por dártelo así después de que tu me diste algo tan bonito.

-Payton me da una mirada cansada-  ¿Podrías dejar de decir cosas así? A ver.. veamos..  -lo primero que saca es un libro t lee el titulo en voz alta-  Medicina para principiantes  -su sonrisa se desvanece pero su rostro se llena de tantos sentimientos que se me arruga el corazón, él se me queda mirando en silencio por unos segundos-  Gracias.

Sigue, hay más.

Okay. Okay -saca con cuidado un estetoscopio-

Quería que darte tu primer instrumento de médico, para que siempre me lleves contigo cuando seas doctor.

-Quisiera poder describir como él luce en estos momentos, las emociones cruzando su rostro tan claras como el día, pero me faltarían palabras, sus ojos miel se humedecen mientras él se lame los labios lentamente-  Tú de verdad crees que podré lograrlo.

-Le doy una sonrísa llena de seguridad-  No lo creo, se que podrás lograrlo.. Dr. Moormier -suelto una risita-

-Payton pone el estetoscopio en la mesa, y se apresura hacia mí-  Mierda, como te amo  -sus labios están sobre los míos antes de que pueda decirle que yo también lo amo y que se que aunque nadie lo apoye en sus sueños, yo siempre lo haré sin importar lo que pase.

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Fin del capítulo
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A través del cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora