parte cinco

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No quería ser un mal padre que descuidaba a su hijo, así que, después de comer con hambre feroz lo que Tony le había llevado y posteriormente vomitado, le dijo que le llamarían del hospital para confirmar la cita con la Doctora.

Como tampoco quería comenzar con un error, obligó a Tony a ir antes, ya que quería dar una buena impresión; además, quería informarse con algunas personas en su mismo estado.

Sin embargo, tan solo llegar al hospital, se sintió cohibido, así que no se movió del sillón para nada.

Con respecto a Tony... Peter le había contado todo lo que había estado pensado. Estaba serio a la hora de hablar y quería una respuesta de la misma forma de parte del hombre que le había dejado embarazado. Pero Tony no comentó nada, y por esa misma razón Peter no le hablaba desde que subieron al auto. Aunque sí le habló cuando sus tripas rugieron y le pidió que le comprara una hamburguesa, que por supuesto, fue vomitada porque Peter sintió que la habían hecho de puro queso.

—Toma mi abrigo.

—No.

El ambiente en el hospital era cálido, pero Peter sentía frío, y lo dejo ver cuando comenzó a sobar sus hombros y murmurar que tenía frío. Por llevarle la contraria a Tony, salió de casa sin ninguna chaqueta, pues afuera pintaba un día bonito. Cuán equivocado estuvo.

Tony negó, cogió su abrigo, que se le había quitado porque sintió calor una vez entraron al hospital, y lo pasó por los hombros de Peter. Peter chasqueó la lengua pero de igual manera metió los brazos por las mangas. Ambos alzaron las cabezas cuando escucharon un «awww» por parte de la gente que estaba ahí. Tanto enfermeros, como doctores y gente común, siguieron sus caminos cuando Tony les dio una dura mirada.

—Saben que tenemos una relación —murmuró Peter.

—No lo saben.

—Sí lo saben.

—No lo saben —volvió a negar Tony.

—Sí lo saben y yo gano —cortando la distancia, le dejó un beso pequeño en los labios, celebrando su victoria.

Hace muchos, pero muchos años, después de que Tony tuviera que decir públicamente que su compromiso improvisado con Pepper Potts había terminado, dijo que no le gustaba que se metieran en su vida, ya que la señorita Potts estaba siendo acosada por periodistas y tanto a él como a ella les incomodaba mucho como les molestaba y fastidiaba. Sí, era una persona pública y la gente tenía algo de derecho de hablar de él, pero no de aquella manera, diciendo tonterías en todo medio de comunicación. Terminó diciendo que demandaría a cada empresa noticiera si hablaban sin ningún sentido y base de él o sus  allegados.

Por esa misma razón, la gente estaba en duda si hablar o no de Tony Stark y sus salidas con ese chico no tan misterioso. No podían suponer, porque el chico era joven, y si de alguna manera hacían sus comentarios desatinados, podían caer en una demanda. No lo hicieron, pero sus ganas incrementaron cuando les vieron juntos más seguido. Lamentablemente nunca hacían nada que ponga en duda algo entre ellos. Y cuando tiempo después vieron a IronMan demasiado cerca a SpiderMan, morían por poner en primera plana que Tony Stark había cambiado al otro chico por su compañero de peleas, o que Tony Stark le era infiel a ese chico con su compañero de peleas. Tantas cosas.

Ahora había gente que decía que sí y otra que decía que no. Ninguna era aclarada y para Tony estaba bien, pues no quería que nadie molestara a Peter.

Antes de que Tony se le lanzara a besos olvidando que estaban en medio de un hospital con gente a su alrededor, una bonita enfermera apareció con un aparato, mirándolo primero antes de verles y hablar.

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