catorce

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Peter apenas tenía dos meses de embarazo, por eso el cambio en su panza no era mucho, ni siquiera se veía algo cuando ponías completa atención; pero Tony, contrario a todo, decía sentir una ligera curvatura, y esa idea nadie se la quitaba. Sea como sea, Peter amaba cuando Tony se arrodillaba y besaba su vientre o cuando simplemente extendía la mano y acariciaba suave.

Ahora se encontraban echados en la cama. Habían despertado hace algunos minutos y lo primero que había hecho Tony, fue besar a Peter en la frente y bajar luego hasta su vientre, alzando su camiseta y así poder besar la piel como un saludo al bebé. Peter al inicio se había quejado, pero al escuchar a Tony acusándolo con el bebé, había reído y comentando que no era cierto, que lo que decía Tony no era cierto.

Tuvieron que dejar su conversación a medias cuando el estómago de Peter gruñó con hambre.

Mientras desayunaban (un enorme desayuno para Peter), y como sabían (pensaban) que el bebé era un niño, acordaron pintar la habitación de un azul pastel y hacerle dibujos. También acordaron, con Peter emocionado, ir el fin de semana a comprar algunas cosas y la pintura. Querían ellos pintar las paredes por sí mismos.

Una hora y media más tarde, Peter estaba intentado hacer un buen nudo a la corbata de Tony. Tenía un reunión dentro de poco y no quería que Pepper se volviera loca por su tardanza. Al final, Peter se rindió y vio maravillado como Tony hacía el nudo perfecto.

—Por eso me gustas —dijo Peter, guiñándole un ojo. Tony no lo notó por los lentes que usaba así que sólo le sonrió—. No es necesario que regreses, puedo ir solo a la mansión —habló después.

—¿Seguro?

—Sí —asintió, sonriendo—. No voy a perderme, no te preocupes. Y se te hace tarde —le dijo y tomó la mano de Tony para guiarle a la puerta.

—¿Ya me estás echando?

Peter negó y se detuvo a un metro y tantos de llegar a la puerta.

—Nos vemos en unas horas —murmuró Tony, acercándose para darle un beso. Peter cerró los ojos y le dejó hacer, porque amaba también cuando llevaba su mano a su vientre plano y acariciaba—. Nos vemos —le dijo al bebé, arrodillándose, no importando malograr su buen vestir. Alzó la camiseta de Peter y sonrió, enamorado—. Ya quiero conocerte, Thomas Stark Parker —y besó la piel.

Con otro beso, Tony se despidió. Peter esperó unos segundos después de que Tony cerrara la puerta y suspiró.

Una hora antes de la reunión con Steve, ya estaba de camino a la mansión. Se había dicho, que sí algo le incomodaba, debía hablarlo y aclararlo. Ahora le incomodaba los secretos que Tony tenía con Steve Rogers, así que pensó decidido que debía hablar con él y preguntarle qué estaba ocurriendo. Por eso, cuando llegó a la mansión y saludó a FRIDAY, preguntó por la ubicación del Capitán Rogers. La IA contestó que estaba en la cocina.










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