parte nueve

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—¿Mudarnos?

—Si.

—Pero... ¿No te gusta estar aquí? —Peter hizo una mueca.

Hace apenas algunas horas que Tony había llegado, y Peter no había perdido oportunidad de lanzarse sobre él y besarle en frente de Steve Rogers y los otros hombres que le acompañaron. Sintió un regocijo de victoria al escuchar a Steve carraspear incómodo tras ellos, y agradeció y amó como nunca a Tony cuando alzó un dedo y siguió besándole.

Ahora estaban en la cama.

—No quiero que te sientas solo —continuó Tony.

—Me siento más solo cuando no estás conmigo.

Tony sintió como se le encogía el corazón, y prometió en silencio no volver a irse de esa manera. Estirando un brazo, cogió la mano de Peter y le dio un beso, diciendo con ese gesto que estaba de acuerdo con la idea de mudarse.

—Tengo un apartamento no muy lejos de la empresa.

—¿Entonces sí vamos a mudarnos? —Tony asintió y Peter sonrió enorme— ¿Cuándo?

—Una semana o menos —dijo—. Primero tengo que actualizar el apartamento.

Peter no podía esperar a que llegara el día.

*

Conociendo a Tony y sus mansiones, se había imaginado un departamento enorme con habitaciones de sobra, una gran sala, una cocina gigante... Todo lo contrario. Se sentía acogedor, pequeño pero no tanto, perfecto para los dos y familiar para cuando sean los tres.

—Karen, hola.

—¿Karen está aquí? —Peter se giró a ver a Tony.

Buenas tardes, señor Stark.

—Está aquí -sonrió— ¡Hola, Karen!

Hola, Peter.

Dando pequeños saltitos, Peter dejó su maleta en la entrada y comenzó a hablar con Karen, mientras veía todo su nuevo hogar: descubrió con fascinación que habían dos habitaciones; la principal, que era de ellos, y la segunda, que era para el bebé. Estaba vacío y Peter ya le estaba preguntando a Karen maneras de decorar.

Al terminar de escoger un color para la pared, salió del cuarto con una sonrisa y fue a ver a Tony, que ya estaba sacando la ropa de las maletas y acomodando todo en el clóset. La habitación estaba ocupada por una enorme cama y Peter no perdió tiempo en lanzarse y ronronear enamorado.

—Me encanta. Gracias, Tony.

Tony le sonrió y terminó de acomodar la ropa de la primera maleta. Estar los dos juntos comenzando a tener una vida normal de pareja, le gustó mucho.

—¿Tienes hambre? —preguntó media hora más tarde, acomodando la fotografía de la pasantía que se habían tomado hace años en la mesa de noche.

—Sí —murmuró Peter, más dormido que despierto—. Comida china.

Y se quedó dormido.




*

Menos de una hora después, Peter había despertado dando un salto porque soñó que se estaba cayendo.

Se levantó con pereza y se dio cuenta que estaba bien acomodado en la cama, con mantas suaves sobre él. Sonrió embobado por el amor y se bajó de la cama, tambaleándose un poco por los mareos. Tenía suerte de ya no estar vomitando como antes; su Doctora había dicho que esa era una buena señal, pues su cuerpo podía estar acostumbrándose al cambio del embarazo.

Caminó descalzo por la habitación hasta llegar a la puerta del baño, donde escuchó el agua cayendo: Tony estaba dándose una ducha. Sonriendo pícaro y divertido, se quitó la ropa y se metió a la regadera, sorprendiendo a Tony al hacerlo.

—¿Por qué no me despertaste?

—Te veías bien durmiendo —contestó Tony, terminando de enjabonar su cuerpo.

Se quedaron en silencio un rato, con Peter dándole la espalda a Tony para que pasara el jabón por su piel. Soltó una risita cuando Tony comenzó se fue hacia su vientre, acariciando.

—¿Qué crees que será? —preguntó, acomodando la cabeza en el hombro de Tony.

—Niño —respondió sin titubear. Peter se giró a verle.

—¿Cómo lo sabes?

—Intuición masculina.

Rieron un poco y Peter volvió a dejarse mimar por Tony y el jabón. Suspiró luego de cinco minutos.

—Si es niño —comenzó—, ¿cómo quieres que se llame? Yo quiero que sea Robert.

Tony lo pensó un momento y sonrió, dejando un beso en la frente de Peter.

—Tom. Thomas.

Peter soltó una risa.

—¿Cómo el tren Thomas?

—No -negó—, como ese actor sexy.

Peter se le quedó mirando por un momento y luego le dio un golpe en el brazo, girando su cuerpo y quedando frente a la pared. Tony empezó a reírse y Peter no dejó de bufar fastidiado. Un buen comienzo para su nueva vida.






















Fin.
































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Nah, es broma, aún falta.

Doña comedia me llaman.
🤡

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