parte cuatro

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Nada más Tony se fue, Peter se apresuró a bajar de la cama. Tony no se lo había dicho cuando se acercó a darle besos, pero estaba seguro que el rastro de las lágrimas se le habían secado de una manera nada bonita. 

Entonces, ya con los pies en el piso, comenzó a caminar en búsqueda de sus pantuflas. Estas, tiradas sin orden, estaba bajo una mesa cualquiera, donde además reposaba el sobre del Hospital privado Stark.

No pudo evitar sentir un escalofrío en todo el cuerpo, y con una rapidez sorprendente, cogió el sobre y lo abrió, sacando con sus dedos temblorosos el papel donde afirmaba su embarazo. Sintió otro escalofrío, mucho más fuerte que el anterior, al leer su nombre y «Gonadotropina Sub-Beta Cualitativa. Resultado: POSITIVO».

A comparación de los últimos minutos, antes de que Tony se fuera, había estado tranquilo, divertido y encantado; sin embargo, ahora quería volver a echarse a llorar y dormir hasta que le dijeran que era una broma y todo estaba bien, que solo era anemia por no haber estado comiendo y que ya se le iba a pasar cuando volviera con los buenos hábitos. Pero no fue así, porque a parte de esa hoja, había otra con la hora y la fecha, junto con el nombre de la doctora que iba a atenderle para esa tarde. Hubiera deseado no ver el sobre y solo haberse ido a bañar de frente, sin la necesidad de buscar sus pantuflas, pero en la hoja también decía que le llamarían una hora antes para confirmar la asistencia.

No había manera de librarse.

Dejando los papeles en la mesa, se puso su pantufla y fue directo al baño, quitándose la ropa en el camino para meterse al agua fría. Como no pudo aguantar más, comenzó a llorar.

Recordaba haber hablado hace tiempo con Tony sobre el tema de la familia y futuro. Se dijeron en la cara que nunca se vieron con hijos. No era el sueño ideal de ninguno y pensaron que con sus vidas ocupadas no habría tiempo para eso. Incluso lo pensaron con detenimiento, pero nada. No se les frustraba el sueño. Entonces Peter comenzó a inyectarse una cosa cada tantos meses y asunto resuelto, no habrían hijos.

Después de mucho juntos, no habían vuelto a hablarlo y estaba bien, tampoco era que lo pensaran cada que veían a una familia sonriente y feliz. A Tony no le gustaban los niños y Peter, aunque todo el mundo le viera como un Santo por su infinita paciencia a Tony, en el fondo no era tanta. Tenía un límite que Tony sabía y controlaba sus estupideces por lo mismo. Así que Peter, no tan fan de ordenar sus propias cosas, odiaba el desorden y el ruido, en especial el ruido, y Tony también, y viendo la otra cara de tener un niño... No se les antojaba sinceramente. Así que en silencio, volvieron a estrechar sus manos en acuerdo.

Sin embargo ahora era diferente porque, bueno, Tony odiaba los condones y Peter se confió mucho en ese anticonceptivo inyectable incluso cuando Tony le había dicho que no eran al cien por cien, y ahora estaba embarazado. Ninguna idea de cuántos meses, pero estaba bien embarazado.

¿Qué haría con un bebé? No lo sabía, porque no estaba en sus planes. A la cabeza se le vino la imagen de él, Tony y su bebé en brazos, como esas familias de revista y que siempre pensaba eran falsas. Él tendría que quedarse en casa cuidando del bebé y Tony estaría trabajando en la empresa, olvidándose los dos por completo de su labor como Vengadores. Quizás Tony no, pero Peter no soportaría esperarle toda la noche a su regreso de una misión. Y cuando viera que el sol estaba saliendo y Tony aún no estaba ahí, a las horas Fury, con un gran grupo tras suyo, vendría a decirle que la misión se complicó y... Entonces entraría en depresión porque Tony le haría mucha falta, a él y a su bebé, el cual no conocería jamás a su papá.

Esa idea no le gustó para nada, así que agitó la cabeza, apagó el agua y comenzó a secarse con una toalla, pensando que podía ir con Tony a esas misiones y ambos cuidarían sus espaldas. Dejarían al bebé al cuidado de una Nana mientras iban a defender el mundo y en especial a él, por supuesto. Tuvo que negar de nuevo porque cuando su hijo fuera ya un adolescente, aunque se viera cool que a los ojos de los demás sus papás sean super héroes, él los odiaría, porque sus padres nunca estuvieron a su lado. No soportaría vivir con el odio de su hijo. O que una de las misiones se ponga difícil y en vez de que a Tony le pasara algo, fuera a él, y Tony estaría tan destrozado, que Steve Rogers aprovecharía esa oportunidad para estar con él y Tony aceptaría porque no quería sentirse solo. Con el pasar del tiempo Steve le daría un bebé a Tony, haciendo que su hijo quedara en el olvido porque Steve no lo iba a querer; y cuando su hijo le dijera a Tony que no le gustaba como le trataba Steve, Tony no le haría caso porque odiaría quedarse solo otra vez.

En definitiva odiaba todo eso a otra cosa, como por ejemplo: nunca había cambiado un pañal y cargado a un bebé. Le daría miedo hacerlo mal y... ¿Qué pasaba si se le caía? ¿Cómo haría cuando empezara a llorar? ¿A que hora debía comer? ¿Y si se enfermaba? Y si Tony no estaba a su lado y... Tony tampoco tenía la mínima idea de cómo cuidar a un niño.

Con ese nuevo pensamiento, Peter salió de la ducha y fue a ponerse ropa limpia, ignorando por completo los llamados de Tony.











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